Un psiquiatra con habilidades mentales inusuales trata a un mafioso con pesadillas. Aunque inicialmente el psiquiatra parece el curador, la relación se vuelve ambigua, un juego de poder donde ambos podrían influir y manipular al otro, difuminando la línea entre paciente y terapeuta.
El psiquiatra puede aliviar la ansiedad del mafioso, pero al mismo tiempo, el mafioso, con su experiencia y astucia, podría influir en el psiquiatra, desafiando sus métodos y explorando las implicaciones éticas y personales de sus habilidades.
La relación, por lo tanto, transciende la simple interacción médico-paciente, convirtiéndose en un complejo intercambio de influencias donde la línea entre la curación y la manipulación se vuelve borrosa.
¿Quién, al final, ha curado a quién?.
Final inesperado...
—¿Quieres saber que sucederá?. Te invito a leer. (☞ ͡° ͜ʖ ͡°)☞
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Capitulo 21
Zachary estaba en su oficina trabajando con el papeleo cuando recibió una llamada de Keith.
—Zacha, ¿estás libre esta noche?.
Se levantó de su asiento y se quedó de pie junto al ventanal, mirando hacia afuera.
—¿Qué?.
—Quiero programar una sesión de hipnosis profunda para ti.
—La sesión de anoche salió bien, hoy estoy bien, puedo esperar un poco...
—No, esta vez es diferente— La voz de Keith no carecía de emoción— Puede que haya encontrado la causa que te atormenta. Podemos intentarlo esta noche entrando en tu subconsciente mediante hipnotismo; podría ayudarte a recuperarte.
—¿Recuperarme?.
—Claro, hacer que los recuerdos sean menos intensos.
Zachary frunció los labios.
—Zacha, ¿no quieres vivir menos ansioso, tenso y dormir bien?.
La respiración de Zachary tembló y, para ser honesto, se encogió un poco.
—¿Me estás escuchando? ¿Zacha?.
Zachary comprendió que, para curar por completo la ansiedad y el insomnio, debía afrontar su pasado. Comprendía su miedo, pero jamás permitiría que se convirtiera en una excusa para escapar. Lo pensó varias veces, no quería que Keith se enterará de su otra profesión.
Tras un largo silencio, finalmente habló.
—¿A qué hora esta noche?.
—¿A qué hora sales del trabajo? ¿Paso a recogerte?
—De acuerdo.
Al colgar, vio a Aslan de pie frente a su oficina con una sonrisa.
—Señor Hatlin, ¿con quién habla por teléfono? Es tan reservado.
El rostro de Zachary permaneció inmutable.
—La persona en cuestión.
—Ah, si no me equivoco, ¿es esa persona de apellido Neal?.
—¿Y qué si lo es? ¿Y qué si no lo es? — Zachary regresó a su escritorio y se sentó —¿Está ocioso?.
—Después de tantos años como socio experimentado, estoy cansado del trabajo, ¿no podría pasarme a charlar con usted? — Aslan se acercó a él —¡Hatlin, Hatlin, déjame darte una noticia impactante!.
—Dilo.
—¡¡¡Anthony Pitt regresa al país!!!
Al oír ese nombre, una leve sonrisa se asomó en los ojos de Zachary.
—Ah, ya entiendo.
Aslan, insatisfecho, dijo.
—Hatlin, ¿por qué reaccionas así? ¿No tienes curiosidad por saber cuándo regresará?.
—Naturalmente, regresará cuando sea el momento.
—¿Y si es mañana?.
—Imposible.
—¿Por qué?.
—El caso que tiene a cargo allí no debería terminar tan pronto.
Aslan se encogió de hombros.
—Lleva casi dos años en la rama británica, y pensé que no regresaría.
—Aunque no regrese, es natural. Él mismo es medio británico.
—Hatlin, eres demasiado frío y despiadado — Aslan suspiró —Fueron compañeros de clase en la Facultad de Derecho en la Universidad de Londres, y solían trabajar juntos. Creía que eran muy cercanos.
—Le estás dando demasiadas vueltas — Zachary dijo —No tengo mucha amistad con él.
Sin haber desenterrado ningún chisme sobre Zachary, Aslan salió decepcionado de la oficina.
Zachary cogió su teléfono y abrió su círculo de amigos de chat, deslizando el dedo hacia una foto que Anthony había publicado hacía media hora: una foto de grupo de sus colegas de la sucursal británica del bufete Hatlin & asociados.
Anthony estaba de pie, sonriendo abiertamente. El texto que lo acompañaba era de su habitual estilo extravagante.
(¡Mi pais! ¿Me extrañas?).
Casualmente, la siguiente publicación en este círculo de amigos resultó ser un enlace a un artículo publicado por Keith: un trabajo profesional sobre psicología que había firmado y publicado en una revista internacional.
Zachary le dio "me gusta" a Keith.
...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...
Después del trabajo, Zachary fue a la casa de Keith. Era un apartamento en la zona costera.
Como psiquiatra, Keith tenía una sala de tratamiento especial en su casa.
Ahora, Zachary y él entraban. Encendió la cálida luz amarilla, que emitía un brillo suave y tranquilo. Las cortinas se corrieron y la habitación se volvió aún más silenciosa. Keith preguntó.
—Zacha, ¿quieres escuchar música?.
—No.
—¿Te gustaría quitarte el abrigo?.
—Sí.
—¿Quieres que te ayude?.
—Puedo hacerlo yo mismo— Zachary se quitó la chaqueta del traje y la dejó a un lado en un
Keith se acercó y le susurró.
—Déjame ayudarte a desatarte la corbata.
Los dos hombres estaban tan cerca que podían oírse la respiración. Si bajaba un poco la vista, podía ver el lunar en forma de lágrima en el rabillo del ojo. Con paciencia y delicadeza, ayudó al abogado a desatarse la corbata, con voz agradable.
—Listo, ya puedes acostarte.
Keith se sentó a su lado y le susurró.
—Hoy probaremos la hipnosis retrospectiva. Zacha, primero necesito que te relajes.
Zachary cerró los ojos.
Keith susurró.
—Ahora, imagina que estás en un ascensor. ¿Estás en el ascensor, Zacha?.
—Sí.
—Muy bien. En este momento, el ascensor desciende cada vez más profundo en la tierra. Zacha,contaré lentamente del 1 al 10, y con cada número sentirás que el ascensor desciende una cierta distancia, ¿estás listo?.
—Sí.
—1, el ascensor baja lentamente y sientes que te caes.
—2. La gravedad te libera y viajamos cada vez más profundo.
—3. Te sientes cada vez más tranquilo y el estrés desaparece.
—4. Empiezas a acceder a tu subconsciente.
—5. Toda atadura desaparece.
—6. Disfrutas de esta profunda comodidad.
—7. Es como si hubieras regresado a la casa del alma.
—8. Lleno de seguridad y paz.
—9. Apunto de alcanzar un estado de profunda relajación.
—10. Las puertas del ascensor están a punto de abrirse para ti... Zacha, juntos, salgamos y entremos en tu subconsciente más profundo.
La respiración de Zachary se calmó gradualmente, su pecho subía y bajaba ligeramente con un ritmo regular.
—Al salir del ascensor, entras en un túnel de suave luz blanca. Estás sereno, como si nunca antes te hubieras sentido tan ligero y feliz... Viajando por el túnel del tiempo y el espacio, tu subconsciente te transporta a esa fecha.
Zachary frunció el ceño.
Keith le susurró al oído.
—Zacha, tu subconsciente te guiará automáticamente a explorar los recuerdos más profundos para ti. Como en una transmisión en una pantalla, verás muchísimas imágenes. Dime, Zacha, ¿qué ves?.
Zachary tenía los ojos cerrados y la respiración un poco agitada.
—La escuela.
—¿Qué hay ahí?
—Gente
—¿Qué gente?.
—No puedo ver.
—¿Qué oyes?.
—Leyendo poesía.
—¿Lo escuchas claro?.
—No.
—Enfocate. ¿Ya lo escuchas?
—Si, fuerte y claro.
La voz de Zachary se volvió áspera y empezó a recitar el poema.
—Muy bien, sigue, ¿qué más ves?.
—Llueve en la calle —dijo Zachary.
—¿Tienes tu paraguas?.
—No, Keith ¿por qué?.
—¿Qué?.
—La lluvia es roja.
—Las imágenes subconscientes pueden ser celestiales, y el color no importa.
—Lo entiendo, eso no es lluvia — Zachary hizo una pausa y su voz comenzó a temblar — Eso es sangre.
—Zacha, tú...
Zachary lo interrumpió y continuó.
—Tanta, Keith. En mi cara, en mi cuerpo, por todas partes. ¿Qué debo hacer? ¿Qué debo hacer? Alguien viene, Keith.
—¿Quién?.
—No sé, es bonita, pero... —Los nudillos de Zachary palidecieron y se aferró a la sábana a su costado —Dijo, dijo.
—¿Qué?.
—Que yo maté... a mi madre —Un sudor frío resbaló de la frente de Zachary— Quien debería haber muerto soy yo.
