Mi nombre es Rosalie Montana, fui comprometida con el hombre que creí sería mi gran amor, pero todo ha sido un gran error, después de la muerte de mi padre todo mi mundo se vino a bajo hasta el punto de tener que desaparecer.
ahora tres años más tardes he regresado para reclamar lo que por derecho me pertenece y hacer sufrir al asesino de mi padre.
NovelToon tiene autorización de Liose Tess para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 22
ROUSE
Al día siguiente, me aliste muy temprano, pase por mi empresa para revisar algunas cosas, ajustar algún programa y redactar algunos contratos de clientes dependientes, es decir a personas que no estaban suscritas a algún otro método de seguridad o en algún conjunto residencial que ya contara con algún sistema.
Salí prácticamente corriendo a la oficina de Axel, teníamos trabajo que hacer, aún tenía que terminar el proyecto de Hugo Herrera, y comenzar con los ajustes del proyecto de CORVEN.
Para mi desgracia, había demasiado tráfico así que demore un poco más en llegar a la oficina, cosa que a Axel le molestaba muchísimo. Como todo CEO, la puntualidad era algo primordial.
Estacione mi pequeño auto, y sali corriendo dentro del edificio, cuando entre el ascensor estaba a punto de cerrarse, así que corrí con mis tacones para alcanzarlo, y me lance dentro, sin mirar quien iba en él. Cómo cosas del destino tropecé y estuve a punto de caerme, pero un par de fuertes brazos me tomaron de la cintura.
-Señorita Lascuráin, que maneras son esas de lanzarse a mis brazos- dijo Axel de forma divertida.
Mi cara se colocó de todos los colores que pudiesen existir, de todas las personas en el planeta tierra, tenía que ser justamente él, el que estuviera en el ascensor.
-lo... Lo... Lo siento mucho Axel, es que iba un poco tarde.- me justifique.
-si, eso lo he podido notar.- respondió arqueando la ceja.- ¿a caso debería ser más estricto para que respete su horario?.- y ahí estaba el porte de jefe y la autoridad del ogro gruñón.
-solo han Sido unos pocos minutos!- dije en mi defensa.
-Minutos que ahora me debes- soltó una sonrisa ladeada, que hizo que mis piernas temblarán.
Ese hombre podía hacer que me derritiera en cuestión de segundos, era tan perfecto, tan hermoso, tan Villasmil. Si no estuviéramos en este estúpido ascensor, le hubiese saltado encima para devorarlo entero, esos labios me tentaban a un beso, y esos brazos...
-Ròse, estás aquí?- dijo llamando mi atención.
-ah, si, si, claro por supuesto.- dije apenada.
-es hora de trabajar, necesito que te concentres y dejes de pensar en mí- dijo con soberbia.
Me quedé atónita, sentí como el color subía a mi rostro, era como si él estuviera leyendo mis pensamientos.
-para mí será imposible concentrarme, teniendo este tipo de distracción en frente.- se acercó a mí, me tomo por la barbilla y depósito un cálido beso en mis labios.
En ese momento sonó el ascensor, anunciando que llegamos a nuestro destino, rompiendo de esa manera nuestro momento perfecto.
Él se distanció de mí, y volvió a la pose de jefe gruñón.
-espero que pueda concentrarse señorita, la necesito con la mente en las cosas que tenemos que hacer.
-si señor, yo espero que usted también pueda hacer lo mismo - dije con picardía mientras salía al pasillo.
Cómo era de esperarse en estos días fuera, ya habían instalado, el cubículo al lado de mi amado jefe, lo cual haría las cosas más complicadas, el tenerlo a mi vista todo el día, iba a ser un gran reto para mí, concentración.
El día transcurrió sin ningún contratiempo, Axel estuvo ocupado en su oficina y yo en la mía, así que nuestra comunicación fue limitada.
Ya cuando estaba por recoger mis cosas y salir, fui llamada por Fabián para ir a la oficina de Axel.
-el señor te espera en su oficina- dijo por teléfono y me cortó la llamada enseguida.
Tomé mis cosas y salí directo a dónde estaba Axel, desde ahí podía verlo analizar algo en el computador.
-estamos a unos pocos pasos de distancia, era necesario que me llamaras con Fabián?- le dije cortante. Después de todo no sabía si estaba evitándome y eso me molestaba. Aunque no tenía sentido que me evitara, si hace unas pocas horas me había besado en el ascensor.
él sonrió burlón y me invitó a sentarme en su escritorio.
-son cosas laborales Rouse, tiene que justificar la paga que le doy al mes.- dijo mordaz.
Me senté en su gran silla sin decir una sola palabra, pero estaba muy enfadada, se podía ver en mi cara.
-¿Para qué soy buena?- mi tono de voz era fuerte y tenaz.
-eres buena para muchas cosas - dijo con picardía - lo he podido comprobar de primera mano.
Sentí que todo mi cuerpo temblaba por sus palabras y mi cara comenzaba a calentarse.
-Dejate de juegos Axel, si me llamaste a tu oficina y me dijiste que me sentará en frente del computador, me imagino que también es para justificar mi sueldo- suspiré con frustración- así que dime ¿en qué puedo servirte?.
-ya te he dicho me puedes servir de diferentes maneras.
Mi sangre comenzaba a hervir de la rabia que tenía, no soportaba que estuviera jugando conmigo de esta manera.
-bien en ese caso, hoy no me siento útil, así que con permiso- le dije mientras me levantaba.
Aunque mis movimientos eran impulsados por la ira, su tacto sobre mi piel hacía que toda esa llama se apagara.
-no te vayas- dijo atrayendome hacía su pecho- quédate conmigo.
-yo... Yo...
-por favor, necesito que veas un proyecto que quiero que hagas conmigo, luego podemos ir a cenar.- me dijo con tono suplicante.
-Axel, yo traje mi auto.- me excusé.
-no importa le puedo decir a Andrés que lo lleve hasta tu casa.
-no quisiera molestar a Andrés por algo que puedo hacer yo misma.- dije, aunque no sonó tan cortante como yo deseaba
-Rouse por favor.- suplico de nuevo.
Por más que tratara de hacerme de rogar, una parte de mi, moría por quedarse ahí con él.
-tienes que usar una excusa más creíble que un tonto proyecto.
-oye, no es una excusa, de verdad quiero hacer este proyecto con tu ayuda. -se fue acercando más y más a mis labios- pero si necesito convencerte para que te quedes conmigo, siempre puedo intentarlo de esta manera.
Unió sus labios con los míos, su aliento era cálido, tenía un tenue sabor a menta, su lengua no tardo en abrirse paso para inundar mi boca, yo la recibí con anhelo, saciando mi sed de él.
Su mano me sostuvo por la nuca, evitando que me apartará, lo que él no sabía era que jamás tendría intención de huir de él, al contrario, quería que me hiciera suya una vez más, si me lo pedía, me entregaba a él, ahí mismo.
al cabo de unos minutos, me soltó, sus labios y los míos estaban hinchados, por nuestros besos apasionados.
-Rousse- me dijo con cariño.
-que proyecto quieres que hagamos?- le dije, tratando de esquivar ese momento donde mi orgullo había Sido derrotado por un beso.
-quiero reconstruir está casa- dijo mientras daba clic al computador y me mostraba una casa totalmente destruida.
-podemos derribarla y comenzar de cero Axel, reconstruir de nuevo esa casa, es una misión complicada.
-no pienso derribarla - me respondió molesto.
-ok, ok, lo siento yo solo te daba mi punto de vista.
-lo siento Rousse, es que esa casa es muy importante para mí.
Fue la primaria casa que destruiste?- bromeé.
-fue la casa donde murió mi madre.
Te digo sinceramente que esperaba un mejor desarrollo al final.
De paso no se hizo visible que la Diana fué la de los anuncios en el periódico y del teatro que montó en la fiesta y de todas las trampas para casarse con él, tampoco dejaste veg si en verdad se habían casado y si consumaron ese matrimonio.A y mejor no sigo porque Natalie no pagó tampoco y él papá de ella las traiciones y barbaridades que hicieron.