Luego de vivir una vida de forma sumisa, pensando que de esa forma todo era mejor, Luna muere en manos de un asesino, fuera de un supermercado a sus treinta años, arrepentida por no vivir de la forma en que quería, pide fervientemente una segunda oportunidad. ¡Que luna tan hermosa la de esta noche, lástima que no la podre ver más! piensa antes de morir desangrada. ¿Qué ocurrió?, desperté en un hospital, pero este no es mi cuerpo y ¿porque tengo orejas de conejo? Reencarnada en otro mundo, ocupando otro cuerpo, descubre que la chica tambien se llama Luna y la dificil vida que llevaba, ademas de que la intentaton asesinar y el principal sospechozo es un hombre que aparece en sus sueños, como un recuerdo de lo ocurrio, quien ademas es uno de sus compañeros de clase y un lobo blanco, uno de los principales peligros para los conejos. Asi comienza esta trama dondd Luna buscara al culpable para tomar venganza
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Capitulo 21. Temida por nadie, comida para todos
Matheus termino de atender las heridas de Luna, luego de eso se levantaron y el hombre se ofreció de manera amable a acompañarla hasta su habitación.
- Te dije que te esperaría afuera – le dice Kaelth halándola por la mano hacia él.
- Pensé te habías rendido lobo – le dice Matheus
- Yo nunca huyo Gato – le dice Kaelth, se podía ver los rayos que se lanzaban mutuamente.
- Chicos, estoy adolorida y cansada – dice Luna fastidiada de la discusión de esos dos – así que yo me iré a mi habitación, mientras resuelven sus diferencias – les dice tratando de alejarse de Kaelth para caminar, pero el hombre se lo impidió.
- Yo te llevare – le dice apretando su mano para evitar que la mujer se zafe – así que tú ya puedes largarte – le dice a Matheus mientras le lanza una mirada de odio.
- No me iré hasta dejar a Luna en su habitación, sana y salva – le dice Matheus devolviéndole la mirada.
- Dudo que eso sea necesario, así que ya puedes irte – le dice Kaelth
- Si pues…
- ¡Bueno ya! – les dice Luna, ya habían conseguido molestarla con su tonta disputa – no me interesa quien me acompañe o si voy yo sola, solo quiero descansar – les dice molesta, luego siente como sus pies son separados del suelo y su cuerpo empieza a sentir el calor de Kaelth.
- Lárgate gato – le dice a Matheus mostrándole sus colmillos, mientras tenia a Luna cargada entre sus brazos. Matheus lo miraba con desprecio, pero luego relajo la mirada.
- Muy bien – le dice mostrándole la misma sonrisa amable que solía utilizar – dejare que tú lo hagas lobo, de todos modos, eso no significa nada – mira a Luna con gentileza – cuídate mucho – luego de eso, se da la vuelta y se marcha.
- ¿Kaelth? – le dice Luna al notarlo tan callado.
- Vamos a llevarte a tu habitación – le dice el hombre, parecía molesto aún.
- ¿Qué te sucede?, ¿Por qué estás tan molesto? – le dice Luna – además, ¿puedes bajarme?, quiero caminar – el hombre siguió caminando con ella en sus brazos – oye...
- ¿Cómo demonios puedes ser tan confiada? – le dice de pronto en tono molesto
- ¿Ah? – no entendía esa actitud repentina hacia ella – no entiendo a qué te refieres – le dice molesta.
- ¿Cómo puedes confiarte de ese tipo?, él es un carnívoro, Luna – seguía caminando hacia las habitaciones.
- El no es malo – le dice molesta – además he estado confiando a ciegas en ti y tu también eres un carnívoro – le grita
- Tampoco puedes confiar plenamente en mí, ¿entiendes? – le dice alterado – él y yo tenemos instintos, incluso tu misma los tienes, ¿no es así? – Luna se quedó muda al instante – entonces mírate tal y como eres – le dice – eres una presa y no hay nada que los felinos adoren más que el jugar con la comida – estaba sumamente eufórico - ¡Creí que ya lo habías entendido! – le grita.
- ¡No me grites! – le dice molesta- mis orejas son sensibles idiota
- Pues si no quieres que te grite, deja de ser tan tonta – le dice molesto.
- Está bien, ya lo entendí – le dice calmando la situación – seré más precavida – “aunque es difícil no confiar en alguien que salvo tu vida”, suben las escaleras hacia las habitaciones y llegan hasta la puerta de la habitación de Luna.
- ¡No!, ¡No!, ¡No! – dice Luna al estar frente a la puerta.
- ¿Qué?, ¿Qué te sucede? – le dice Kaelth alarmado buscando el problema
- Olvide todo en el gimnasio incluida la llave de mi habitación – le dice lamentándose
- ¿Otra vez? – le dice en forma de reproche - ¿ya ves, que eres tonta? – le dice viéndola
- ¡no fue mi culpa! – le dice molesta – estaba tratando de no morir allí – le dice frunciendo el ceño. Kaelth suspira y luego la baja al suelo, poniéndola de pie.
- Espera aquí – le dice.
- ¿A dónde vas? – le pregunta
- Iré por tus cosas – la mira seriamente – no te vayas a mover de aquí coneja – le dice de forma imponente, luego se marcha. “mírenlo, me dice que no confié en el y siempre anda haciendo este tipo de cosas, ¡deja de confundirme idiota!, que hombre tan desesperante”. Luego de diez minutos de espera, Kaelth apareció con las cosas de Luna, se las entrego y ella busco su llave, la saco del bolso y abrió la puerta.
- Muchas gracias – le dice en cuanto abre la puerta y voltea a verlo – por todo lo que hiciste el día de hoy por mí, no sé cómo, pero te prometo que te lo agradeceré debidamente – le dice sonriendo.
- La mejor forma de agradecerme es dejando se ser tan estúpida y darte cuenta de que eres comida para todos y temida por nadie – le dice dándole un con el dedo por la frente.
- ¡Oye! – le dice sobando su frente – te dije que no hicieras eso – le dice molesta.
- Entonces deja de ser tan tonta – le dice sonriendo y le vuelve a dar con el dedo por la frente.
- ¡Kaelth! – le dice sobando su frente. En ese momento la puerta de la habitación de Luna se abre completamente dejando el interior a la plena vista de Kaelth – Luna – le dice de forma sombría
- ¿Qué?, ¿Qué sucede? – le dice viendo su cambio repentino.
- Esas marcas de garras en la pared de tu habitación y en tu cama – le dice molesto – no fuiste tú, ¿verdad? – no dejaba de mirar hacia adentro.
- ¿Qué? – la mirada en los ojos de Kaelth la desconcertaron
- ¡Habla! – le grita – no fuiste tú ¿verdad? – le dice alterado
- N…no, no fui yo – le responde – entraron a mi habitación – le dice
- Entonces esta marca – levanta la manga de su camisa revelando la herida de su hombro - ¿sabes quién te la hizo? – le dice molesto
- ¿tu como sabes de esta herida? – “¿será posible que mis sospechas sean ciertas y Kaelth fue quien lo hizo?, ¡Oh por Dios!, si es así, estoy en peligro.
- En serio que eres tonta, nos apareamos, te vi desnuda, obviamente iba a notar esa marca – le dice – no pregunte porque pensé que era alguna pelea de mujeres – le dice – pero esto lo agrava todo – señala la habitación de Luna.