Rafaela Cameron era hija del mayordomo y la cocinera de los señores, seducida por el hijo mayor, Matheus, se entregó completamente. El joven CEO la expulsó de su casa cuando ella llegó diciéndole que estaba embarazada de dos hijos suyos, él se negó a reconocerlos, diciendo que ella solo estaba intentando hacer el famoso golpe del vientre. Hoy, Rafaela trabaja en una de las empresas rivales de la suya, tiene un cargo digno y cría a sus hijos lejos de aquel que debería ser el padre. Matheus, aún de lejos y negándose a seguir la vida de sus hijos de cerca, siempre está al tanto de cada detalle de aquellos que ya heredan todo lo que es suyo. Una evaluación médica fue suficiente para que un corazón de madre dejara de lado la promesa hecha un día y se humillara a los pies del padre de sus hijos, ¿será esta la oportunidad para que Matheus rogue perdón por lo que hizo en el pasado?
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Capítulo 22
AUTORA...
Hola, mis amores, buen día, buena tarde y buena noche. Como la mayoría de ustedes me pidieron que contara la historia de Kilian, he comenzado a producir su libro, pero les aviso aquí, que solo lo publicaré cuando esté en su recta final.
Esta es la portada y la sinopsis:
Kilian Mitchell, un cirujano renombrado de Leesville, viaja a Brasil con el único propósito de atender a un niño y luego, disfrutar de sus tan merecidas vacaciones tras un periodo difícil en el hospital y en su vida personal.
Maya D'aramitz, una joven francesa que elige pasar las vacaciones en un lugar diferente, Brasil, una nación cálida, con gente aún más cálida que el propio lugar, para despejar su mente tras una desilusión amorosa.
Una noche de distracción para dos desconocidos que podría, o no, convertir todo en algo más que una aventura carnal y el calor del momento.
Brasil es tierra de olvidar problemas, se dice; pero, ¿podrá también ser fuente de una nueva historia?
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El destino de ambos está trazado, unidos, sin ni siquiera conocerse.
Ahora, ¡vamos a regresar a nuestra historia!😍
^^^Atte: Bia Morais!^^^
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MATHEUS...
Llegamos al hospital unos minutos después de salir del restaurante y nos dirigimos derechamente a la ala en la que estaba Pedro; Natan había terminado su turno cuando llegamos, así que conseguimos información sobre su estado de salud con otro médico.
— Está estable, por ahora, ha aceptado la sangre, pero esperaremos hasta el lunes por la mañana para trasladarlo a una habitación.
— Está bien — dijo Rafa calmadamente.
Nos vestimos como la última vez y entramos a su habitación, le retiraron algunos aparatos, pero los principales aún están ahí. Le acariciamos y solo guardamos silencio, admirándole y velando por él. Cuando se termina el tiempo permitido, salimos del hospital.
— ¿Quieres que te deje en casa o en algún otro lugar?
— En casa. Ana no vuelve hasta mañana...
Conduzco hasta su casa y la dejo allí.
— Adiós, Rafa, hasta el lunes...
— Hasta... — ella sonríe discretamente y sale del coche.
Espero a que entre en casa para poder irme, jamás pensé que me sentiría tan feliz solo por recibir una sonrisa, pero... No es solo una sonrisa, es la sonrisa de Rafa. Paso el resto del día en casa, no salgo de fiesta como todos los fines de semana y tampoco invito a ninguna mujer a pasar la noche, solo... dibujo.
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Ya es lunes, y como hice durante toda la semana pasada, voy a buscar a Ana a la escuela junto con Rafa y de ahí, vamos a ver a Pedro. Lo habían trasladado a una habitación normal por la mañana, pero como tuve varias reuniones todo el día, no pude venir antes.
Justo cuando llego al hospital, recibo una llamada.
— Necesito contestar, es del hospital donde trabaja el Dr. Kilian.
— Está bien, nos vemos adentro — Ana me da un beso en la mejilla y entra con Rafa; yo me dirijo a un banco y me siento.
— ¿Hola?
— ¿Jones?
— El mismo.
— El doctor Mitchell me ha pedido que me ponga en contacto con usted para informarle que viaja a Brasil esta noche. También quiere saber a qué hora le vendría mejor encontrarse con usted mañana.
— ¿Mañana? ¿Tan pronto?
— Sí, señor Jones. Entonces, ¿qué hora le parece mejor?
— Necesito hablar con la madre de mi hijo primero. Para que ambos estemos disponibles...
— Por supuesto, lo entiendo.
— ¿Puedo devolver la llamada en media hora?
— ¡Sí!
— Perfecto.
Cuelgo y entro casi corriendo al hospital, me dirijo a la habitación de Pedro y en cuanto entro, veo su expresión triste.
— Papá... — habla muy lentamente.
— Hola campeón — me acerco y le beso la frente — ¿sientes mucho dolor?
— No... solo estoy... cansado... — cada palabra que dice parece dolerle aún más.
— No te esfuerces tanto, hijo — le acaricio y él mueve la cabeza lentamente; le beso el cabello y me acerco a Rafa — necesito hablar contigo.
Nos movemos hacia un rincón de la habitación y comienzo a hablar.
— El doctor Kilian viene a Brasil esta noche, ha pedido que marquemos una hora mañana para estar al tanto de la situación de Pedro.
— ¿Para qué hora quedaste?
— Le dije que primero hablaría contigo — ella levanta las cejas — ¿qué hora te vendría mejor?
— ¿No tienes que revisar tu agenda primero?
— Puedo cancelar alguna que otra reunión; tú decides.
— Puede ser después de dejar a Ana en la escuela... Así lo traemos directo al hospital y él mismo examina a Pedro... Habla con el director...
— Vale, llamaré a la secretaria de él y avisaré. Dame solo dos minutos.
Le dejo un beso en el cabello y llamo al número que me había contactado antes, digo lo mismo que Rafa me indicó, y ella confirma que le avisará al doctor Kilian. Me despido y vuelvo mi atención a mi familia, quizá no sea la más tradicional, pero sí, es mi familia, y haré todo lo posible para hacerla aún más perfecta de ahora en adelante.
