Daniela es una joven madre soltera que vive con su madre. Una mañana llega a su puerta un hombre joven buscando a su madre. Su nombre es Enrique, un joven militar que ha venido a cumplir la promesa que le hizo a su mentor. En este breve encuentro, Daniela y Enrique sintieron una conexión con tan solo mirarse. ¿Acaso todo lo sucedido ha sido un capricho del destino para que ellos se conocieran y juntos poder sanar sus heridas del pasado?
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Capítulo XXII La guinda del Pastel.
Daniela.
Aún nos quedan varias horas para llegar a nuestro destino, mientras estoy que vuelo de angustia él, se toma muy divino el café, saboreándolo y mirándome fijamente, terminé mi café y ahora solo juego con la pequeña bolsa que tengo en las manos, ya que no sé que hacer, camina hacia mí me toma de la mano y dice:
- ahora sí, vámonos, y antes de terminar el día necesito mi beso.
No respondí únicamente lo mire y camine frente al auto a tomar mi lugar.
Ya en el auto, encendió el motor y continuamos el viaje, fue algo extraño, cada cual sumido en sus pensamientos yo escuchaba mis canciones y él tarareaba otras, al cabo de una hora mi madre se despierta y hace lo mismo con Joshua, veo que abre la pequeña cava y saca un jugo el cual entrega al niño, le pasó unas galletas que comienzan a comer entre los dos.
Ella le dice: -Teniente, donde pueda conseguir un baño y un café se lo agradezco.
Él responde:- Al pendiente.
Unos kilómetros más adelante se puede observar un letrero de anuncio de estación de servicio y le dice:
- ya vamos a llegar, no es urgente¿verdad?.
A lo que mi madre responde:
- No.
Al cabo de unos minutos sale de la vía principal y se estaciona frente a un surtidor de combustible, puedes ir mientras abastezco dice.
Ella baja del auto y lleva a Joshua de la mano, él toma mi mano la acerca a su boca la besa y me pregunta:
- Y tú?.
No necesito ir al baño por ahora. Respondi.
Observo el paisaje con muchos árboles, pastos verdes y algunas vacas a la distancia; se puede sentir el olor a tierra mojada, a pasto recién cortado, es otro ambiente, se siente un clima diferente, naturaleza pura, pienso, ya vamos llegando.
Mueve el auto y estaciona cerca del pequeño restaurante, se voltea un poco hacia mí, y me pregunta:
-¿Nos bajamos?.
Respondo:
- Si, un rato solamente.
Hago un movimiento para abrir la puerta y el me sujeta la mano
-Sabes que me debes un beso me dice -volteo los ojos, sonrió y me bajo con mi bolso, abro la puerta de atrás, saco de la cava una compota y camino hacia el local donde mi madre y Joshua están entrando.
Enrique viene detrás de mí y coloca su mano en mi hombro al entrar, mi madre levanta la mirada y pregunta:
-Café? Niego con mi mano, camino un poco más, me siento en una mesa que da a un ventanal, pregunto a Joshua
-¿quieres comer? Mientras estoy destapando la compota, veo que Enrique viene hacia nosotros con un sándwich en un plato.
- jamón y queso compañero.- le dice y lo coloca frente al niño, toma asiento en el banco donde estoy al frente de Joshua quien toma el sándwich y va mordiendo poco a poco, ya mi madre camina hacia nosotros trae un café, un sándwich y un jugo.
Digo:- Mamá en la cava hay jugos que están bien fríos. me mira a los ojos y luego a Enrique y responde:
- Alguien me recordó hoy que tengo dinero y se rió.
Pongo los ojos en blanco, y pienso, ella no es normal.
Me haces traer tantas cosas y no hemos probado nada, y siento la mano de Enrique que aprieta mi pierna y salto, me quedo en silencio y veo a mi hijo y a mi madre comer tranquilamente, quieres jugo le pregunto a Joshua con la intención de levantarme, ya que Enrique continua con la mano en mi pierna, no la mueve, ni presiona, solo está colocada allí, me da pavor que mi madre se dé cuenta y quiero una excusa para salir corriendo, cuando el niño asiente el se ofrece a traerlo, se levanta sale del local y luego entra con un jugo. Para complacer a la princesa y hace una reverencia sonriendo.
Mi madre sonríe y yo siento mis mejillas arder, se sienta y coloca nuevamente su mano en mi pierna, miro su rostro como pidiendo una explicación el voltea sonríe y habla tranquilamente con mi madre y Joshua. Estoy muda, no encuentro palabras, siento como un nudo en mi garganta, deseo quitar la mano, pero no sé como hacerlo, ya que tengo mis manos sobre la mesa, todos están muy tranquilos, menos yo, que estoy tensa, tan tensa como una cuerda, para colmo inicia un movimiento suave con sus dedos sobre mi muslo esto es el acabose pienso, lo voy a matar, y con mi mano tropiezo la botella del jugo y hace que instintivamente se levante y la sostiene evitando que se derrame y caiga al piso.
Libre pienso, me levanto y digo mientras camino:
-Voy al baño. sin voltear salgo del local y tomo el camino indicado hacia el baño, entro al sanitario hago pis y en el lavamanos me echo agua en mi cara, que digo en la cara, necesito una ducha fría, abro mi bolso y busco una toallita para secarme, me miro en el espejo, puedo ver claramente mi pequeño morado en la frente, y digo para mi adentro este viaje desde el principio fue mala idea.
Sali del baño y decidí esperar en el auto, ellos me vieron y fueron hasta mi, subimos y volvimos a la ruta, aún faltaban dos horas, las cuáles transcurrieron en zozobra, cada vez que veía un movimiento de su mano me paralizaban, cuando ya estábamos por llegar mi madre llamó a su tía para indicarle que vamos llegando, bueno entre un mar de circunstancias adversas y favorable completamos este viaje, fuimos recibidos en casa de mis tios, en realidad son tíos de mi madres con besos, abrazos, algarabía y como la guinda del pastel no podía faltar al momento de la presentación estan los hijos de mi tía que por supuesto conocen a Enrique, lo que hace que se sienta como en casa. ¿Que tal?