Alfa, Yo No Seré Su Amante

Mientras Marcel y los demás estaban felices por el nuevo integrante de la familia, en el palacio imperial de Galatea, Anubis apenas se levanta de la cama, ya que en la noche anterior sentía mucho dolor en la parte baja de su cuerpo, como si este se estaba partiendo en dos, por el dolor hombre por poco y se desmayó.

Pero por obras del destino, unas horas más tarde el dolor se le fue y él logró conciliar el sueño.

Al día siguiente, él se levantó con normalidad y desde que se dio un baño y cepillo sus dientes, que comió algo ligero, se fue a reunir con el emperador de Galatea.

En la sala del trono, ambos hombres estaban sosteniendo una plática tranquila.

__ Majestad Anubis Salvatore, me honra con su vista, pero aún no tengo claro la razón ¿De por qué llegó a mi imperio tan de repente? __ dice el hombre con calma en la superficie, pero en realidad en su interior está temblando, pues si ese hombre tan temerario le declara una guerra a su imperio, las cosas para Galatea estarán muy mal.

___ Majestad, lamento mucho que me haya presentado de esta manera tan repentina, pero necesitaba con urgencia llegar a su imperio, ya que necesito encontrar a mi mujer __ dice el hombre con una cara carente de emociones.

Antes tales palabras, el emperador se quedó sin habla, pues no tienen idea de cómo ayudar con algo así.

__ No entiendo que tengo yo que ver con algo así, pero si usted desea buscar a su amada, debe ir directamente a ella __ dice el emperador temblando, puesto que, el hombre tenía una cara terrorífica.

__ Usted tiene que ver todo __ dice él para luego relatar todo lo que pasó en la noche cuando su celo llegó estando en ese imperio, claro que se ahorró los detalles de que es un hombre lobo __ Eso es lo que pasó, para dar con ella, le pido que por favor haga un censo en el imperio, pues se vería más extraño, que mis tropas y yo busquemos por todo los lugares por nuestra cuenta, digo, si es muchas molestias y usted desea, yo puedo buscar por mi propia cuenta a mi futura esposa, pero no le garantizo de que su gente no se atemorice cuando vean a mis hombres de guerra invadir sus casas, ya que pueden pensar que esto es una invasión masiva, y entonces las cosas para usted serían complicadas __ dice Anubis con seriedad.

El emperador de Galatea se quedó sin habla por unos minutos, y tras pensar en la situación, mejor hace lo que dice aquel hombre temible, y así no solo se evita problemas con él, sino, que también evita que el imperio este de cabeza

__ Bien, bien, hagamos eso, deje usted todo en mis manos, no hay necesidad de que usted haga ningún movimiento __ dice este espantado para luego dar instrucciones a su secretario de nombre Sergio, quien de forma inmediata, luego de despedirse de ambos hombres, se fue de presencia de los dos, ya que tiene que dar el anuncio por el imperio sobre el censo.

Al día siguiente, Surgió, el secretario del emperador de Galatea, emitió un anuncio con las siguientes palabras.

"Cada líder de familia en el día de mañana deben dirigirse al palacio imperial con toda su familia, todos deben acudir sin importar que sean nobles o plebeyos, esto es una orden del emperador, y todo aquel que no cumpla con llegar al palacio, se le será puesto una multa de más de 5 mil monedas de oro, sin contar que él y todos los integrantes de sus familias, serán castigados hasta con 20 años de cárcel. Si alguno falta al censo, debe de tener una excusa para no acudir, y en su lugar sus familiares deben presentar sus documentos y decir en dónde aquella persona se encuentra"

Tal anuncio causó asombro en la población, y la noticia llegó a todos los rincones del imperio de Galatea, excepto a las fronteras, en dónde se encontraba Marcel y los que viven en la mansión, pues ellos allí cultivaban los alimentos del campo, y solo iban al mercado cada un mes, y por mala suerte de Anubis, hace dos días fue el día de hacer las compras, en dónde también Marcel logró obtener los ingredientes para la pócima mágica para Nuria, quien por razones desconocidas hasta se ve más joven.

Como era de esperarse, al día siguiente del anuncio, al palacio empezaron a acudir personas de todo tipo, y el emperador en compañía de Anubis Salvatore los recibía, ya que a este último le interesaba encontrar a la mujer de olor a Jacinto.

El primer día fue caótico, puesto que durante horas y horas ambos estuvieron allí en la sala del trono, y era un total aburrimiento.

Así pasaron 15 días y el hombre no encontraba a la mujer misteriosa y tal cosa le empezaba a incomodar, y estaba cansado de lidiar con tanta gente tan quejumbrosas .

En cambio, el emperador, gracias al censo, él se enteró más a fondo sobre cómo viven los plebeyos, y él, en compañía de la emperatriz, tienen planes de ayudar a los de masa pobre.

** Con el marqués padre de Marcel **

El marqués, luego de enterarse de la situación que vivió Marcel bajo su mismo techo, se indignó tanto, que luego de que esta se fuera a la frontera, las castigó duramente.

Él las obligó a trabajar como mucamas de la mansión, y todos los días le daba de comer las sobras de comidas, y ellas eran vigiladas por los guardias para que no intenten algo loco, o simplemente intenten escaparse.

El marqués le dio a ambas las habitaciones más feas del ducado, y las ropas que usaban estaban más viejas que un trapo de cocina, y así también eran sus zapatos, y tenían prohibido vestirse con sus anteriores ropas y de encontrarse violando aquella regla, durarían dos días sin comer.

Cuando se negaban a trabajar, el marqués en persona las azotaba hasta que ambas se desmayaban, y luego de eso, él le arrojaba agua con sal encima, y como resultado, sus heridas le ardían hasta más no poder. Es algo cruel, pero más cruel fue, todo lo que vivió su hija.

Ellas en muchas ocasiones trataron de escapar, y así librarse del infierno que le ha tocado vivir, pero eran atrapadas infraganti, y como castigo pasaban días en el sótano sin recibir más que un vaso con agua y un pan tan duro como una piedra.

Por medio de una carta, el marqués se enteró de que fue abuelo de un pequeño niño al cual le pusieron por nombre Nicolás, y él, al saber de esa buena noticia, saltó de felicidad, y hasta realizó una cena para toda la servidumbre del marquesado, en dónde Susana y su hija no estaban invitadas.

Pero aunque estaba feliz por su nieto, él también estaba preocupado por su hija y ese repentino parto, y por esa razón planeo viajar para saber de ella, pero no pudo ir, pues le llegó el anuncio del palacio, y él tenía que acudir allí solo con Susana y Elena, ya que no le diría a su hija, quien apenas se recupera de un parto prematuro.

Por eso, luego de planificar todo para ir al palacio imperial, 15 días después del anuncio, él y su familia, irán al palacio, al día siguiente de enterarse del asunto en cuestión.

Para el día siguiente…

Temprano en la mañana, el marqués fue al puesto de trabajo de Susana y Elena, y le pido que lo acompañen al palacio para el censo, y le dio orden de usar ropa decente, ya que no quería quedar en vergüenza.

Tal cosa para ellas fue algo bueno, puesto que desde hace tiempo, tienen días trabajando sin descanso en la mansión, y desean salir de allí, y si es posible escaparse, pues la vida que están viviendo por culpa de Marcel, es lo peor que le ha pasado.

Por eso, desde que el marqués le dio la orden de dejar sus puestos de trabajo para ir palacio, y de usar ropa linda, ambas se fueron a sus feas habitaciones a dar un baño rápidamente.

En el caso de Elena, está fue la primera en llegar a su habitación, y al hacerlo, lo primero que está hizo fue ir a buscar en su closet que ponerse de ropa, y al abrir la puerta, nada de lo que había allí fue de su agrado, por eso una idea se le pasó por la cabeza, y salió nuevamente de su habitación, y sin que nadie la vea, se fue a la habitación de Marcel y busco en su closet algo que ponerse, y allí encontró muchos vestidos de ella y no dudó de tomar uno y un par de zapatos.

Emocionada, ella va a la mesita de noche de Marcel y allí ve muchas cosas de utilidad tales como: perfumes, maquillaje y joyas, y como ladrona que es, tomó un poco de cada uno, ya luego lo regresara a su lugar sin que nadie lo notara.

Satisfecha de su gran hazaña, ella salió sin hacer ruido de la habitación y se fue a bañar.

Al poco tiempo, ya estaba cambiada con todo lo que tomó de Marcel y completó su atuendo, con las joyas de Marcel y como toque final se echó encima el perfume de ella.

Sin más que hacer allí, ella bajó a la planta baja de la mansión, en donde ya estaba esperando el marqués.