El matrimonio, con el tiempo, irremediablemente, se transforma en rutina, pero cuando una retaila de "M" se unen, se convierte en dinamita pura, que detona en una peligrosa explosión, destruyendo la vida misma de forma Siniestra: Matrimonio de Mierda, Monotonía, Mentiras, Maldad, Misterio... Muerte! ¿Fue realmente el azar? ¿O fueron malas decisiones? ¡Las señales estuvieron siempre a la vista y, no las vimos! ¿O tal vez, no las quisimos ver?.. Este es más un drama, con eventos de suspenso sobrenaturales, espero lo disfruten.
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Capítulo XI Encuentro Nada Casual
-¿Para qué necesitamos este antifaz?- pregunta con curiosidad Herminia, mientras se acercan a la entrada del gran salón apenas iluminado, con pocas luces, todo un misterio.
-No lo sé, supongo que es para mantener las identidades ocultas, por aquello de la privacidad- con una sonrisa responde Samanta.
En la entrada del gran salón rojo, entregan las tarjetas, les retienen los celulares y las carteras, les explican que está prohibido grabar y tomar fotos, les marcan con una máquina, un número con tinta que no se ve a simple vista en el antebrazo y, las conducen a una mesa en un salón de luces tenues. Muchas parejas se encontraban allí, estaba lleno el salón.
Ellas se sientan, no eran sillas, sino sofás, con unas mesas cuadradas pequeñas, piden dos cockteles:
-Para mi un Negroni, por favor- solicita Samanta.
-A mi me trae un Ramazzoti- hace su pedido Herminia, pregunta a la hermana, mientras la mesonera se aleja.
-¿Sabes de qué se trata el espectáculo?-
- ¡No tengo ni la más mínima idea!. Me dijeron que era espectaculo para adultos, sin mas detalles, también tengo curiosidad por tanto misterio- responde alegre Samanta.
De pronto se apagan las luces, y se encienden unas escasas luces rojas laterales en lo alto de las paredes, dejando el ambiente bajo mayor penumbra, se abre un telón y aparece en el escenario, una pareja y una cama redonda que da vueltas, ambos están escasamente vestidos con ropa de de cuero negro, la mujer tiene unas largas botas también negras, hasta la mitad de los muslos, hay una mesa con muchos implementos de cuero, látigos, otros que parecen más bien de tortura...
-¡Oh por Dios, es un espectáculo BDSM!- Se tapa la boca Herminia, con los ojos desorbitados.
- Si quieres, podemos irnos- susurra Samanta.
La mesonera, que les trae las bebidas, al escucharlas, les advierte:
- Lo siento, ¿no conocen las normas? Una vez que cierran las puertas, "nadie entra, nadie sale, nadie es obligado a hacer lo que no consciente"- les sonríe con complicidad.
-Por favor tráenos dos vasos de whisky 21 años Buchanans- pide Herminia.
-¡Que sean doble, con poco hielo!- exclama Samanta. La mesera se aleja.
- Si nos vamos a quedar viendo esto, será bajo los efectos del alcohol- sonrie nerviosa Herminia.
-Vamos al baño, antes de que esto se ponga más intenso- propone Samanta.
Cuando se dirigen al baño, varias parejas, ya se encontraban teniendo encuentros sexuales en el pasillo. Ellas entran al baño, y otras parejas lesbicas, se besaban con intensidad, ellas entran a lo que iban y salen. Se adelanta casi corriendo Herminia, y Samanta se queda retocando el maquillaje, sin darle importancia a la pareja lésbica, cuando se le acerca alguien con una voz conocida:
-¿Sam eres tú? No sabía que te gustaban estos espectáculos. Siempre creí que eras del tipo vainilla- se ríe sarcástica Carolina, esperaba con ansiedad ese encuentro, tramado con saña y alevosía.
-¿Caro? ¿Eres tú? ¿Con quién viniste?- pregunta Samanta, reconoce la voz, recordando de inmediato, lo que le dijo su hermana, sobre sus sospechas, de una relación entre Carolina y Robert.
-No creo que necesites saberlo, tampoco me interesa conocer con quién viniste tú. Este encuentro será nuestro secretito, cada una con su respectivo amante. ¡Tranquila, no te asustes, Robert no lo sabrá!- susurra, le sonríe, y se va. Pero, ya había llamado la atención, era lo que Carolina buscaba, sembrar la espina de la duda en la profundidad del corazón de Samanta, pero sobretodo, que la reconociera.
Mientras Carolina se aleja, otra mujer se le acerca, y le toca descaradamente los pechos. Samanta la aleja de un empujón:
-¡Lo siento, tengo pareja!-
- Querida, todos vinimos con parejas, el chiste está, en disfrutar la generosidad de compartirnos, para eso son estos espectáculos ¿O no es así?- con una libidinosa sonrisa, responde.
- Lamento decirte, que no estoy interesada en otra mujer- Samanta sale, dejando a la desconocida. Que se acercaba a otra, quien si la aceptó de inmediato.
Al llegar a su mesa. Herminia había pedido la botella de whisky, y tenía una bandeja con entremeses, preservativos y, lubricantes mentolados. Un hombre, estaba hablándole muy de cerca a Herminia, ella negaba repetidamente con la cabeza.
- Lo siento, no nos gustan los machos, solo queremos ver el espectáculo- explica Samanta, tomando la mano de Herminia aparentando ser pareja, para salir de ese aprieto. El hombre se aleja.
-Sam, esto es una locura, nunca había visto semejante espectáculo y depravación- Susurra Herminia, con horror.
-Hermy, yo tampoco había venido antes a estos sitios, pero es mejor que nos quedemos quietecitas, viendo el escenario, aquí por lo que veo, hay de todas las tendencias, es mejor que aparentemos ser voyeristas, ¿A menos que quieras experimentar con alguien?- sonríe burlona Samanta.
-¿Estas loca? ¡Ni muerta me acuesto con un desconocido! ¡Ya bastante tengo con un cáncer, no necesito tener sida!- responde con un no rotundo Herminia.
-Cambiando de tema, ¿Sabes con quién me topé en el baño hace un momento?- pregunta Samanta.
-¿Cómo voy a saberlo? ¡Cuéntame de una vez!- exclama Herminia.
-¡Nada más y nada menos que con Caro! ¿puedes ceeerlo?- contesta Samanta.
-¿Carolina? ¿Tu amiga de la prepa?- pregunta sorprendida Herminia.
-¡Esa misma!, y cuando le pregunté con quién vino, me evadió la respuesta ¿Qué te parece?- espeta Samanta.
-¡Eso está muy sospechoso! ¿No crees que vino con Robert? Dime: ¿Cómo andaba vestida?- Herminia pregunta con interés, viendo hacia todos lados, buscándola con la mirada.
-No creo, Robert ya debe estar en Málaga. Ella tiene puesto un vestido rojo muy sexi, todas sus pecheras recién adquiridas, a punto de explotar- se rie Samanta, sin sospechar la realidad.
-Voy a darme una vuelta para ver con quién vino, quédate aquí. ¿No le dijiste que venías conmigo, verdad?- dice Herminia con aire de investigadora privada.
-Ja, ja, ja, está bien diviértete, ella no sabe que vine contigo, con ese atuendo y antifaz, nadie va a reconocerte. Pero, cuídate que te van a caer hombres y mujeres como moscas- advierte Samanta divertida, concentrándose en el espectáculo del escenario bebiendo un whisky.
¡Ni se imaginan, la sorpresa que les espera!
Muchas gracias por compartir 🙏 ✨ 👌👏
Cuando se les cae la careta ya es demasiado tarde para la víctima, bastante complicado salir de una relación así
Solo siente miedo y es natural en una situación así
Hay personas que prefieren quedarse sin uñas a dejar de fumar y conociendo lo perjudicial que es para la salud