CORAZÓN ATRAPADO

Sofía y Leonardo estaban en su habitación de hotel, rodeados de velas y flores. La atmósfera era romántica y íntima. Sofía se sentía nerviosa, pero Leonardo la tomó de la mano y la llevó a la cama.

Leonardo: "Estoy aquí contigo", le dijo. "No te preocupes, mi amor".

Sofía sonrió y se acercó a él. Se besaron suavemente, y luego Leonardo comenzó a desvestir con cuidado. Sofía se sintió vulnerable, pero también emocionada.

Mientras se amaban, Sofía no podía evitar pensar en Alejandro. Se sentía culpable por estar con Leonardo, pero también sabía que había tomado una decisión y debía seguir adelante.

Leonardo la miró a los ojos y le dijo: "Te amo, Sofía. Eres mi esposa ahora".

Sofía sonrió y le respondió: "Te amo también, Leonardo". Pero ese te amo salió sin una gota de amor de los labios de Sofía.

Pero en su corazón, Sofía sabía que aún tenía sentimientos por Alejandro. Y no sabía qué pasaría en el futuro.

Sofía y Leonardo estaban en la cama, abrazados después de hacer el amor. Leonardo se levantó y fue al baño, y Sofía se quedó en la cama, pensativa.

Leonardo salió del baño y se acostó nuevamente en la cama con Sofía. "¿Estás bien, mi amor?" le preguntó. "Pareces distraída".

Sofía se sintió avergonzada y trató de ocultar sus sentimientos. "Estoy bien", le dijo. "Solo un poco cansada".

Leonardo la miró con preocupación. "¿Seguro? Puedo ver que algo te preocupa".

Sofía suspiró y trató de encontrar las palabras adecuadas. "Es solo que... es nuestra noche de bodas y no puedo dejar de pensar en... en mi pasado".

Leonardo la abrazó con fuerza. "Sofía, no te preocupes por eso. Estamos juntos ahora y eso es lo que importa. Olvidemos el pasado y pensemos en nuestro futuro juntos".

Sofía lo miró a los ojos y trató de creerle. "Tienes razón", le dijo. "Lo siento".

Leonardo sonrió y la besó suavemente. "No lo sientas, mi amor. Estoy aquí para ti. Siempre".

Pero Sofía sabía que no podía ocultar sus sentimientos por mucho tiempo. Tenía que encontrar una manera de superarlos y enfocarse en su matrimonio con Leonardo.

Leonardo se durmió pronto, pero Sofía no podía conciliar el sueño. Se sentía inquieta y confundida. Finalmente, se levantó de la cama y se acercó a la ventana. Miró hacia afuera, perdida en sus pensamientos.

"¿Qué hice?", se preguntó. "¿Por qué elegí a Leonardo y no a Alejandro?"

Se sentía atrapada en un laberinto de emociones y no sabía cómo salir. Quería ser feliz con Leonardo, pero no podía dejar de pensar en Alejandro.

De repente, escuchó una voz detrás de ella. "Sofía, ¿qué pasa?"

Era Leonardo. Se había despertado y la había visto de pie en la ventana.

Sofía se dio la vuelta y trató de sonreír. "Nada, solo no puedo dormir", le dijo.

Leonardo se acercó a ella y la abrazó. "¿Quieres hablar de lo que te preocupa?", le preguntó.

Sofía dudó por un momento, pero luego asintió. "Sí, creo que sí", le dijo.

Y comenzó a hablar, a contarle a Leonardo sobre sus sentimientos y sus dudas. Leonardo la escuchó atentamente, sin interrumpirla.

Sofía suspiró y se sentó en el borde de la cama, con la cabeza entre las manos. "No sé qué hacer, Leonardo", le dijo. "Me siento atrapada en este matrimonio. Me casé contigo por la deuda de Gabriel, pero no sé si puedo hacer esto por el resto de mi vida.

Leonardo se sentó a su lado y la tomó de la mano. "Sofía, te prometo que haré todo lo posible para hacerte feliz", le dijo. "Y no te preocupes por la deuda, ya está olvidada. Eres mi esposa ahora, y te amo".

Sofía lo miró con lágrimas en los ojos. "Pero ¿y si no puedo amarte como tú mereces?", le preguntó.

Leonardo se mostró paciente y comprensivo. "Sofía, no te preocupes por eso", le dijo. "El amor es algo que crece con el tiempo. Y estoy dispuesto a esperar y trabajar para ganarme tu amor".

Sofía se sintió conmovida por sus palabras, pero aún tenía dudas.