Cuando las sombras de un pasado oscuro y doloroso llegan nuevamente a la vida de Damián obligándolo a confrontar todo lo que quería olvidar.
Olivia regresa haciéndole reabrir cicatrices que lucho por sanar. ¿Que sucederá cuando ese pasado le reclamé venganza? ¡Descúbrelo! (+18)
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Cap 23. Quedate conmigo.
Brian
¡Maldita perra! Me traicionó como lo hizo con su esposo, pretendía entregarle a Olivia y Deynna a los Mexicanos para usarlas en mi contra.
Planeo todo para poner nuestra cabeza en bandeja de plata, ese desgraciado traidor fue ella quien lo trajo para darle trabajo, no estuve de acuerdo, pero tampoco le di tanta importancia.
Me pidió que le ofreciera a Olivia cuidar de Deynna, con la excusa que se encariñarse más con su hija, era consciente que la debilidad de Olivia eran los niños que le recordaban a sus hijos.
También me sugirió salir con Olivia y la niña de compras para distraerla luego de lo sucedido.
Solo me concentre en ver a Olivia feliz, tranquila, un poco más relajada compartiendo con Deynna...
Mirarla en la casa bajar por las escaleras en ese vestido negro que resaltaba su cuerpo encendió cada parte mi.
Quería hechar la salida a la mierda y llevarla conmigo a mi habitación, pero no podía permitirme de nuevo perder el control con Olivia ya me odiaba por lo que descubrió no podía seguir sumándole más a su odió.
Sin poder contenerme bese sus labios en un fugaz roce, sentí su impulsó de alejarme, pero luego se acercó aferrándose a mi camisa, mi cuerpo reaccionó a su cercanía y prefería alejarla antes de que mis sentido se nublaran por completo.
Me sentí satisfecho por esa pequeña cercanía, le eche una mirada descarada.
Decidí alejarme al mirar a Gisselle aparecer con Deynna...
Me habían disparado, pero no era algo que no fuera pasado otras veces, mi prioridad era encontrar a Olivia con Deynna, mis hombre fueron encontrados muerto en la camioneta, pero nada de rastro de Olivia, Deynna, y ese maldito traídor.
Si no estaba muerto junto a mis hombre era porque formaba parte de todo esto...
Mi cuerpo se encontraba frío, débil sin fuerza. Olivia estaba desesperada, frustrada haciendo presión en mi pecho, no pude evitar dibujar una maldita sonrisa de satisfacción en mi rostro al ve, la desesperación de Olivia, también estaba tratando de fingir que todo estaba bien.
Necesitaba tranquilizarla.
Le grito un par de veces alterada a René, que se encontraba con su nervios de acero sin inmutarse por un segundo. ¡Así debía ser!
Deynna, ya lloraba, la puso nerviosa con su desesperó.
Abrí mi mano dandole una barra de chocolate que agarró para Deynna.
-Mantente despierto, tiene prohibido morirte luego de sálvame.
Su voz era suplicante, temblorosa.
Hacia todo lo que podia para mantenerme despierto y ayudarme a no seguir perdiendo sangre.
-Vamos al hospital.
Hablo con voz firme y autoritaria a René.
-No.
Respondi en un susurro, débil, pero logro escucharme
-Estan vulnerable fuera de casa.
Necesitaba llevarlas a casa para asegurarme que estarían a salvó.
-Pero.
-No.
Mi voz fue más firme y rotunda.
-Yo moría feliz con un beso tuyo.
Giro su cabeza con sus ojos abiertos como platos, tan expresivos.
Su boca tembló, delatando sus nervios.
Se acercó a mi, regañando, su olor me hizo suspirar profundo y necesitado de ella.
-Te estás desangrado ¿Como te atreves a pensar en esas cosas?
Agarre su mejilla y se tensó, pero no de una manera que fuera en desagradó era como un libro abierto fácil de leer y descifrar cada expresión y gesto.
-Olivia perdoname.
Me sentí tan culpable de haberla lastimado.
Una lágrima deslizó por su mejilla.
-No, no hagas eso. No te perdonó si mueres.
-¿Quieres que viva?
Pregunte y respondió sin titubear ni por un segundo.
-Si, si, quiero que vivas.
Cerré mis ojos ya incapaz de seguir luchando con el sueño.
Sentí sus suaves labios sobre los míos, sus dientes mordisquear.
-¡Quedate conmigo! ¡No te mueras!
Más inconciente lograba escuchar a lo lejos sus gritos desesperado
-¡Quedate conmigo!
Moría desangrado como el maldito sádico desalmado que era, solo Hilary y Olivia conocerían algo de compasión de mí.
La verdad el mundo entero no me importaba yo de cierta forma me estaba descontando con creces lo que me hicieron a mí. No creía en la inocencia de nadie, ni en la compasión.
Lo malo si no te mata solo te hace más fuerte y yo me hice un desgraciado bastante fuerte.
Moriría feliz sabiendo que Olivia tenía algo de cariño para mí.
-¡Quedate conmigo!