Alisson tuvo un día horrible: descubrió que su novio lo había engañado con una chica a la que él odiaba. Como si eso no fuera suficiente, lo drogaron en el bar que solía frecuentar y terminó durmiendo con un “desconocido”.
Cuando todo parecía perdido —y, claramente, lo estaba—, la persona con la que había estado resultó ser un mafioso de su universidad, alguien a quien le tenía un odio inexplicable.
¿Y ahora? ¿Cómo podrá enfrentar a su mayor rival después de la intensa noche que compartieron?
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Capítulo 22
Mi cabeza era un desastre, mil pensamientos y sin idea de qué hacer a continuación. Así, después de un tiempo conversando con el médico, él me explicó sobre los cuidados que yo debería tomar, además de los medicamentos que yo tomaría y los tratamientos que yo haría. Básicamente, todo lo que podría ser hecho en aquella situación. No estaba tan confiado, al final, ya era obvio mi final. Pero tampoco iba a rechazar intentar, porque si no lo hiciera, mi tiempo sería aún más acortado.
Cuando terminó la conversación, el médico salió y luego en el minuto siguiente, Max apareció. Él se sentó a mi lado de nuevo y tomó mi mano y preguntó:
— ¿De qué tanto hablaron? Demoraron demasiado en esa conversación.
Max entrecerró los ojos con desconfianza, tal vez pensaba que había algo de malo conmigo, pero yo no quería decir. Ah, si él supiera lo que yo estaba escondiendo de él.
Una sonrisa genuina estampó mi rostro, escondiendo toda la verdad para no preocuparlo. Y entonces le respondí con tranquilidad:
— Nada de más. El médico solo me dijo que descansara por algunos días para recuperarme y no lastimarme.
Le mentí. Finalmente parecía haber creído en lo que dije, las líneas de expresión de su rostro desaparecieron, quedando aliviado al oírme hablar. O aparentaba estar aliviado, expresiones genuinas, no falsas como las mías.
— ¿Solo eso?
Él levantó una ceja al decir, en ningún momento soltó mi mano. La sostenía con firmeza.
— Pero claro. Yo nunca te mentiría a ti.
Continué sonriendo. Fingir estar bien, cuando, en verdad, quería desplomarme en lágrimas nuevamente. Todo en mi vida ya era un verdadero caos, no sé cómo llevar adelante todo esto y si podría vivir normalmente algún día. En el tiempo restante que tengo, al menos, espero estar al lado de Max.
— Eso es bueno de oír.
Max sonrió de vuelta, acariciando mi mano. La llevó cerca de su rostro y la besó. En seguida, me dio un beso de sorpresa, pero retribuí. Todo aquel momento, engullí el llanto y contuve las lágrimas, lo máximo que pude e increíblemente, Max no percibió nada esta vez.
— Max, estoy con sueño.
Encerré el beso y alejamos nuestros rostros, pero manteniendo una cierta aproximación entre nosotros. Max aún sonreía, como un bobo.
— Voy a dejarte descansar entonces. Tengo que resolver algunos asuntos, voy a volver aquí mañana en la mañana para verte. ¿Puede ser, Ali?
Le respondí apenas balanceando la cabeza para arriba y para abajo, aún sonriendo. Max me dio varios besitos a cada palabra que decía, haciéndome reír. Él se despidió así, y dejó el cuarto del hospital. Finalmente yo estaba solo, finalmente pude parar de engullir el llanto como siempre.
Las lágrimas no demoraron en rodar por mi rostro, sin previsión para parar, me desplomé de tanto llorar. Una extrema mezcla de emociones, la mayoría negativas. Mi vida iba a cambiar para siempre, no tendría cómo vivir normalmente sabiendo de todo lo que está aconteciendo.
— No importa cuánto tiempo de vida yo tenga, al menos esto va a acabar.
Murmuré a mí mismo, secando las lágrimas que escurrían de mi rostro. Mas, cuanto más yo intentaba mantenerme calmo con la situación, más yo lloraba, sin parar.
Mi cabeza comenzó a doler nuevamente, el dolor fuerte como el médico dijo. Eso solo me hizo querer llorar aún más, como si martillaran mi cabeza sin parar y a todo momento, un dolor insoportable y que yo no conseguiría aguantar por mucho más tiempo así. Coloqué la mano en cada lado de la cabeza, cerré los ojos intentando olvidar todo. Sea lo que fuera aquel remedio que corría entre mis venas, no parecía estar haciendo efecto alguno, mi voluntad era tirar a la fuerza aquel tubo que me ligaba al suero. Mirando alrededor, las cosas se distorsionaban, los objetos multiplicándose a mi vuelta, todo quedando turbio. Mismo que yo cerrara los ojos, sentía todo girar y dejándome tonto, si no estuviera en una cama de hospital, acredito que estaría inconsciente en el suelo otra vez. Los dolores de cabeza de forma alguna me dejaban en paz, sentía literalmente una presión sobre mí.
"Va a quedar todo bien, va a quedar todo bien." Repetí varias veces en tono bajo para mí mismo, con las manos al lado de la cabeza. Las lágrimas no me daban tregua, mojando mi rostro y dejando mis ojos ardiendo. No sé a ciencia cierta cuánto tiempo quedé mal de esa forma, mas los minutos parecían una eternidad, infinitos loops.
No sé cuándo podría sentir mi vida volviendo a la normalidad, tal vez un día o nunca. Espero conseguir vivir como antes, al lado de Max y de quien me deja seguro, quiero olvidar todo lo que un día yo viví en el pasado.
