Bruno Vólkov, un hombre completamente distinto a sus hermanos. Reservado, un poco timido y distraído.
Con el trabaja una bella mujer de delicadas facciones y de carácter extrovertido. La cual pondrá su mundo de cabeza y se apoderará de su corazón.
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Capítulo 22
Bruno
No podía creer todo lo que Inca me contaba, ella se había enamorado de mi escuchando mi voz. Ya se que suena extraño y hasta se pudiera decir que un poco absurdo. Sin embargo, al ver sus expresiones y ese leve sonrojo de verguenza en su rostro. Diría que es lo más hermoso y verdadero que he escuchado en mi vida.
Ella era una perfecta mezcla entre una niña y una mujer, las cuales pueden hacer perder el sentido a cualquier hombre. Yo estaría encantado de ser uno de esos y dejarme arrastrar por sus sentimientos.
_ ¿Y bien? ¿No me dirás nada? ¿Piensas acaso qué estoy loca por lo que te conté? _ Me preguntaba ella bastante nerviosa.
_ ¿Por qué pensaría que estás loca? Solamente eres una mujer con unos sentimientos increíbles y me alegra saber que sientes todo eso por mí.
_ ¿Estás seguro de lo que dices? No lo sé, tal vez creas que soy una oportunista por salir con esto después de que se dió la rueda de prensa. Te aseguro que si es lo que piensas estás en un error.
_ No tienes de que preocuparte, no pienso eso de ti y sabes por qué motivo. Porque ese bello color rosado en tus mejillas me dice que estás diciendo la verdad, de lo contrario no te pondrías así.
Un silencio se formó de repente y solamente nos estábamos mirando el uno al otro, por lo que decidí romper el hielo.
_ ¿Te parece si te propongo algo?
_ ¿Qué cosa?
_ Que tal si nos conocemos mejor. Te propongo tener unas citas, ir al cine, a un parque, de fiesta o hasta ir a cenar. A mí sí me gustaría hacerlo porque debo de admitir que me transmites sensaciones muy bonitas y aunque yo soy algo distraído para estas cosas. Podemos intentar tener algo.
No se si decir la palabra algo para ponerle nombre a lo que le había propuesto fue lo correcto. Sin embargo, creo que es más que no haber dicho nada y yo ya me sentía nervioso. Inca dejó de mirarme por unos segundos y volteó su cabeza en dirección a la pequeña cocina y después a mi.
_ Las monjas guardan algunas botellas de vino en esta cabaña, digamos que ese es su mayor pecado y pequeña travesura ¿Te parece si empezamos con ese algo desde ahora?
_ ¿Qué propone la bella dama?
_ ¿Sabes cocinar? _ Yo asentí _ Bueno pues podrías preparar una cena con mi ayuda y mientras podíamos ir tomando unas copas de vino.
...
Tal cual, seguimos el plan preparado por Inca. Juntos habíamos hecho una increíble pasta mientras tomamos unas copas de vino. Inca se había ido a bañar para luego comer juntos y yo aproveche ese lapso de tiempo para poder hablar con Igor.
Como había salido sin decirle nada a nadie, tuve que contarles lo sucedido y decirles que ella estaba bien. Aunque fue difícil para mí decirles que ella no quería verlos y que ni siquiera me dejó contarle nada. Olenka quería que yo le dijera en dónde estábamos para venir a verla, así que con algo de trabajo logré que se calmara y le prometí que la mantendría informada de todo.
Después de eso aproveché para yo ir a bañarme y una vez terminé, me coloqué un pantalón de dormir con un pulóver sencillo. Al salir del dormitorio, fui directo a la cocina y vi a Inca con un juego deportivo de dos piezas color gris. Este resaltaba su cuerpo y lo hacía ver más tonificado, sin duda ella era guapísima.
_ Veo que ya terminaste de bañarte, puse la sena en la mesita frente a la chimenea porque está haciendo frío. Espero que no te moleste.
_ No, está bien. Así podremos calentarnos porque si es verdad que está bajando la temperatura un poco.
_ Bueno, ven conmigo _ Me sonríe.
La verdad, era que la cena había quedado deliciosa y aún mejor con la música que teníamos de fondo. Esta era una de mis favoritas por su cantante Ed Sheeran y la canción era Perfect.
A eso pónganle que entre Inca y yo teníamos una conversación increíble, una llena de anécdotas sobre ambos. Por lo que nos la pasamos riéndonos el uno del otro sin parar.
No sabía si era por el alcohol o otra cosa, pero se sentía super bien estar así con ella. Veo que en un momento de la noche Inca se me queda mirando fijamente y me da curiosidad lo que está pasando por su cabeza en estos momentos. Así que sin esperar más me decido a preguntar.
_ ¿Qué pasa bonita? ¿Por qué me miras así?
_ No lo sé, tal vez te miro así porque estoy locamente enamorada de ti ¿Sabes algo Bruno? Yo no soy el tipo de mujer que duda antes de hacer algo, siempre fui de las que tomaba riesgos sin importarme las consecuencias de mis actos. Sin embargo, contigo no puedo ser así y eso me desespera. Tu me haces dudar y eso no me gusta, ya que tengo que controlarme para no cometer una locura.
_ ¿Y si te digo que no te controles? ¿Qué pasa si yo quiero que cometas esa locura?
_ Lo haría sin pensarlo dos veces, pero tengo miedo Bruno. Miedo de ser la única que llegue a tener este sentimiento, miedo de que tú no llegues a sentir lo mismo por mí.
_ ¿Qué pasa si te digo que si siento algo por tí? Te dije antes que tú me hacías sentir cosas muy bonitas y aparte eres diferente a cualquier mujer que yo haya conocido. Tu eres especial y eso es bueno.
Sentía mi corazón retumbar dentro de mi pecho como loco y no podía hacer que se detuviera. Inca sin duda es diferente a todas las mujeres que he conocido en mi vida y contra todo pronóstico eso me gusta.
Veo como después de mis palabras, sus ojos brillan y lo siguiente que siento son sus labios sobre los míos por unos segundos. Luego de eso ella se separa de mi y vuelve a mirarme, sin embargo, esa distancia no dura mucho porque ella vuelve a besarme con mucha pasión.