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Reencarne En El Cuerpo De Mi Alfa Destinado.

Reencarne En El Cuerpo De Mi Alfa Destinado.

Status: Terminada
Genre:CEO / Completas / Amor prohibido / Omegaverse / ABO / Reencarnación / Familia Ensamblada
Popularitas:7.2k
Nilai: 5
nombre de autor: Pequeña Flor de Lirio

Debido a un accidente, el esposo Omega del presidente Alfa, dió a luz y quedó en estado vegetativo.

El Alfa destinado del Omega que estaba en coma hace 12 años, de repente despertó.

_ Nada es más honorable que ser un Alfa Fuerte, inteligente y guapo. Soy un Alfa que ha estado en estado vegetativo durante doce años, he despertado con un gran secreto

_ ¿Cuál será? ┐⁠(⁠ ⁠˘⁠_⁠˘⁠)⁠┌
_ ¿Quieres saberlo?¯⁠\⁠_⁠(⁠ツ⁠)⁠_⁠/⁠¯

>•<•>•< Ven a leer >•<•>•

NovelToon tiene autorización de Pequeña Flor de Lirio para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo 21

El sol se filtraba a través de las ventanas del hospital, iluminando la habitación donde se encontraba el cuerpo de Abel, en coma desde hacía un año.

Hudson y Abel (en el cuerpo de Daniel) habían decidido que era hora de despedirse. El ambiente era pesado, lleno de emociones encontradas. Se sentaron uno a cada lado de la cama, mirando el cuerpo de Abel con una mezcla de tristeza y nostalgia.

—No puedo creer que hayamos llegado a este punto —dijo Daniel, con la voz entrecortada—. Siempre pensé que volvería a mi cuerpo.

Hudson asintió, sin apartar la vista del rostro inerte del cuerpo Omega de Abel.

—Yo también. Tu cuerpo de Omega era tan fuerte… No entiendo por qué tuvo que pasarnos esto.

Abel tomó la mano de su cuerpo que yacía en la cama del hospital, sintiendo el frío en su piel y miró a Hudson para luego decirle:

 —Somos un equipo, Hudson. Siempre estuvimos juntos en las buenas y en las malas. Tal vez, el destino o los dioses se entristecieron y nos dieron otra oportunidad. Recuerdo cuando nos perdimos en aquel viaje a la playa y terminamos durmiendo bajo las estrellas…

—¡Y cómo nos reímos cuando nos despertamos llenos de arena! —interrumpió Hudson, sonriendo a pesar del pequeño dolor— Siempre tenías una manera de hacer que todo fuera divertido. Los dioses sabían cuánto te necesitábamos los niños y yo.

—Sí —dijo Abel, limpiándose una lágrima— extrañaré mi cuerpo… Lo extrañare tanto.

Hudson respiró hondo y miró a Abel.

—¿Crees que él nos escucha? Quiero decir, en algún lugar dentro de tu cuerpo puede estar Daniel… ¿sabe que estamos aquí?.

—No sé, él me dió su cuerpo y se fue, pero tal vez nos esté viendo y escuchando en este momento. —respondió Abel con firmeza— Espero que sienta nuestro amor, él decidió dejarme ser feliz contigo nuevamente.

Hudson se inclinó hacia el cuerpo Omega de Abel y le habló suavemente.

—Amigo, estamos aquí, por si acaso estás ahí y puedas escucharme. Siempre lo estaremos, estaremos muy agradecidos. Seremos y debemos ser fuertes por sacrificio. No quiero que sufras más y vete. Seremos felices con los niños.

Abel asintió y se acercó un poco más a la cama.

—Daniel, soy yo, Abel. Si me escuchas, quiero que sepas que viviremos más aventuras juntos… Gracias, por tu sacrificio. Nunca te olvidaremos.

Un silencio pesado llenó la habitación mientras ambos procesaban la situación. Finalmente, El cuerpo de Abel rompió el silencio.

—¿Recuerdas aquella vez que decidimos hacer una fogata en el parque? Pensábamos que sería una gran idea hasta que casi quemamos el arbusto del vecino…

Abel soltó una risa entre lágrimas.

Hudson sonrió un poco y continúo la historia.

—¡Sí! Y cómo corrimos cuando salió gritando como loco. ¡Nunca habíamos corrido tan rápido! Daniel siempre fuiste el más rápido.

Abel sonrió al recordar ese momento tan divertido y miró a Hudson con complicidad. —Siempre fuiste el más valiente entre nosotros tres… Te lanzaste a salvar la situación mientras yo solo pensaba en escapar y Hudson en esconderse.

Abel se rió nuevamente, pero su risa pronto se desvaneció en un susurro triste.

—Daniel siempre fuiste el pegamento que unía nuestras locuras.

Hudson apretó suavemente la mano de Abel.

 —Te prometo que nunca dejaremos que tu memoria se apague y que tu sacrificio sea en vano. Haremos todo lo posible para mantener viva tu esencia y dar gracias a tu sacrificio.

Abel miró al monitor conectado en su cuerpo de Omega; los pitidos eran constantes, pero fríos, como un recordatorio de lo frágil que era la vida.

 —No sé si estoy listo para esto… Para dejar ir mi cuerpo.

Hudson suspiró pesadamente y se pasó una mano por el cabello desordenado.

—Nadie está listo para perderse… Pero si esto es lo mejor...

Abel cerró los ojos con fuerza y respiró hondo

Finalmente, Hudson rompió el silencio nuevamente.

—Quiero leerle algo… Algo que escribí esta mañana mientras esperaba aquí.

Abel lo miró curioso mientras él sacaba un papel arrugado de su bolsillo.

—Escribí esto pensando en ti, amigo mío.

—Hoy me despido de ti no porque quiera olvidar, sino porque sé que mereces descansar en paz. Cada risa compartida fue un regalo; cada aventura fue un capítulo inolvidable en nuestras vidas. Te llevo conmigo en cada paso que doy y en cada decisión que tomo.

Abel sonrió entre lágrimas al escuchar esas palabras tan sinceras de Hudson.

—Es hermoso… Estoy seguro de que le encantó escucharlo.

Hudson continuó.

—Aunque no estés físicamente aquí, tu luz siempre brillará en nuestros corazones. Nos enseñaste el valor de vivir plenamente y amar sin reservas.

Ambos callaron por un momento mientras contemplaban el rostro sereno del cuerpo Omega, era como si estuviera durmiendo pacíficamente.

—¿Sabes? Me gustaría pensar que algún día nos volveremos a encontrar —dijo Abel suavemente—. En algún lugar donde no haya dolor ni sufrimiento.

Hudson asintió lentamente, sintiendo un nudo en la garganta mientras decía:

—Sí… Y cuando eso suceda, habrá una gran fiesta esperándonos con música y risas por doquier.

Abel sonrió al imaginarlo; su corazón dolía, pero había esperanza en sus palabras.

—Y bailaremos como locos como siempre lo hicimos.

Hudson se puso serio nuevamente mientras miraba a Abel.

—Te prometemos seguir adelante con nuestras vidas, pero nunca olvidarte… Siempre serás parte de nosotros.

Abel tomó aire profundamente antes de hablar

—Es hora de decir adiós… Pero no es un adiós definitivo; es solo un hasta luego.

Ambos se inclinaron hacia el cuerpo inerte, colocaron sus manos sobre su pecho y susurraron al mismo tiempo.

—Te amamos.

Con lágrimas corriendo por sus mejillas, se abrazaron fuertemente mientras el monitor comenzó a emitir un sonido constante antes de apagarse lentamente; era el sonido del final, pero también del amor eterno entre ellos.

La habitación quedó en silencio absoluto; dos corazones rotos, pero llenos de gratitud por haber tenido a Daniel en sus vidas se aferraron a esa luz brillante del recuerdo en sus corazones.

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YOONMIN 💜
en verdad es raro para Abel asistir a su propio funeral,,,,
YOONMIN 💜
😭😭una despedida muy triste, eran unos amigos inseparables el trío perfecto para la diversión,,
Alma D. Zarate
Excelente
Maria Isabel Fernandez
interesante y compleja....
bea yordan: muy de acuerdo
total 1 replies
YOONMIN 💜
hola autora, tu novela está muy bonita 😊 te felicito, espero pronto la actualices,saludos....
Alma D. Zarate: FELICIDADES!!!
tan bonita novela para que se quede trunca
total 1 replies
YOONMIN 💜
porqué todos le hablan con el nombre de Abel si se supone que es Daniel???
🌸Pequeña Flor de Lirio🌸: Me equivoqué yo
total 1 replies
Isamar Martinez
Excelente
Isamar Martinez
Bueno
Maria Garrido
me gustaría que terminaras tus novelas antes de empezar otras nosotros los lectores deseamos leer cuando están terminadas por favor.
V. Jorge
Excelente
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