Cambio De Vida

Regresé a mi habitación después de terminar la intensa conversación con mi padre. Es una locura que quiera que me enamoré de Richard o incluso Noah, mi padre debe de estar planeando algo a mis espaldas, que locura.

¿Debería avisarle a Noah que mi padre permitió que regresará? ¿Dónde está mi celular? Oh, no recuerdo dónde deje el celular de Noah desde que me encontré con Richard, pero igual guardé su número en el mío, así que no importa porque puedo llamarlo desde mi celular.

Tome mi celular y le marqué a Noah. El sonido de cada timbre hacían que esperará por escuchar su voz.

—Sí, hola ¿quién habla? —contestó Noah.

—Noah, soy yo Alexandra —dije, mi voz suave.

—¿Alexandra? ¿Cambiaste la línea de mi celular? —preguntó.

—No es así —negue—. ¿Estás ocupado?

—Estoy en el centro comercial Fashion & Food ¿por qué? —dijo, con una voz suave enfatizando el por qué.

—Espérame ahí —pronuncié—. Voy para allá ahora mismo.

—¿Quieres que te esperé por una hora? —exclamó.

—Llegaré en cuarentena y cinco minutos. Espérame.

Colgué la llamada y salí de la habitación tan ligera como pude. Busqué a mis escoltas y al conductor para ir a buscar a Noah. No sé por qué me sentía tan feliz, como si fuera a ver a alguien importante en mi vida.

Cuando estaba en camino mi celular vibró, y sin siquiera ver el contacto respondí.

—Por favor, espérame ya voy para alla —dije, mi voz suave pensando que era Noah.

—¿Con quién te vas a encontrar? Porque no soy yo —me sorprendió, una voz grave muy conocida.

Aparte mi celular de mi oreja y vi el nombre del contacto.

—¿Richard? —pregunté, atónita.

—Sí, soy yo —pronunció, su voz firme.

—¿Qué haces llamándome? —pregunté, mi voz sosa.

—Quería invitarte a divertirte, pero veo que ya tienes planes.

—Sí, ya tengo planes con Noah —dije—. No te preocupes por mí, diviértete.

—Pero...

Colgué la llamada de inmediato. No quiero volar en el aire de nuevo. Él a veces me da miedo, incluso más que Noah.

—Conduzca un poco más rápido, por favor —le dije al conductor.

Mis ojos se posaron en el paisaje, el sol cubriendo totalmente el césped verde me llevo a imaginar a mi família en un pícnic, jugando, riendo y charlando en un campo de flores. Hubiera sido mejor si todo eso estuviera pasando de verdad.

Después de casi una hora llegué al centro comercial, donde se encontraba Noah, caminé unos pasos hasta llegar a algún local que me permitiera verlo. Y lo encontré, pero estaba discutiendo con una chica que le reclamaba por algo, no alcanzaba a escuchar nada de lo que hablaban así que me acerqué un poco...

—Sí, eso le dices a todas al oído mientras les hablas bonito ¿no? —le dijo la chica, ella estaba muy molesta.

—Oye cálmate, no llames la atención —habló Noah, quién trataba de calmarla.

—Eres un poco hombre —ella gritó—. Quiero que todo el mundo lo sepa.

—En serio, cálmate —Noah, parecía estar perdiendo la paciencia—. No te conviene hacerme un escándalo.

—¿Por qué? —gritó ella aun más fuerte, y curvo sus labios con una sonrisa cruel—. Piensas desaparecerme o ¿qué?

Pensé en intervenir, pero ¿será una buena idea? ¿Y si pasa algo peor?.

Noah se quedó sin palabras y se despeinó con frustración dejando escapar un pequeño suspiro, llevando las manos a la cabeza. Ahí fue cuando decidí intervenir.

—Noah —grité, para llamar su atención—. Por fin te encontré, vamonos.

Noah se quedó mirándome, pero su mirada tenía otro brillo. Sentí un poco de miedo al verlo así.

—¿Qué pasa? —pronuncié, mi voz susurrante.

—¿Por qué tardaste tanto? —dijo Noah, y me tomó de la mano, para llevarme hacia él.

Sus ojos azules contrastando con mis ojos marrones hicieron que sintiera un suave escalofrío por todo mi cuerpo.

—¿Podrías seguirme el juego? —susurró, mientras yo seguía perdida en el mar de sus ojos.

—¿Quién es ella? —habló la chica— ¿Otra de tus víctimas?

Su voz hizo que saliera del hechizo entre los ojos de Noah y me separará en un rápido movimiento de él.

—Ella es mi novia —respondió Noah, su mirada cambio a una completamente diferente, como cuando tiene algo en mente.

Mi reacción fue abrir los ojos de par en par, preguntándome y diciéndome a mi misma ¿qué rayos está diciendo?. En cambio, la reacción de la chica fue de confusión y sorpresa.

—¿Es en serio? —pronunció, con incredulidad.

—Tenía una cita con ella aquí —respondió Noah.

Ella me miraba con expectación, pero yo no sabía que decir, ni que pensar en esta situación, estaba completamente nerviosa, ni siquiera sabía el verdadero problema entre ellos dos. Noah ¿por qué me metes en esto?.

—Y tú —dijo ella, dirigiéndose a mí—. ¿Por qué no dices nada?

—Y... yo, yo realmente —tartamudee, mi voz apenas audible.

De repente, Noah me tomo de la mano y me miró con un gesto de complicidad, yo lo miré con desconcierto, entonces su agarré se hizo más fuerte, me jaló hacia él y arrancamos a correr. A medida que íbamos corriendo se escuchaban los pasos de aquella chica que nos seguía, y aun así conseguimos perdernos entre la multitud. La emoción del momento hizo que disfrutará de cada zancada que daba con mi mano sujeta a la de Noah. Sin siquiera pensarlo yo iba feliz, porque estaba con Noah.

De pronto, recordé las palabras de mi padre como un eco en mi cabeza "si te tocará elegir la mejor compañía para tu vida entre ellos ¿a quién elegirías?". Entonces solté la mano de Noah y me detuve. Noah, frunció el ceño, perplejo ante la situación.

—¿Qué te ocurre? —preguntó, tratando de entender.

—No es nada —le mentí, mientras le dedicaba una sonrisa.

No podía creer que esto me estuviera pasando necesitaba tiempo para analizar muy bien lo que me estaba pasando.

—¿Segura? —preguntó—. La expresión de tu cara dice lo contrario.

—¿Me vas a decir lo que pasaba con esa chica? ¿Por qué discutías con ella? —dije para cambiar el tema.

Noah se sobresaltó ante mi pregunta y su mirada se posó al frente del camino. Él ignoró mi pregunta.

—¿Me vas a decir o no? —insistí, adelantándome hacia su frente.

Él me miro, levantó una ceja y me esquivó.

—No te lo diré —dijo, y continuó el caminando.

—Vamos no seas así —seguí insistiendo—. Sé ya más o menos como eres cuando ves a una chica bonita. No lo ocultes de mí.

Noah se detuvo y me miró seriamente.

—Tú eres más bonita —dijo, su voz grave se escuchó suave.

Me quedé atónita a esas palabras. Noah, noto mi sorpresa y se acercó más a mí y bajo su mirada hasta mis ojos.

—¿Qué? —susurró—. ¿Te enamoraste de mí?

Para mi sorpresa esas palabras fueron la gota que derramó el vaso. No pude contener mis nervios y salí corriendo para escapar de él. En mi cabeza seguían los ojos azules de Noah, mirándome febrilmente. No quería caer en el juego astuto de este hombre, pero creo que soy muy débil.

Corrí sin pensar, hasta chocar y caer contra el pecho de un hombre alto y encapuchado. La sorpresa fue cuando vi su rostro. Su mirada fija a la mía, me hizo apartarme de él rápidamente.

Continuará...