DOCTORA JOHNSON... LADRONA DE CORAZONES

Mientras Lydia está despotricando y fundiéndose el cerebro para encontrar alguna maldad y hacérsela a Priscila, hay 2 pares de ojos que están mirando agudamente lo que está sucediendo.

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Maximilian...

Estoy buscando que hacer para estar un rato a solas con mi bebé. Estamos disfrutando y ayudando a las mamás con los niños. Mía, Yoli, Felipe, mi bebé y yo, estamos ayudando a Leah, Maripau, Alisson y por supuesto mi suegra quienes tienen niños pequeños y aunque tienen niñeras, igual el trabajo es agotador. Los adultos están disfrutando, y yo disfruto también viendo lo hermosa que es mi bebé.

Priscila definitivamente es mucho más de lo que yo alguna vez pude desear de una mujer. Sus hermanitos la adoran esos terremotines como ella misma los llama, son un dolorcito de cabeza cuando se lo proponen, pero ella siempre encuentra la manera de hacer que la obedezcan. Mía le ha preguntado por la universidad y ella ya ha adelantado tanto que me asusta. Sé que es supremamente inteligente, pero adelantar casi 2 años en uno significa que no ha hecho otra cosa que no sea estudiar. Se supone que este año está pensando hacer lo mismo. Adelantará 2 semestres más para de esa manera comenzar su práctica en algún hospital de Londres.

Eso me hace sentir tan orgulloso de ella que siento que el pecho se me hincha. La escucho y la miro y me siento como un tonto porque no tengo nada que decir. Sé que yo también he sido brillante en ciertos aspectos, pero es que ella lo es en todo. Estoy profundamente enamorado de ella y cada vez que abre su boca para hablar, solo hace que me enamore más. Cuando nuestros ojos se encuentran, verla como se sonroja es un deleite, y si hablamos respecto a la intimidad, jamás estuve con una mujer como ella, y me atrevo a decir con toda la propiedad que amerita, que jamás estaré con otra mujer que no sea ella. Ver sus curvas me tienen babeando y recordar cómo ha temblado en mis brazos, me hace sonreír y a mi amigo palpitar.

Se llegó la hora de la comida, ya estamos todos pidiendo y a lo lejos veo que viene Lydia. ¡Maldita sea! Maldigo la hora en la que esa mujer se obsesionó conmigo y maldigo mucho más el hecho de que esté aquí jodiendo mi oportunidad de estar con la mujer que amo. Llegó hasta donde tenemos nuestro lugar habitual de comer. Un restaurante que está a la orilla de la playa. Los dueños nos conocen desde que estábamos prácticamente en los vientres de nuestras madres. Y es que el romántico del tío Bastian trajo aquí a la tía Hannah hace más de 30 años ya. Por lo que los dueños de este sitio, conocen la historia de todos y cada uno.

Bali ha representado un lugar sagrado para nuestra familia y así seguirá siendo hasta siempre... Yo estoy sentado estratégicamente al lado de Priscila, por cortesía de mi mamá y de mi suegra. A esas mujeres les debo demasiado. A mí otro lado, mi hermana y mejor amiga Mía, y al frente estaban mis padres y mis suegros le seguían. Cuando Lydia llegó, lo hizo con la diplomacia digna de la realeza. Pidió disculpas al tío Brandon y al tío Nate. A mi bebé la miró de arriba abajo y le dijo: te disculpo por la cachetada que me diste. Mi hermosa mujer la miró y con una diplomacia y una dignidad aplastante le respondió... No te he pedido disculpas ni te las pediré. Si te metes con mi familia eso es lo que obtendrás de mi. Así que YO te disculpo por haberle hablado así a mi Tito y debo advertirte que si lo vuelves a hacer, no solo será una bofetada, porque con mi familia NADIE se mete y mucho menos una persona que recién está apareciendo y ni nos conoce ni la conocemos.

La mesa quedó en absoluto silencio. Podía ver la vena de la frente de Lydia y estaba casi a punto de estallar. Pero de pronto Lydia respondió Entonces deberíamos culpar a mi prometido. Jamás me había traído con su familia. A lo que mi madre con muy poco tacto respondió... Por algo será ¿no le parece señorita de Boyle? Mi padre tragó grueso y le dijo. Tome asiento por favor Lydia. El único asiento disponible era cercana a Paola, casi comenzando el lado de los niños. No sé que le pasó por la cabeza, pero caminó hasta donde estaba Priscila y le dijo: ¿Me das mi lugar? Mi bebé se quedó pensándolo unos segundos hasta que mi suegra contestó Lo siento niña, pero deberás sentarte hasta el final porque ya pedimos y están trayendo el pedido en orden. Lydia estaba que echaba humo. Parada allí haciendo el ridículo frente a los demás, me haló y me dijo tenemos que hablar ya. Y se fue caminando en dirección a la playa. Permiso. Me excusé. Ya vuelvo bebé, dije dejando un beso en la frente de mi amada y lanzando otro en a mi madre.

Con pesadez llegué hasta donde estaba Lydia parada. ¿Qué quieres? Pregunté con hastío. ¿Qué yo que quiero? Quiero que me des el puto puesto que me merezco, quiero que me trates la mitad de bien que lo que estás tratando a tu "primita" y más te vale que lo hagas porque si no... ¡Ya Basta Lydia! -Rugí logrando que algunos de los de la mesa me miraran- Me tienes harto, ya te lo dije en el avión y te lo repito ahora. A ti NADIE te invitó, no te he presentado a mi familia porque sabes perfectamente que NO te amo, jamás lo haré, me entiendes? Odio que estés aquí en mis sagradas vacaciones jodiéndome la vida. Y ¿sabes que? Haz lo que te dé tu puta gana, pero a mí no me vas a chantajear más. ¿Me quieres ver muerto? Mátame de una puta vez, pero si algo me pasa a mi o a los míos, en especial a mi... A Priscila, te juro que no habrá hueco en la tierra donde te puedas esconder. Te voy a encontrar y te juro que te vas a arrepentir de haberlo hecho.

Ahora te recomiendo que si vas a comer, te sientes en el único asiento que hay disponible y luego te largues a hacer lo que mejor te venga en gana y me dejes disfrutar de mi viaje con MI familia ¡EN PAZ!

Lydia se quedó con los ojos muy abiertos, pero yo me di la vuelta y miré en dirección a mi bebé quien reía con Mía y jugaba con su cabello. Babeando de amor, me devolví a la mesa y senté.

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Lydia se quedó parada un momento en su sitio y apretando los puños, dijo: Esta me la vas a pagar Maximilian Edwards. Te lo juro y comenzaré con tu adorada primita que tengo la vibra que no es prima nada. En vez de quedarse a comer con ellos, se devolvió por dónde había llegado.

Maxwell el padre de Max, se levantó y antes de que el chico llegará a la mesa, lo halo aparte y le reclamó... ¿Qué demonios te sucede? ¿No ves que esa mujer puede hacer algo en tu contra? Maximilian ya harto respondió... No me importa papá, ya estoy harto de ver lo pusilánime que eres. ¿Para que todo el dinero y todas las cosas que tenemos? Te he dado suficiente tiempo, ya ha pasado un año desde el día que esos 3 llegaron a amenazarme y has sido incapaz de hacer algo por mi. Tal parece que te importa todo menos yo. Te he dado el gusto papá, te lo juro que si, pero volver a ver a mi hermosa mujer tan solo me da más valor para luchar para estar junto a ella y sinceramente ya no me importa si tengo que luchar contra ti también.

Maxwell se quedó de piedra. ¡Hijo! Espera... Tengo buenas noticias para ti. En una semana ya me llega la renuncia total de la familia al título noble. Eso será bueno hijo. Max se quedó inmóvil por un momento, pero se volteó y le dijo ¿Sabes que papá? Ya yo dudo que eso de lo de seguir con el título de la realeza, hubiese sido el punto de todo esto. De todas formas, gracias por hacerlo. Ahora veremos si verdaderamente ha valido la pena esperar por tus soluciones o no.

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En la mesa, el ambiente era el mismo de armonía y tranquilidad, pero muy dentro de ciertas personas, ya se habían activado varias alertas y se pondrían a trabajar lo más pronto posible en ello.