Amor Imposible

Después de tres días en el Hospital, el Padre de Marisa fue dado de alta, pero debería guardar reposo absoluto en casa y únicamente saldría a las consultas de evaluación y regresar a seguir en reposo. Cada vez que Sergio visitaba a Alicia, sobre todo en el fin de semana, llevaba consigo su Laptop y le ponía a su futuro suegro, aunque Alicia y Sergio eran muy buenos amigos, el amor les brotaba por cada poro de la piel de ambos, aún no habían formalizado su relación, más que nada debido a la timidez de Sergio. Decía que le ponía a su futuro suegro películas de acción en YouTube y eso le hacía , más pasadero el mal momento por el que estaba pasando.

A su vez Marisa recibió la invitación del Dr. Arias de

Salir a tomar un café en un Centro Comercial que se acababa de inaugurar y se puso su mejor vestido y zapatillas que tenía.

Como los dos eran unas personas honestas, no les costó trabajo entablar conversación:

¿Dónde laboras Marisa?

Soy Secretaria en el Área de Recursos Humanos en la Fundidora.

Y usted Dr...

Ningún usted Dr. Mi nombre es Ricardo y ¿por favor tutéame.

De acuerdo Ricardo, por qué Cardiólogo?

Para curar corazones rotos. No, ya en serio, mi Padre murió de un infarto fulminante siendo yo muy niño y me dolió tanto, que aún en la actualidad me sigue doliendo y desde entonces me propuse Cardiólogo y curar a todas las personas que parecieran de dificultades cardíacas, la mayoría de las veces logro y otras no, han sido pocos los casos que he perdido a algún paciente y no deja de ser doloroso.

Ricardo lo siento mucho, pero entiendo que es el riesgo que conlleva una profesión como la tuya.

No ha de ser nada fácil el estar viendo de vez en cuando a la muerte directo a los ojos.

No Marisa, no es nada fácil, los Médicos no tenemos tiempo para lamentar la muerte de algún paciente y cuando logras aliviarlo, como es el caso de tu Padre, nos llenamos de una gran satisfacción que no podemos expresar plenamente, ya que cuando nos damos cuenta ya estamos atendiendo el siguiente caso.

Te admiro Ricardo, eres una buena persona.

Y tu Marisa eres muy hermosa y no solo por tu físico, sino por tu inteligencia aguda y los sentimientos claros y sanos que posees.

Ricardo mira que haces que me lo crea.

Pues créelo Marisa, es la mejor manera de retroalimentar los sentimientos limpios como los tuyos.

Gracias por tus palabras Ricardo, siempre las recordaré.

El tiempo pasó sin que los jóvenes se dieran cuenta y al ver la hora Marisa dijo que ya casi era hora de regresar a casa y Ricardo tenía guardia en el Hospital.

Ricardo pagó la cuenta y abordando su Auto de medio uso, llevó a Marisa hasta la puerta dé su casa y Ricardo se despidió dándole un beso en la mejilla.

Desde la puerta de su casa Marisa vió como se alejaba el Auto de Ricardo y entró en su casa.