El Contrato: Una Segunda Oportunidad Para El Amor

Se quedaron hablando y jugando con el agua por un rato, pero Yeda encontró a Lincon un poco rojo, tal vez fue por el sol, sintió pena por él y pronto habló mientras lo abrazaba fuerte:

__ Estás brindando aquí afuera, vamos, yo te cuidaré- Dijo y pronto se separó del abrazo y salió al agua y jalando a Lincon de la mano.

Al escuchar eso, Lincoln quedó asombrado por el comportamiento de su amada, se detuvo y, fingiendo estar enojado, pronto comenzó a hablar:

__Oye, ¿qué crees que estás haciendo, actuando así, de una manera tan dominante? ¿Crees que soy tuyo...?

Hizo una pequeña pausa y luego continuó:

__¿O estás seguro?-Preguntó mientras mostraba una encantadora sonrisa.

Al escuchar eso, Yeda no respondió y lo besó con urgencia, un beso profundo, caliente y delicioso, Lincon se emocionó, en ese momento Yeda sostuvo su miembro incluso sobre la fina tela de su short y pronto sintió un deseo enorme de ser poseído por Pero. se controló, terminó el beso y luego habló, aún sosteniendo esa cosa enorme:

__Estoy segura, ahora quédate ahí con tu extremidad doliendo, así entenderás quién manda- Dijo y pronto salió de la piscina.

Su hermoso cuerpo goteaba agua, su gran trasero se balanceaba ligeramente de un lado a otro mientras desaparecía del campo de visión de Lincon, excitándolo cada vez más.

__Dios mío, esta mujer me va a matar- Habló suavemente mientras sentía un dolor inmenso en su miembro.

*

Después de envolverse en una toalla, Yeda subió a su habitación y fue directa a darse una ducha, se secó el pelo con el secador, se puso un vestido rojo, ceñido en la cintura y holgado en las caderas, se calzó unas zapatillas blancas y se puso en algún perfume.

A pesar de actuar con normalidad, Yeda está un poco preocupada, tanto por su padre como por su amor, pensando en eso decidió ir a la piscina para ver cómo le iba a Lincon.

No fue necesario, porque antes de llegar al área de la piscina, Yeda encontró a Lincon hablando con Elías.

__Cambia el agua de la piscina, ahora mismo si es posible- Habló en un tono inexpresivo.

__Pero señor, ayer cambiamos el agua, ¿es realmente necesario?-Preguntó Elías con confusión en el rostro.

Al escuchar esta conversación, Yeda no pudo contener la risa y sonrió ruidosamente, enojando a Lincoln.

__Elías, solo haz lo que te pedí y sal de mi vista-Espetó irritado.

__Entendido señor, disculpe – dijo Elías alejándose ya del jefe.

Al ver a su marido muy nervioso, Yeda se arrepintió de haberlo confrontado, pero no se rindió y se quedó allí con los brazos cruzados mirando a su ardiente marido.

__¿No tienes mala conciencia? Mira cuanta agua tirarás por tus rabietas- Dijo mientras mostraba una pequeña sonrisa.

__Fuiste tú quien ensució el agua, yo soy inocente- Habló con voz suave, queriendo darle verdad a lo que acababa de decir.

Resulta que Lincoln tuvo que usar sus manos para hacer sus necesidades en la piscina, y esa fue la única forma en que pudo salir del agua sin pasar mayor vergüenza.

__Fuiste malo conmigo dos veces hoy, parece que no me amas- Dijo haciendo pucheros, queriendo atraer a Yeda más cerca.

__Lo siento amor, te prometo que te cuidaré mejor en el futuro- Dijo completamente desarmada y atraída por la belleza única de su marido.

__No será tan fácil jovencita, quiero al menos una buena explicación, de por qué te fuiste en las primeras horas de la mañana y 100 besos, luego podemos solucionarlo - dijo Lincon acercándola ya y entrelazando sus dedos en su largo cabello Yeda y la besó intensamente.

Después de terminar el beso, Yeda sujetó ligeramente la cintura de Lincon y se dirigieron juntos al dormitorio, Yeda se sentó en la cama y comenzó a quitarse los zapatos, luego Lincon fue a tomar una ducha, unos minutos después Lincon finalmente salió del baño. El delicioso olor que salía de su cuerpo excitó mucho a Yeda, quería hacerle el amor, pero primero necesitaban hablar.

Entonces Yeda le pidió a Lincoln que se sentara a su lado y después de dar un largo suspiro pronto dijo:

__Tuve una pesadilla durante la noche, mi familia estaba pasando por una situación extraña, cuando desperté descubrí que mi padre estaba en el hospital, estaba muy triste y un poco desorientada, así que salí sin avisar – Habló y Esperó la respuesta del Lincoln.

Mientras el hombre permanecía en silencio, Yeda pronto contó cómo sucedió todo, también habló sobre el documento que firmó Frederico y lo que podía hacer para cambiar la situación, pero Lincoln no pronunció una sola palabra.

Sin querer forzar el tema, Yeda tampoco le preguntó, se quedó ahí frente a él esperando una respuesta, unos segundos después Lincon finalmente habló de repente:

__¿Que soy yo para usted?

Al escuchar esta pregunta, Yeda se sintió aún más avergonzada.

__Tú eres mi amor, ellos son mi familia, los amores van y vienen, pero la familia se queda, por eso siempre serán los primeros, pido disculpas por irme sin avisar, lamentablemente no puedo garantizar que no lo volveré a hacer, porque mi padre podría irse en cualquier momento…no sé si podré soportarlo- Mientras Yeda hablaba no pudo contener las lágrimas.

Al ver así a la mujer, Lincon se sintió un poco angustiado por no poder hacer nada para ayudarla, también muy emocionado, Lincon la abrazó fuerte y luego le dijo sinceramente:

__Sé lo que estás sintiendo, yo también pasé por eso. Ve y quédate con tu padre, demuéstrale tu amor, haz realidad sus sueños, asegúrate de que muera en paz, sin arrepentimientos y en compañía de sus hijos- Habló y dejó caer algunas lágrimas.

Al escuchar que Yeda sintió una mezcla de sentimientos indescifrables, Lincon está siendo muy paciente y cuidándola mucho, mucho más de lo que esperaba.

"¿Estás seguro de que estarás bien sin mí?", Preguntó, levantando las cejas.

__Puedo manejarlo, voy a llamar a un amigo para que me ayude con los proyectos y reportes- Mintió descaradamente.

Al escuchar eso, Yeda sonrió tímidamente y luego habló:

__Acabo de recibir un mensaje de Natan, papá ya fue dado de alta, le dije que volveré a casa la próxima semana, al parecer mi esposo y yo tenemos los mismos pensamientos, creo que encontré mi alma gimió- Dijo y luego se inclinó. cuerpo sobre el de Lincon, haciéndolo recostarse, se subió encima de él y luego habló de manera seductora:

__Fui malo y quiero que me castiguen.

Después de terminar de hablar, Yeda pronto comenzó a desvestirse, quitándose su vestido rojo dejando al descubierto lencería de encaje blanco, al ver a la mujer completamente entregada, Lincon metió su cálida mano dentro de sus bragas y pronto llegó a su intimidad.

__Veo que ya estás listo para mí, así que no puedo soportarlo- Dijo ya un poco sin aliento.