Entre Tazas De Café .

La noche fue larga, subo a la habitación de Santiago y acomodo la cama, cierro las ventanas y doy aviso a Ada, para que de órdenes de mantener la puerta cerrada, las personas ya se marcharon, solo quedamos tres personas en la casa, junto al cuerpo de Don Bernardo.

Ada recibe la confirmación por parte del hombre que custodia el portón principal. Bajo a la sala y Santiago está de pie junto al cuerpo de su abuelo. Me acerco a él y tomó su mano.

(Beatriz) Amor tienes que descansar y está noche te acompañaré.

(Santiago) Gracias por todo cariño.

... Un suave beso sella mis labios y una leve sonrisa se dibuja en su rostro, veo que su semblante está mejorando. Santiago toma su pijama y me da una camiseta de él, para poder dormir cómodamente.

Recibo una llamada es Rebeca y esta viajando a la ciudad de vuelta.

Llamo a la señora Grecia y le confirmo estamos bien, mañana estará por aquí en compañía de Rebeca.

(Santiago) Beatriz, gracias por permanecer aquí conmigo amor.

(Beatriz) Descansa amor, mañana tenemos que estar temprano en la oficina del abogado.

(Santiago) OK.

... Me cepillo los dientes al igual que Santiago y cuanto me duele ver su mirada llena de tristeza, daría cualquier cosa por mantenerlo con una sonrisa como la que llevaba antes.

Se acuesta y yo apago las luces.

... No sé que hora es, pero Santiago no esta en la cama, lo busco por la habitación y no lo encuentro, bajo con cuidado al primer piso y lo veo sentado abrazando sus piernas, junto al ataud de don Bernardo, parece un niño.

Llego hasta él y lo abrazo, me mira y sonríe levemente, me siento a acompañarlo, no sé en qué momento me quedé dormida.

... Tengo tanta pena por todo lo que sucedió en cuestión de minutos, todo cambió en mi vida, me arrebato al hombre que no solo era mi abuelo, ese hombre era mi abuelo, un hombre tan grande de corazón y él que me había dado el amor más puro.

Hoy su ausencia es inevitable, veo a Beatriz que esta a mi lado, le doy un beso y bajo por algo para beber.

Son las cuatro de la mañana, enciendo la luz del pasillo y no puedo evitar acercarme a verlo.

Su mirada triste, su piel está fría, me siento a contemplar su cuero ya sin vida. Mi Beatriz que en todo momento esta conmigo, baja y sin decir palabra alguna se sienta a mi lado.

Después de unos momentos, ella se ha quedado dormida. La llevó en mis brazos hasta mi habitación.

Me acuesto junto a ella, aunque me es imposible cerrar los ojos.

La mañana llega y nosotros ya estamos preparados para ir con el abogado, aunque mis piernas no cedan.

(Santiago) Cariño, ¿Estás lista?

(Beatriz) Sí, Te amo amor.

Le doy un beso y él toma mi cintura y hace ese beso más profundo, nos quedamos un momento uniendo nuestros labios, pegamos nuestras frentes y me dice...

(Santiago) Beatriz, amor escúchame bien, si algo me llega a pasar por favor no dudes en...

(Beatriz) Nada te va a suceder, no me digas que te vas a ausentar de mi vida. No lo voy a permitir.

Tú Santiago Parker, te casarás conmigo en algunas semanas y no te dejaré jamás, me oyes.

(Santiago) Amor... Solo permanece en mi departamento, solo eso.

... Nos tomamos de la mano y conduzco hasta la oficina indicada.

Al llegar, el abogado ya tiene todo listo y nos invita a pasar.

Nos pregunta sobre nuestro estado y da inicio a leer la documentación que dejo el abuelo de Santiago, el señor Bernardo.

(Eduardo Campo manes)

Buen día con los presentes, aquí les leeré la petición de su abuelo, el señor Bernardo.

Yo Bernardo Parker, en pleno uso de mis facultades, dejo las 3 propiedades en herencia a mi único nieto Santiago Parker Venturo y las acciones de la empresa, el 40 °/° pertenecen a mi nieta política Beatriz Cárter Molina, el otro 30 °/° a mi nieto Santiago Parker Venturo.

Mi fiel colaboradora Ada Paul, se queda con la que fue mi casa. De que mi nieto le otorgara la casa sin objeción alguna.

Y mi última petición es que el día que mi testamento se lea, mi abogado y amigo, Eduardo Campo manes, les entregue un certificado de matrimonio a mis dos nietos, teniendo ellos la facilidad para poder unir sus vidas.

Pido por favor que mi voluntad sea cumplida a la brevedad.

Bueno, jóvenes eso es todo, aquí yo ya me encargué del trámite y papeleo para que ustedes en este mismo instante puedan contraer nupcias, mi amigo el juez Leonardo Casa, esta esperando afuera para dar veracidad de este matrimonio.

(Santiago) ¿Mi abuelo bueno te pidió eso?

(Beatriz) ¿Tiene que ser hoy?

(Eduardo Campo manes) Así es, el señor Bernardo dejo escrito todo lo que les repetí. Y si, hoy ustedes tendrán un matrimonio civil.

... Santiago toma mi mano y le da un beso, estoy nerviosa por lo que está pasando en este día. De un momento a otro me voy a casar.

El sonido de la puerta me hace salir de mis pensamientos, sé presenta el juez.

(Leonardo Casa) Buen día, jóvenes, su abuelo me pidió que agilice lo más pronto posible su matrimonio. Así que daré inicio a la ceremonia.

(Santiago) Sí, sé que esto no estaba en nuestros planes, y bueno yo no tengo los anillos.

(Eduardo Campo manes) Tu abuelo pensó en todo, así que aquí tengo los anillos que aquel día compraste.

(Santiago) Tomo la mano de Beatriz y ella me sonríe, debe estar tan sorprendida como yo, pero al mirarnos entendemos lo que el abuelo quería.

El juez Leonardo Casa, inicia con sus palabras.

El primero es decir Acepto soy yo, luego mi dulce Beatriz, como único testigo esta el señor y amigo de mi abuelo, Eduardo.

Nos hace entrega de los anillos y vamos poniendo en nuestro dedo cuando el juez nos indica.

Se termina cuando me dice que puedo besar a mi novia.

Mi corazón va recuperando la alegría y mi ahora esposa, Beatriz me abraza fuertemente.

Dejamos nuestras firmas y Eduardo nos da los documentos y él se queda con los que son copias fieles. Nos despedimos y salimos del edificio, siendo marido y mujer.

(Santiago) Señora Parker, antes de ir a casa para la cremación del abuelo, pasemos por comer algún postre.

(Beatriz) Amor, aún no salgo del asombro.

(Santiago) Creo que mi abuelo pensó que te ibas a huir antes del matrimonio, por eso quiso acelerar todo de una sola vez y así no te daría oportunidad dudar.

Pero estoy feliz de que lo hiciera de este modo.