MAS ALLA DEL ADIOS

Edward se despide de Gabriela con un beso.

Edward: Nos vemos mañana.

Gabriela: Mañana voy a ver un local para nuestro negocio. ¿Te puede acompañar?

Edward: Sí, claro.

Gabriela: Cualquier cosa, estamos en contacto. Ya vete. (Se sonríen los dos)

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Andrés llega a su casa, está cansado pero quiere saber qué pasó con Beatriz. Le escribe a Edward: “En cuanto puedas, escríbeme para saber qué pasó.”

Se recuesta en su cama, sonriendo al recordar a Beatriz. “Está más bella que nunca,” piensa. “Por lo menos le di un beso. Espero que Edward pueda convencerla.”

Andrés ya casi se queda dormido cuando entra un mensaje de Edward:

Edward: Hermano, hablé con ella. Por lo menos me escuchó y dijo que le diera tiempo para pensar, que es mucho para procesar. Espera hasta mañana. Nosotros vamos a ver un local y sé que va Beatriz, quiere ir.

Andrés: ¿Y si se molesta?

Edward: No creo. Pero tienes que decirle a mamá, Andrés. Este asunto es delicado, es mejor que se lo digas tú primero.

Andrés: Edward, ¿y tú cuándo vas a hablar con mamá?

Edward: lo antes posible.

Andrés: ¿A qué hora van a ver el local?

Edward: Es a la 1:00 pm.

Andrés: ¿Por qué no te vienes temprano para decirle ambos a mamá que tiene nuera por partida doble?

Edward: Bueno, hay que salir de eso. Mañana temprano estaré allí.

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La señora Julia venía bajando la escalera, animada al ver a sus dos hijos juntos por fin después de tanto tiempo.

Julia: ¡Mis dos chicos juntos! Vamos a desayunar.

Edward: No, madre, tenemos que hablar.

Julia: ¡Ay, no me asusten! ¿Qué pasa? Vamos a la sala de estar.

Julia se sienta, preocupada.

Julia: ¡Ay, esto es serio! ¿Pasa algo con la compañía?

Edward: Mamá, siéntate.

Julia: Hablen de una vez, me tienen en ascuas.

Andrés: ¿Quién habla primero?

Julia: Hablen.

Edward: Mamá, no pasa nada malo, pero sí es serio. ¿Sabes Gabriela…?

Julia: ¿Qué le pasó a Gabriela?

Edward: Mamá, déjame terminar de hablar. Desde que llegó Gabriela, me llamó la atención. Me resistí, pero quiero comenzar a salir con ella.

Julia: (Visiblemente asombrada) Hijo, ¿tú me estás diciendo que estás enamorado de Gabriela? Con razón tanta preocupación.

Edward podría haber ayudado a cualquiera.

Andrés: Sí, cómo no.

Julia: Hijo, me dejas sin palabras. (Lo abraza) Pero es serio, esa chica ha sufrido demasiado. ¿Estás seguro?

Edward: Sí, mamá, creo que estoy enamorado.

Julia: Y yo creyendo que el que me daría una noticia así sería Andrés, pero tú me asombras con tu decisión. Pero me alegra.

Andrés: Bueno, mamá, yo también tengo algo que decirte.

Julia: (Bromeando) ¿Tú también me vas a decir que estás enamorado?

Andrés: Así es, mamá, estoy enamorado.

Julia: ¿Es en serio? ¿La dejaste en Italia?

Andrés: No, mamá, es de aquí.

Julia: ¿Cómo que enamorado de alguien, si llegaste anoche? ¿O no es Beatriz? Siempre lo sospeché.

Edward y Andrés quedaron en shock.

Andrés: ¿Cómo lo sabes, mamá?

Julia: Siempre ponías cara de tonto cuando veías a Beatriz. ¿Pero ella te corresponde?

Andrés: Sí, eso creo, pero mi caso es más serio. Mi padre nos vio una vez y por eso me envió a Italia.

Julia: ¿Que estuviste todo ese tiempo lejos de mi por eso? ¡Qué tonterías! Si Robert estuviera vivo, estarías en problemas. Hijos, el amor no es fácil. (Abrazando a Andrés) a mi edad te das cuenta de lo importante que es! lo noble que sea la persona y su buen corazón, y eso tiene de sobra Beatriz. Esa chica la quiero mucho, ha sido incondicional. A veces me siento en deuda con ella, vivió para nosotros. Por eso estoy feliz por ti, hijo. (Mirando a Edward) A Gabriela la conocemos poco, pero es una buena chica. Felicidades, hijos. Ahora a portarse bien. Estoy feliz.

Andrés: Mamá, no le digas nada a Beatriz aún, no me ha dado el sí.

Julia: ¡Qué felicidad! Tengo esperanza de tener nietos.

Edward y Andrés (al unísono): ¡Mamá!

Beatriz: Buenos días, ¿cómo están ustedes?

Todos se sobresaltan.

Julia: Buenos días, Beatriz. ¿Cómo está Gabriela?

Beatriz: (Tartamudeando) Bien, bien. ¿Ya desayunaron?

Todos responden que no.

Julia: Vamos a la mesa, tú también, Beatriz.

Edward y Andrés se miran y hacen un gesto de desaprobación. Ellos saben que su mamá no va a poder aguantar las ganas de hablar con Beatriz como la posible novia de su hijo Andrés, pero tiene que esperar a que Beatriz perdone a Andrés.

Julia: Beatriz, deja que Elena sirva el desayuno.

Beatriz: Yo puedo hacerlo.

Julia: No, hija, por favor comparte con nosotros.

Desayunaron amenamente hasta que la señora Julia dijo:

Julia: No me siento bien, quiero ir a mi habitación.

Beatriz se ofrece a ayudar.

Beatriz: Yo le acompaño.

Julia: No, Beatriz, me acompaña Edward.

Edward se levanta y ayuda a su madre a retirarse.

Beatriz: Es evidente que la señora Julia sabe de nosotros.

Andrés: Tenía que hablar con ella. Quería decirle que te amo y eres la mujer de mi vida. Por favor, perdóname, yo también he sufrido.

Beatriz: Andrés, no sé qué decir. He sufrido. Debiste decirme lo que pasaba y cuando trajiste a esa mujer fue doloroso.

Andrés: Perdóname. (Se levanta de la silla y se acerca a Beatriz) Por favor, ya hemos perdido demasiado tiempo.

Beatriz se limpia una lágrima traicionera.

Beatriz: Está bien.

Andrés la levanta y la abraza.

Andrés: Te amo, mi amor. Tanto tiempo perdido. (La besa suavemente y la vuelve a abrazar) ¿Quieres ser mi novia formal?

Entra la señora Julia.

Julia: Dile que sí, hija.

Edward entra después de ella con las manos alzadas, como señal de que no la pudo controlar.

Andrés vuelve a ver a los ojos a Beatriz.

Andrés: Responde para que mi mamá se quede quieta.

Beatriz: Eso es chantaje, pero sí, quiero ser tu novia.