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De Sirvienta A Reina

De Sirvienta A Reina

Status: Terminada
Genre:Venganza de la protagonista / El Ascenso de la Reina / Brujas / Reencarnación / Mujer poderosa / Harén Inverso / Completas
Popularitas:92.6k
Nilai: 5
nombre de autor: Libi 2

Lissa Rosette una joven doctora del siglo XXI cae en coma después de salvar a una niña de ser atropella por un camión. Sin saberlo queda atrapa en una de las mejores novelas de harén inverso y erotismo escrita por su autora favorita. Ahora Lissa es Eyra una extra que muere cuando el príncipe heredero del reino de Eldoria se aburre de ella, al fijar sus ojos en la dulce protagonista. Pero ahora Lissa siendo Eyra cambiará su destino, se vengara del príncipe que jugo con ella como si fuera un objeto y de la protagonista que no le importo arruinar las vidas de las demás para su lograr sus objetivos. Todo esto antes de que la maldición que posee el cuerpo de Eyra la mate. ¿Lograra Lissa cumplir sus objetivos?

NovelToon tiene autorización de Libi 2 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 19

El tiempo seguía su curso, y Eyra, con paciencia y precisión, se fue ganando aún más la confianza de la reina Sibylla. Tal y como la describían, Sibylla era una mujer bondadosa, caritativa con su pueblo, y cumplía a la perfección con su rol de reina. No había quejas sobre ella. Era respetada por todos los ministros de la corte, y el rey Leopold siempre le otorgaba su lugar, tratándola con deferencia y consideración.

Su matrimonio, como el de muchos nobles, había sido por conveniencia. Sin embargo, entre ellos reinaba el respeto. Se entendían, se escuchaban, y se mantenían unidos ante los ojos del reino.

Pero Eyra sabía que la reina no era solo bondad. Sibylla también era astuta, exigente, y no toleraba fallos ni traiciones. Todo aquel que representara un obstáculo en su camino era eliminado. Por las buenas… o por las malas.

Eyra la había estado estudiando. Sus gestos, sus silencios, sus prioridades. Y entre todas sus fortalezas, también encontró una debilidad: su hijo mayor, el príncipe heredero Alexander. Apesar de tener dos hijos, el favoritismo que la reina mostraba por él era evidente. Para nadie en Eldoria era un secreto.

Y Eyra pensaba usar eso a su favor.

Su objetivo era otro: el segundo príncipe, Adryel Eldorian. Dos años menor que su hermano, de cabello rubio oscuro como su padre y ojos violáceos profundos como su madre. A pesar de su juventud, Adryel destacaba por su inteligencia política, su carisma natural, y sobre todo por el don que poseía. Muy diferente a Alexander, quien apenas dominaba la magia elemental, aunque lo compensaba con su habilidad en combate.

Eyra lo observaba desde la distancia, mientras entrenaba con los soldados. Estaba en medio de un duelo con uno de los capitanes.

El joven era ágil, preciso, elegante con la espada. El duelo fue intenso, pero al final, el capitán ganó… o eso parecía. Eyra se había percatado de que Adryel había perdido a propósito.

Se acercó a él con una toalla en mano. La cual el joven príncipe acepto con una sonrisa amable.

—Es bueno no llamar demasiado la atención de los ojos curiosos —dijo en voz baja—. Pero tampoco deberías perder siempre a propósito.

Adryel la miró con sorpresa, pero no respondió.

—A veces demostrar tus habilidades es peligroso. Pero esconderlas y dejar que te crean débil… puede ser peor.

Pasó por su lado, y le susurró:

—No te muestres como el eslabón débil solo para complacer a la reina. Que Alexander destaque por encima de ti… no vale la pena esa humillación.

Y sin más, siguió su camino. Con una sonrisa maliciosa en los labios. Ese joven príncipe ocultaba más de lo que aparentaba. Y Eyra pensaba usar eso a su favor.

El resto de la mañana transcurrió con normalidad. Eyra se dedicaba a sus tareas en el palacio de la reina, moviéndose con la discreción calculada que la caracterizaba. Fue entonces que Alyn, se acercó a ella con una sonrisa cortés.

—Eyra, ¿podrías hacerme un favor? —dijo, extendiéndole una caja mediana de terciopelo negro—. Debo atender un asunto urgente. Llévala a la sala privada de reuniones de la reina.

Eyra la miró con dulzura y aceptó.

—Claro, pero me deberás una.

Alyn asintió y se retiró. Eyra observó la caja con curiosidad, luego se dirigió a la sala indicada.

Al entrar, encontró a la reina Sibylla sentada junto al príncipe Alexander, ambos tomando té.

Frente a ellos se encontraba, un hombre mayor de porte distinguido, cabello negro salpicado de canas y ojos turquesa, observaba con respeto a la reina.

Eyra hizo una reverencia y entregó la caja. Sibylla la colocó sobre la mesa y la abrió, revelando un collar de oro blanco con rubíes incrustados. Eyra se sorprendió ante la magnificencia de la joya.

La reina hizo una seña al hombre frente a ella, quien sonrió al verla.

—Es un regalo para su esposa, la duquesa Elise —dijo Sibylla, con una sonrisa medida—. Espero seguir contando con el apoyo de la familia del duque… y que vea en mi hijo al próximo gobernante.

El duque asintió complacido y colocó unos documentos sobre la mesa. Luego miró a Eyra, y Sibylla le hizo una seña para que se retirara.

Eyra obedeció, aunque la curiosidad la quemaba por dentro. ¿Qué decían esos documentos?

Mientras caminaba por los pasillos, pensando en cómo averiguarlo, alguien la tomó del brazo. Eyra se giró, alerta. Era el príncipe Alexander.

—Señorita Eyra, ¿verdad? Nos cruzamos hace unos días por estos mismos pasillos —dijo con una sonrisa.

Eyra se soltó con firmeza.

—Lo siento si invadí su espacio. Solo quería hablar con usted… conocerla mejor.

—Alteza, con todo respeto, no sé qué interés tendría en conocer a una simple doncella como yo. No podría ofrecerle un tema de conversación que sea de su interés.

—No creo que una simple doncella pudiera curar la enfermedad de mi madre —dijo, acercándose más intenta tomar un mechón de su cabello, pero Eyra vuelve alejarse haciendo que el príncipe sonría al ver su reacción—. Una persona capaz de eso podría ofrecerme un buen tema de conversación… o tal vez otra cosa.

Eyra lo miró con frialdad. Se estaba conteniendo las ganas de pegarle a ese príncipe y borrarle ese estúpida sonrisa de su rostro.

—Lo que la reina tuvo fue una reacción alérgica. No fue una enfermedad grave. Yo no soy médica, ni nadie especial. Solo una doncella. No vale la pena que pierda su tiempo.

Hizo una reverencia y se dispuso a marcharse. Pero Alexander volvió a tomarla del brazo, acercándola a su cuerpo.

—Una mujer como usted sí vale mi tiempo.

Eyra estaba a punto de perder la paciencia, no soportaba tener más tiempo a Alexander cerca, estuvo al punto de cortales las manos y mandar todo el plan al desagüe. Pero una voz femenina intervino.

—¿Qué pensaría el rey y los ministros si vieran al príncipe heredero acosar a una doncella del palacio de la reina? Sería un escándalo. —Los pasos de tacones resonaron en el pasillo— Puede que los ministros los dejen pasar, pero el rey lo dudó mucho.

Alexander apretó la mandíbula y soltó a Eyra. La pelinaranja se giró quedando sorprendida. Una joven de cabellos largos y ondulados de color rosado oscuro, ojos turquesa verdosos, la observaba con serenidad.

La joven apartó la mirada de Eyra y la posó sobre el príncipe Alexander, el cual estuvo a punto de responderle, pero se contuvo, al ver como la reina Sibylla venía en compañía del mismo hombre que estaba con ellos en la sala de reuniones.

La joven se acercó, sin mostrar emoción.

—Es un placer ver bien de salud a la reina —dijo con voz suave, haciendo una reverencia—. Que los dioses la sigan bendiciendo con mucha salud.

—Agradezco sus palabras, señorita Rosalind —respondió Sibylla, que venía acompañada del duque—. La duquesa Rosenthal la ha educado bien.

La reina miró a su hijo.

—Te estaba buscando. El rey ha pedido que nos reunamos con él. Y como se ha enterado de que el duque Rosenthal y la señorita Rosalind están en el palacio, ha pedido también su compañía.

Alexander cambió su expresión al instante. Sonrió, hizo una seña a su madre, y se adelantó. Pero al pasar junto a Rosalind, murmuró:

—Esto no va a quedar así.

Eyra observó a la joven con sorpresa. Ya entendía por qué su rostro le resultaba familiar la primera vez que la vio en el convento hace tantos años, Ross, la niña que había ayudado, era Rosalind Rosenthal, la villana de El Corazón de la Reina. Prometida de Alexander. Destinada a morir envenenada.

Rosalind pasó por su lado sin mirarla. Unos minutos después, una doncella de la casa Rosenthal se acercó a Eyra y le entregó un papel discretamente.

Eyra lo leyó. Y sonrió.

Era un mensaje de Rosalind.

Una invitación.

Una reunión esa noche.

Y Eyra no pensaba faltar.

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Marga Diverio
gracias ☺️
nelida ballesteros
hermosa 😘😍
Libi: Muchas gracias 😘 🥰
total 1 replies
Vero Ramírez
q buen trabajo
Libi: Gracias 🥰
total 1 replies
Josefa Villalta
Excelente
Angel Fonseca
Muy buena
Sabri Nahir Zapata Zini
Hermosa historia
Magdalena Escobar Aranda
maravilloso trabajo felicidades autora y espero poder seguir disfrutando de tus novelas
Libi: Gracias por tus palabras. Espero ver tus comentarios en la nueva novela El Renacer de la Extra Exiliada
total 1 replies
Magdalena Escobar Aranda
muy buena 👍
Magdalena Escobar Aranda
hasta que por fin se decidieron 😍
Magdalena Escobar Aranda
cuando llega el agua al cuello cuidado
Magdalena Escobar Aranda
si que hará Eyra😬
Magdalena Escobar Aranda
hay caray caray 😬
Magdalena Escobar Aranda
hay y ahora que pasará
Magdalena Escobar Aranda
ya es hora que los pongan en su lugar
Magdalena Escobar Aranda
le dieron probada de su propio chocolate
Stella
gracias
Magdalena Escobar Aranda
pues al ataque 😉
Cruz Mejia
La relación del ex emperador con Miranda la vi venir, esa lealtad qué ella daba debía tener una recompensa y que mejor que con un hombre al que ella reparo con dedicación y paciencia y que la ama.
Eyra tuvo su final feliz e hizo a dos hombres felices /Shy//Awkward//Awkward//Facepalm//Facepalm/
Me encanto de principio a fin.
Cruz Mejia
Buena jugada le hizo Silas a Rosalind 🤭 solo así se le quito lo tonta indecisa /Shy//Facepalm//Facepalm/
Una noche de pasión y lujuria desenfrenada para la parejita y el trío /Awkward//Awkward//Awkward//Awkward//Awkward/ años de abstinencia desbordada 🥵🥵🥵🥵🥵
Magdalena Escobar Aranda
así que regreso a su vida real Lisa
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