Llega la segunda parte de Incondicionalmente. Está vez narraremos la historia de Ava, hija de Sam y James Sus hermanos Aiden, Ethan y Evan son parte importante de esta historia en donde el amor, las intrigas y los malos entendidos se harán presentes.
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Capítulo 21
La vida en Londres transcurre sin sobre saltos para Ava. Continúa enfocada en su trabajo y cada tanto sale a divertirse con sus amigas.
Sus padres pasan más tiempo en Londres qué en Italia y se ha vuelto muy cercana con su madre.
¿Se ha olvidado de Ryan? No, aunque ya no sueña con él como antes, se ha concentrado en su estabilidad emocional. No quiere que nada ni nadie le quite la paz qué tanto le ha contado conseguir.
Hace algunos meses después de volver de Las Bahamas y al conocer la noticia de su embarazo pasó por situaciones muy difíciles y qué le costó demasiado superar.
Sentía que había decepcionado a toda su familia, podía notar la desilusión en los ojos de sus hermanos, pero en especial en su padre.
Los cuatro hombres de la familia se empeñaban en buscar al hombre que se había burlado de su princesa sin importar la decisión que ella quisiera tomar. Fue Samantha quien los convenció de dejar ese tema atrás y mejor brindarle a Ava el apoyo que necesitaba para superar ese trago amargo.
Actualmente, parecen haber dejado atrás el tema y se han enfocado en sus asuntos, dándole un respiro a su hermana.
En un par de semanas toda la familia viajará a Nueva York para acompañar a Ethan y Evan en la presentación del software qué diseñaron en colaboración con Miller Corporation.
- Mamá, deberían de ir ustedes a acompañar a mis hermanos. Yo preferiría quedarme en Londres.
- Lo siento, Ava. Esto no está a discusión, es el evento más importante hasta ahora en la carrera empresarial de tus hermanos y debemos apoyarlos.
- Sí, pero no estoy de ánimo.
- Vamos de compras, seguro eso te anima. Necesitamos un par de vestidos adecuados para la ocasión.
- Ok, vamos.
Ava es incapaz de elegir un vestido, nada le convence. Si no es el color, es el corte o el escote.
- No me estás dejando otra opción, hija. Deberé escoger por ti si no te decides ya.
- Por mí no hay problema, escoge tú.
- Nos llevamos estos dos, señorita.
- Claro, en un momento los envuelvo.
- Deja esa apatía, deberías de estar feliz por tus hermanos.
- Y lo estoy, solo que últimamente me siento más cansada de lo habitual.
- Es normal, trabajas mucho. Deberías bajar el ritmo.
- En unos meses lo haré, ahora debo de enfocarme en sacar adelante los últimos proyectos.
- Ok, espero que así sea. Volvamos a casa, seguro tu papá nos espera para cenar.
- Prefiero irme a mi apartamento si no te molesta.
- No, para nada. Te llevo.
Samantha deja a su hija y se marcha a su casa. No le gusta verla así y no sabe como ayudarla. Cada día la nota más decaída y no debería de sentirse así. Espera que el viaje a Nueva York le levante el ánimo.
- ¿Cómo está nuestra hija?- le pregunta James durante la cena.
- Decaída, no quiere ir a Nueva York.
- No puede hacerle eso a sus hermanos, esto es importante y como familia debemos apoyarlos.
- Se lo dije y no le di opción. Tiene que ir.
- Sabía que su decisión traería consecuencias.
- Amor, cualquier decisión le habría traído consecuencias y estoy convencida de que hizo lo mejor.
- También lo creo, más no deja de ser una situación difícil. Si nos hubiese dejado intervenir quizá...
- No existe el hubiera, ella hizo lo que creyó mejor en su momento y debemos respetar.
- Me duele verla así, es mi princesa y está sufriendo por culpa de un hombre sin escrúpulos qué la utilizo.
- Ella es adulta, sabía lo que hacía. No es como que hubiese sido una adolescente engañada.
- Yo la sigo viendo como mi niña.
- Pero ya no lo es. Solo nos queda estar cerca para cuando nos necesite.
Ava llega agotada, se coloca una pijama cómoda y se mete a la cama. Lee un poco antes de dormir.
A la mañana siguiente como es habitual sale a correr, aunque últimamente ha bajado el ritmo no deja de hacerlo. Esto la ayuda a sobrellevar mejor el día y aminorar un poco el estrés.
Después ella y Aiden se dirigen juntos a sus respectivas oficinas.
- Te traje un batido de frutos rojos, hermanita.
- Mmm, delicioso. Gracias, me consientes demasiado.
- Eres mi hermana, nada es demasiado cuando se trata de ti.
Suben al auto deportivo y Aiden se pone en marcha.
- Últimamente, moderas mucho la velocidad.
- Sé que no te gusta que conduzca rápido y prefiero ser precavido. El accidente qué sufrieron los socios de Ethan y Evan me he hecho reflexionar y aunque me encanta la velocidad hay lugares en donde no es bueno excederse.
- Tienes razón, por lo que nos han contado fue un verdadero milagro que salieran con vida.
- Sí, de hecho uno de ellos tardó meses en recuperarse por completo.
- Wow, dentro de lo que cabe son afortunados.
- Así es. Hemos llegado, cuídate y ten un buen día.
Aiden abre la puerta y ayuda a su hermana a descender del vehículo. Se despiden y él espera hasta que ella ingresa al edificio.
Christy ya la espera en su oficina.
- Buenos días, amiga. Luces hermosa.
- Gracias, tú también estás muy guapa.
- No, tú tienes ese brillo en tus ojos. Aunque aún denotan algo de tristeza.
- Sí y no sé qué hacer para no sentirme así.
- Piensa en lo afortunada qué eres y que pronto verás la vida con otros ojos.
- Ojalá que así sea.
- ¿Cuándo se van a Nueva York?
- El jueves de la próxima semana, la premier se llevará a cabo el viernes por la noche y mis padres quieren estar ahí un día antes.
- Deben de estar muy orgullosos.
- Y vaya que sí.
- ¿Ya tienes lo que vas a usar?
- Sí, ayer fui de compras con mamá. No sabía que elegir, así que ella eligió por mí.
- Seguro es un vestido hermoso, tu mamá tiene muy buen gusto.
- ¿Por qué no vienen Cloe y tú con nosotros?
- No lo sé, es algo familiar.
- Y somos familia, Oliver también irá.
- Me encanta la idea, pero no creo tener nada apropiado para la ocasión.
- Llama a Cloe y nos vamos más tarde de compras.
- Perfecto, es un hecho. No te vayas a arrepentir.
- Claro que no, saldremos más temprano para comprar sin prisas.
Ava se siente más relajada y más feliz hoy, hace tiempo que no va de compras con sus amigas y seguro la pasarán bien.
A las cinco de la tarde llega Cloe y de inmediato se dirigen a una plaza cercana en donde se encuentra una de las tiendas preferidas de las tres.
No es muy difícil elegir los vestidos qué llevarán sus amigas, incluso Ava se anima a comprar unos zapatos y accesorios qué combinan perfecto con el vestido que eligió su madre un día antes.
- Comprar me abrió el apetito. Tengo ganas de algo dulce, ¿qué dicen?
- Me apunto, quiero pastel- dice Cloe.
- Yo quiero un strudel de manzana- agrega Christy.
Caminan a una cafetería cercana y ordenan sus postres y café.
- Tenemos todo lo que necesitamos para el gran día de tus hermanos.
- Deberíamos hacer planes para ese fin de semana- propone Cloe.
- Apoyo la moción, ¿qué dices Ava?
- Estoy de acuerdo. Las dejo decidir lo que haremos.
- Perfecto, un fin de semana de chicas.
- Qué está vez sí sea solo de chicas, por favor- súplica Christy.
- Lo prometemos- responden Ava y Cloe al unísono.
Las tres se ríen, por primera vez en mucho tiempo Ava ríe relajada y se le nota más feliz.
Los siguientes días el ánimo de todas está por las nubes, han planeado detalladamente las actividades y los lugares a visitar el fin de semana que pasarán en Nueva York.
Son las 5 de la mañana del jueves, a uno de los hangares del aeropuerto de Londres ingresan 3 vehículos, de ellos descienden: James, Samantha, Aiden, Oliver, Ava, Christy y Cloe.
Abordan el Jet qué los llevará directo a Nueva York. Oliver sigue enamorado de Ava y pretende durante este viaje acercarse más a ella con la esperanza de que por fin le dé una oportunidad.
Las chicas se sientan juntas y no dejan de hablar sobre lo bien que la van a pasar. James y Samantha esperan qué el ánimo de su hija se mantenga así y deje atrás esa tristeza que venía arrastrando.
Cada uno tiene sus propias expectativas de este viaje y aprenderán qué sin importar cuantos planes hagas, el destino tiene la última palabra.