Frank un hombre mayor de 57 años cansado de huir de su pasado, decide hacer frente al asesino que lo acecha desde hace 20 años, con la única finalidad de evitar que su hijo Robert muera en manos del antagonista.
¿Pero realmente podrá proteger a su hijo de un hombre que lo único que quiere es venganza?
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VOLUMEN 2 PROLOGO
Jack caminaba por las calles de la ciudad, mirando alrededor con una expresión de concentración. Había estado investigando durante semanas, tratando de encontrar una pista que lo llevara a Román y su organización criminal. Mientras caminaba, Jack escuchaba el ruido de los autos que pasaban, el murmullo de la gente que hablaba y el sonido de los pasos de los peatones que avanzaban. Pero de repente, escuchó un ruido detrás de él y se dio la vuelta. Vio a un hombre que se alejaba rápidamente, pero cuando lo vio, se dio cuenta de que era solo un peatón que pasaba por el lugar.
"Pero ¿qué fue eso que escuché?", se preguntó. "Parecía un golpe". Jack se sintió un poco asustado, pero no quería mostrarlo. Siguió caminando, tratando de mantener la calma. Pero no podía evitar sentir que algo no estaba bien.
"Mmm, algo no cuadra", pensó. "He estado investigando durante semanas y no he encontrado nada. ¿Qué se me está pasando por alto?"
Después de un rato de caminar, Jack vio un anuncio en lo alto de un edificio. El anuncio decía "Cabañas en el bosque" y tenía una imagen de una cabaña acogedora. Jack se detuvo un momento y miró el anuncio. De repente, recordó la carta que su amigo había escrito y que había dejado en la cabaña abandonada en el bosque. La carta contenía información crucial para encontrar a Román y su organización criminal.
Jack se sintió emocionado y decidió regresar a su apartamento para reflexionar sobre su próxima movida. Al entrar en su apartamento, se sintió aliviado de estar en un lugar seguro. Se sentó en el sofá y comenzó a pensar en su próxima movida.
De repente, escuchó un ruido detrás de él y se dio la vuelta. Era su gato, Luna, que estaba saltando sobre el respaldo del sofá. Jack sonrió y acarició a Luna.
En ese momento, escuchó un golpe en la puerta. Jack se levantó y abrió la puerta. Era su vecino, el señor Johnson.
"Hola, Jack", dijo el señor Johnson. "¿Cómo estás?"
"Estoy bien, gracias", respondió Jack. "¿Y tú?"
"Estoy bien, también", dijo el señor Johnson. "Oye, Jack, ¿has visto a mi perro? No lo he visto desde ayer y estoy preocupado".
"No, no lo he visto", respondió Jack. "Pero puedo ayudarte a buscarlo si quieres".
"Gracias, Jack", dijo el señor Johnson. "Te agradezco mucho".
Jack y el señor Johnson salieron del apartamento y comenzaron a buscar al perro. Mientras caminaban, Jack notó que el señor Johnson parecía un poco nervioso. Después de un rato de búsqueda, Jack y el señor Johnson finalmente encontraron al perro. Estaba escondido detrás de un árbol, temblando de miedo.
"¡Lo encontramos!", exclamó Jack, agachándose para acariciar al perro. El señor Johnson se rió de alivio y se agachó para abrazar a su perro.
"Gracias, Jack", dijo, emocionado. "No sé qué hubiera hecho sin tu ayuda".
Jack sonrió y se levantó, sacudiendo las hojas de su ropa. "No hay de qué, señor Johnson", dijo. "Me alegra haber podido ayudar".
El señor Johnson se puso de pie y miró a Jack con una expresión de gratitud.
Después de ayudar a su vecino, Jack se dirigió hacia la cabaña abandonada en el bosque donde había dejado la carta. La cabaña estaba en ruinas, con tablones podridos y un techo que parecía a punto de derrumbarse. El sol se estaba poniendo, y los rayos del sol filtraban a través de las grietas de la cabaña, creando un efecto de luz y sombra en el interior.
Jack entró en la cabaña y vio que estaba llena de libros viejos y polvorientos. Había telarañas por todas partes, y el aire estaba lleno de polvo y olor a moho. Jack comenzó a buscar entre los libros, y después de unos minutos, encontró la carta. Estaba dirigida a Daniel, y contenía información sobre la ubicación de Roman y la cápsula que Daniel había estado buscando durante tanto tiempo.
Jack se sintió emocionado y aliviado al mismo tiempo, ya que finalmente tenía la información que necesitaba para encontrar lo que estaba buscando. Se guardó la carta en el bolsillo y salió de la cabaña, listo para ir a entregarle la carta a Daniel.
Jack llegó a San Francisco después de un largo viaje en coche. Se dirigió a la residencia privada de Daniel, ubicada en una zona exclusiva de la ciudad. La casa era grande y lujosa, con un jardín bien cuidado y una vista impresionante de la bahía.
Después de esperar a que cayera la noche, Jack se acercó sigilosamente a la casa. Se escondió detrás de unos árboles y observó la casa por unos minutos para asegurarse de que no había nadie despierto. Luego, se acercó a la puerta y dejó la carta en el buzón.
Tras dejar la carta, Jack se fue rápidamente y regresó a su coche, que había estacionado a unas cuantas cuadras de distancia. Se subió al coche y se dirigió de regreso a Carson City, conduciendo durante varias horas hasta llegar a su destino.
Mientras conducía, Jack se sintió aliviado de haber cumplido con su misión. Sabía que la carta era importante para Daniel y que podría cambiar el curso de su vida. Pero también sabía que debía ser cuidadoso y no dejar rastro de su existencia.
Después de dejar la carta en el buzón de la casa de Daniel, Jack se dirigió de regreso a su coche y condujo durante varias horas hasta llegar a una mansión privada escondida en las afueras de la ciudad. La mansión estaba rodeada de altos muros y tenía una entrada vigilada por cámaras de seguridad y guardias armados. Jack se acercó a la entrada y fue recibido por Fred, quien lo saludó con un apretón de manos.
"Gracias por venir, Jack", dijo Fred. "He estado esperando ansiosamente por ti".
Jack siguió a Fred a través de la mansión, que estaba decorada con lujo y tenía una vista impresionante del jardín. Llegaron a una habitación privada donde había un equipo de doctores personalizados que estaban atendiendo a un hombre que estaba en una cama.
"¿Cómo está?", preguntó Jack a Fred.
"Está estable, pero no ha mostrado signos de despertar", respondió Fred. "He contratado a los mejores doctores para que lo atiendan. Quiero asegurarme de que reciba la mejor atención posible".
De repente, el hombre abrió los ojos y miró a Jack. Jack se sorprendió y emocionado gritó: "¡Por fin has despertado! ¡Después de 7 años en coma!"
El hombre parecía confundido y desorientado, pero Jack no pudo contener su emoción. "¡Frank! ¡Eres tú! ¡Estás vivo!", exclamó Jack.
Frank miró a Jack y luego a Fred, y pareció empezar a recordar algo. "¿Qué... qué pasó?", preguntó con voz débil.
Jack se sentó junto a la cama y tomó la mano de Frank. "Te contaré todo, amigo mío. Has estado en coma durante 7 años, pero ahora estás a salvo. Estás en un lugar secreto, donde podrás recuperarte y empezar de nuevo".
Frank asintió y cerró los ojos, pareciendo aliviado. Jack se sintió emocionado de ver a su amigo despertar después de tanto tiempo.
"Frank, debes descansar", dijo Jack. "Puedes contar conmigo para cuidarte y ayudarte a recuperarte".
Frank abrió los ojos y miró a Jack con una sonrisa débil. "Gracias, Jack", dijo. "No sé qué hubiera hecho sin ti".
Jack sonrió y apretó la mano de Frank. "No hay de qué, amigo mío. Estoy aquí para ti".
Después de un rato, Jack se levantó y se dirigió a la puerta. "Debo irme", dijo. "Pero no te preocupes, Frank. Estoy aquí para ti y te ayudaré a recuperarte".
Frank asintió y cerró los ojos, pareciendo aliviado. Jack salió de la habitación y se dirigió a la entrada de la mansión.
"Gracias por todo, Fred", dijo Jack. "Me alegra haber podido ayudar a Frank".
Fred sonrió y apretó la mano de Jack. "No hay de qué, Jack. Estoy aquí para ayudarte en lo que necesites".
Jack salió de la mansión y se dirigió a su coche. Se sintió emocionado de haber podido ayudar a Frank y de haber cumplido con su misión. Pero también sabía que debía ser cuidadoso y no dejar rastro de su existencia.
Condujo durante varias horas hasta llegar a su destino, pensando en lo que había sucedido y en lo que debía hacer a continuación. Sabía que debía ser cuidadoso y no dejar rastro de su existencia, pero también sabía que debía hacer lo que fuera necesario para proteger a sus amigos y a sí mismo.
el mal que le causes a otros siempre se te devuelve en porciones dobles ,así que cuidado con eso