Los Poderosos Elementos

Los Poderosos Elementos

PRÓLOGO

Carson City, Nevada, 12 de octubre de 1997, 8:00 a.m.

Una mañana común en la ciudad, se empezaba a notar la salida del sol, el fin de semana ya había iniciado y Frank se sentía alegrado de saber que descansaría por ser su día libre en el trabajo, y así poder pasar más tiempo con su hijo Robert y su esposa María. Estaba un poco cansado de su trabajo en la empresa “Investigación Company”, que se había fundado no hace más de un año con la finalidad de recolectar las investigaciones que desechan las otras compañías y hacerlas realidad.

Se giró en la cama a su derecha y vio acostada a su esposa aun dormida, después de observarla por un momento, se puso de pie y se acercó a la ventana de la habitación, la cual pareciera estar escondida detrás de la cortina color rojo que tenía un solo trabajo, servir de escudo contra el potente sol que cada mañana asechaba a los rostros de su esposa y de el. Antes habían intentado cambiar la ubicación de la cama matrimonial de tal forma que los rayos luminosos del ardiente sol no golpearan directamente a los ojos de ellos, pero María había tenido una mejor opción, una tela que al recibir las radiantes ráfagas de luz transmitieron al interior una tenue iluminación de entre tonos rojos y anaranjados.

Al acercarse tomo la tela de la cortina y con una maniobra con sus manos le hizo un nudo de tal forma que la tela quedara como un abultado flotante. En cuanto dejo el nudo de la cortina abrió de par en par la ventana y desde los afueras el ruido matutino de los domingos se hizo presente, niños jugando en los patios de sus hogares con pistolas de agua, padres de familia lavando los automóviles aprovechando el sol que amenazaba con subir las temperaturas conforme se fuera alzando en lo alto del cielo, jóvenes deportistas que corrían con sus atuendos de licra y sus respectivos auriculares conectados vía Bluetooth por dónde el suponía escuchaban su música preferible, cayó en cuenta que los inventores de esos audífonos habían creado algo muy eficaz y que el año  que llevaban en circulación habrían por lo menos tenido una considerable ganancia. Por otro lado notaba como los automóviles avanzaban por la acera, alcanzo a visualizar como en uno de ellos una familia se dirigía a misa, o eso consideraba el por los atuendos que llevaban puestos.

Se alejo de la ventana y se encamino al baño en busca de refrescar su rostro con un poco de agua del grifo del lavamanos. En cuanto lo hizo se quedó mirándose al pequeño espejo que se encontraba sobre el lavamanos, notó de inmediato las pequeñas ojeras que tenia debido al no poder dormir bien tras tener pesadillas por haber presenciado la muerte de alguien más de muy cerca semanas atrás. Mientras pensaba en ese recuerdo, observaba sus cejas pobladas, y sus ojos color marrón claro, sabía que se hacían notar rápidamente debido a su cabello ondulado color castaño, al notar eso se le escapó una sonrisa que hizo ver sus labios delgados y pómulos definidos. Al apartarse del espejo el reflejo hizo notar su complexión delgada, sus brazos definidos por el levantamiento de pesas que tenía en su rutina de ejercicio.

Después de dejar atrás aquel espacio de privacidad regreso al lado de la cama donde el dormía y se recostó, dejando sus piernas sobresalidas desde el borde de la misma, con la única intención de acariciar el rostro de María.

.... — No  me imagino lo cansada que has de estar mi amor, tienes que encargarte de las tareas domésticas y cuidar de nuestro hijo de tan solo 10 años. — decía en voz baja aquellas palabras con una ternura mientras miraba a María. — Sabes me acuerdo hace 15 años que nos casamos teníamos ambos 22 años, acabamos de terminar nuestras carreras en las universidades en las que estudiábamos, son unos lindos recuerdos. — se inclinó un poco para poder acariciar el rostro de María, que hizo que se despertara. ...

.... — ¿Qué pasa Frank? ¿Por qué me despiertas? — María aun un poco adormilada, abrió los ojos y miró a su esposo observándola, un poco confundida cambio de postura recargándose sobre el respaldo y tapándose los ojos contra la potente luz que entraba por la ventana, la cual era amenazante como la flama de una fogata en alguna noche de campo. ...

.... — Buenos días mi amor, discúlpame, no fue mi intención, pero aprovechando que ya has despertado, creo que debemos empezar a prepararnos para el día de campo que le prometimos a Robert. — Frank por un instante fijo su mirada en su esposa mientras le comentaba aquello ,mientras ella se frotaba los ojos para poder distinguir lo que miraba, para enseguida de un gesto de sorpresa se puso de pie y volvió a bajar la cortina que antes había levantando, que a diferencia a cuando el había despertado ahora la brisa del exterior la elevaba un poco con cada ventisca. ...

.... — Ya no me acordaba que quedamos de ir al parque con Robert. — María se quitó de encima el cobertor que había usado la noche anterior como un tipo de camuflaje en contra de lo fresco de la negruzca noche, que había quedado atrás tras salir los primeros rayos del sol que segundos antes habían atacado sin ninguna vacilación sus ojos, enseguida  se sentó sobre el borde de la cama para ponerse las pantuflas que había dejado a un lado con la esperanza de poder evitar el frío en un posible tacto de la planta de sus pies con el suelo. ...

.... — Me parece bien que te hayas acordado, creo que te irás a enjuagar el rostro, así que mientras iré a despertar a Robert. — Frank volvió a  dejar la suave cama atrás tras ponerse de pie de nuevo, tomó su teléfono celular “Nokia 2110” que había adquirido al iniciar la compañía, se puso sus sandalias  y rodeó la cama para  darle un beso a su esposa mientras ella se disponía a dirigirse al baño. ...

.... — Si mi amor, justo eso hare. Los espero en la cocina, voy a preparar unos bocadillos para desayunar y para el almuerzo en el campo. — María se levantó y se dirigió al baño en dónde esperaba aclarar su vista por completo y dejar atrás el descanso que su cuerpo le exigía mientras observaba como Frank se dirigía a la habitación de Robert. ...

Al entrar en el refugio en el cual su marido minutos atrás se había resguardado pero que ella no había notado por qué aún seguía dormida, cayó en la idea de que era mejor darse una ducha en vez de solo limpiar su rostro con un poco de agua. Se quito rápidamente las prendas intimas que le cubrían los senos y la entrepierna y las coloco en uno de los ganchos que se extendían del borde de la pared a un lado del pequeño espejo y entro en el área de la regadera.

Empezó enjabonándose sus largas piernas seguido de lo que ella consideraba una cintura y cadera perfecta, suponía que las rutinas en el gimnasio al cual asistía después de que su hijo Robert se dirigiera a la escuela habían funcionado. Sus tímidas y suaves manos dejaron pasar el jabón por su abdomen perfectamente delgado, para después tomar el shampoo de marca que tenían sobre el pequeño espacio abierto donde reposaban los productos para ducharse y echarse una pequeña porción en su largo y liso cabello color negro para enseguida tallarlo con un poco de fuerza. Para finalizar termino enjuagándose el jabón, el agua resbalo por su espalda, bajando bruscamente hasta llegar a su glúteos y proseguir por las piernas.

En cuanto terminó se echó una toalla al cabello y otro alrededor de su cintura y salió rumbo al cuarto para ponerse el atuendo que llevaría al campo y enseguida dirigirse a la cocina para empezar a preparar el desayuno como había dicho que haría.

En cuanto salió de su habitación dejando atrás a María, Frank camino unos metros más allá del pasillo central de la casa y logro visualizar la puerta del cuarto de su hijo, sonrió al cabo de unos segundos al observar que al tallo de la puerta había marcas con distintas edades y medidas, sabía que la idea de que su hijo fuera midiendo su estatura a lo largo de los años sobre su puerta era algo más personal y más ingenioso a diferencia de hacerlo sobre una pared en cualquier parte de la casa.

Abrió con un poco de cautela y entro a la habitación de Robert, lo primero que vio fue a su hijo totalmente cubierto por la cobija, se le vinieron rápidamente dos opciones a este comportamiento de Robert; a) había dejado abierta la ventana de la habitación y el frío de la noche lo había invadido y no se había percatado del motivo y su única manera de combatir a esa amenaza invisible fue cubrirse totalmente, b) las pesadillas de habían apoderado de el y la había pasado fatal al punto de considerar que el pequeño hueco que existía bajo el cobertor era más seguro que el mundo exterior que lo rodeaba.

Verlo le hizo recordar que su vida tenía sentido gracias a él y que  haría  cualquier cosa para mantenerlo a salvo de cualquier peligro, se acercó a su cama para despertarlo, justo antes de poder hacerlo el ruido de la puerta del baño desde su habitación le hizo regresar años atrás, los recuerdos de su antiguo hogar. Se miró a el mismo sobre una cama escuchando a su padre golpear a su madre y el temor que sentía al saber que muy pronto seguiría su turno. El alcohol había vuelto salvaje a la figura que alguna vez había visto como familia, así como lo embargaba el terror en sus ojos en aquellos tiempos, el senti que su hijo pasaba por el mismo temor pero debido a causas distintas.

De pronto sonó su móvil quebrando el silencio que había en el entorno.

.... — ¡Diablos!, maldito celular, ¿Quién será? —Frank con un movimiento rápido tomo el móvil de su shorts y contesto la llamada, dejando atrás el pequeño enojo que se había encendido en su interior al ver en el identificador  que se trataba de su secretaria en la empresa.— Buenos días Cecilia, si dígame. — su tono de voz fue tranquila y por un momento se desconoció a si mismo por el repentino cambio de carácter en unos segundos al saber que la llamada era de su trabajo. ...

.... — Hola buenos días señor Clayton, disculpe si me comunico con usted, sé que es su día de descanso, pero créame que va a querer ver lo que acaba de ocurrir. — la mujer que se encontraba al otro lado del auricular estaba sentada frente a un ordenador en el escritorio que estaba fuera de la oficina de la presidencia, su expresión denotaba sin duda alguna un poco te cansancio pero de alegría al escuchar la voz de Frank. ...

Mientras oía esto Frank notó que el ruido de la llamada había despertado a Robert, y de inmediato el niño le dirigió la palabra a su padre que estaba parado enfrente de él hablando por teléfono.

.... — ¿No puedes hablar afuera papá? El ruido no me deja dormir. — Robert  se quito parte del cobertor para dejar en descubierto su rostro, su voz ronca y sus ojos dejaron notar de inmediato la falta de sueño que su cuerpo necesitaba. ...

.... — Permítame un poco señorita Ceci, deja atender a mi hijo, solo será un minuto. — al ver la acción de su hijo, puso la llamada en espera y se dirigió a Robert. ...

.... — Papá por favor déjame dormir es muy temprano aún. — Robert reflejaba cansancio por no haber dormido bien en la noche anterior. ...

.... — Robert arriba, ya son las 8 y acuérdate que íbamos a ir al parque con mamá, vamos ya tienes que levantarte. — Frank se acercó a la cama de Robert y lo empezó a mover, como si estuviera jugando con él, para que se levantara lo antes posible para que fuera con su madre a desayunar....

.... — ¡Es cierto papá!, ahora mismo me levanto, y me iré a dar una ducha. — Robert se levantó de su cama de un salto, dejando atrás el cobertor que segundos atrás lo había utilizado como un tipo de escudó contra la luz que entraba del corredor de la casa a su habitación, le dio un abrazo y un beso a su padre y se dirigió al baño. ...

.... — Me parece perfecto hijo, vez a ducharte, mientras mamá prepara el desayuno. — miró a su hijo tomar prendas limpias de su cajonera y salir a toda prisa al baño, por segundos  recordaba que en su niñez de era un privilegio poder ducharse por las condiciones de pobreza en que su padre los tenía a él y a su madre, pero la voz de la secretaria  lo hizo volver al presente, se sentía intrigado al no saber el motivo de la llamada de Ceci. ...

Robert salió de la habitación y fue al baño y justo estaba saliendo su madre cuando llegó para entrar.

.... — Buenos días mamá, me duchare para ir al parque como habíamos dicho ayer. — Robert la miró y la saludó con un beso en la mejilla, y entró rápidamente al baño, pero antes de cerrar la puerta su madre le respondió. ...

.... — Hola mi amor buenos días, y si claro que iremos como había  dicho tu padre, el jamás incumple, el siempre tiene palabra, mientras te duchas prepararé el desayuno. — María ya se había lavado la rostro y cambiado de ropa por una limpia para salir. ...

.... — Si mamá está bien, como siempre tu comida es la mejor de todas. — después que por unos segundos recordaba toda la deliciosa comida que su madre preparaba, por fin cerró la puerta del baño. ...

Frank después de ver como Robert salió de la habitación, volvió a tomar el móvil y quitó el modo de espera y habló.

.... — ¿Ceci sigue en la llamada? — por un momento pensó que se había cortado la llamada en cuanto había jugueteando con Robert al tratar de que se pusiera de pie. ...

.... — Si claro aquí sigo, espero y haya solucionado su pendiente. — con la voz amable, pero a la vez desesperada decía cada palabra. ...

....— No te preocupes, todo está bien, solo desperté a mi hijo por que iremos al parque en familia. — suspirando contestó Frank. ...

.... — Me alegra señor Clayton que conviva con su familia, pero creo que lo que verá será muy interesante e importante. — pareciera que Ceci fuera bipolar, los tonos de su voz cambiaban inesperadamente, un momento estaba alegre y otro muy seria. ...

.... — Muchas gracias Ceci pero ¿Qué es eso que quieres que mire? — el rostro de Frank se arrugó al no entender aun nada, a la vez que escuchó que tocaron a la puerta de la casa y de igual forma escuchó que su esposa había dicho que ya iba a abrir. ...

.... — Acaba de ocurrir un suceso extraño en el desierto de “San Mountain”, creo que podemos sacar provecho de esto señor. — la secretaria se empezaba a emocionar por lo sucedido, sabía que podrían aprovechar este suceso. ...

.... — Entiendo Ceci ese es nuestro trabajo, pero ¿Qué ocurrió exactamente? — una leve sonrisa se notó en los labios de Frank al saber que había más trabajo, que significaba más ingresos. ...

.... — Si quiere entenderlo mejor, debería encender el televisor, en el noticiero del 94. — Ceci solo le dijo lo que tenía que hacer para entender de que hablaba. ...

.... — Está bien, permíteme un poco, deja ir a la sala a encender el televisor. — Frank de nueva cuenta puso la llamada en espera y salió de la habitación, y se dirigió a la sala. ...

María había entrado a la cocina para empezar a preparar el desayuno, mientras escuchaba música en el televisor de la sala con un volumen medio y bailaba al ritmo de ella, recordaba su niñez cuando le encantada bailar y se había dicho en eso entonces a si misma que cuando fuera adulta sería una instructora de baile, sus recuerdos se desvanecieron en cuando escucho en ese momento la puerta de la casa ser golpeada.

.... — ¡Buenos días familia Clayton!, ¿hay alguien en casa? — un cartero estaba afuera tocando la puerta de la casa con un paquete de correspondencia. ...

.... — Si buenos días, permítame en un momento salgo. — María había terminado de hacer unos sándwiches de jamón, estaba lavando los utensilios pero dejo eso pendiente para ir a ver de quien se trataba. ...

.... — Hola tengo un paquete para la señora María Jones, ¿Es usted a caso? — el cartero tenía como unos 20 años y traía el típico uniforme azul y una gorra, traía colgando una mochila en donde tenía ordenadas las cartas. ...

.... — Si soy yo joven, es raro, yo nunca pedí nada que recuerde. — la duda embargaba a María. ...

.... — Señora Jones el que envió el paquete tengo entendido se lo envió como una sorpresa, o eso me dijeron mis compañeros que lo atendieron. — el joven se miraba un poco nervioso, gotas de sudor caían de su frente a pesar de que el sol en esa mañana aún no había cambiado tanto las temperaturas que la noche fresca había dejado antes de desaparecer. — Firme aquí por favor y sería todo. — un poco desesperado por irse de aquel lugar el joven le entrego una carpeta de entregas, en dónde estaba una lista de nombres de personas esperando pedidos o cartas, entre tantos nombres estaba el suyo y la dirección del domicilio. ...

.... — Gracias, ¿Joven? — titubeó por no saber el nombre del joven a quien se dirigía. ...

.... — Antonio, mi nombre es Antonio Pérez, para servirle. -después de que María firmara la hoja, él se despidió y le entregó el paquete. ...

Frank tomó el control remoto y le cambió a la música que su esposa escuchaba por el canal 94, pensaba que María no se molestaría y enseguida observó que estaban en vivo.

.... — Estamos en el desierto de “San Mountain”, en donde acaba de ocurrir algo extraño, una especie de lo que podría ser una capsula fue detectada en la atmosfera de nuestro planeta, la NASA confirma que no es ninguna estación espacial o algo que reconozcan, se sospecha que posiblemente sea alienígena… — una reportera joven se dirigía al público muy sorprendida por los eventos ocurridos. ...

María después de tomar el paquete  entró a la sala y notó como Frank había cambiado el canal del televisor.

.... — Frank, estaba escuchando mi música… — un poco inconforme María tomó el control y volvió a cambiar el canal. ...

.... — Lo siento amor solo quería ver algo rápido. —  Frank le dio la espalda a María y se dirigió el móvil al oído y quitó el modo espera. ...

.... — Amor es algo extraño acabo de recibir un paquete de alguien anónimo, mira … — María fue interrumpida en medio de lo que decía. ...

.... — Cariño permíteme un poco por favor. — su mirada pasó rápidamente a los ojos de su esposa y se volvió a concentrar en la llamada. —  Ceci lo acabo de ver y es realmente muy importante, el lunes a primera hora iniciaremos con la investigación, hasta luego. -Frank emocionado, pero con duda se despidió de Ceci para poner atención a su esposa. ...

.... — Me parece perfecto, que tenga un excelente fin de semana señor Clayton. — con un leve gesto en su voz se despidió y colgó la llamada. ...

Robert se seguía bañando y mientras cantaba una canción que su madre le ponía mientras era más chico, recordaba como sus padres lo habían cuidado tanto, se sentía feliz porque había conocido a una niña que le gustaba, con la que se iba a ver este día en el parque, su nombre le encantaba, Elena.

La había conocido en una junta de su padre y el de ella, los dos trabajan en empresas diferentes, en las cuales son competencia, ambos profesionalmente eran unos genios, ambos en sus respectivas empresas, y muy bien lo sabía Robert, alcanzó a oír como sus padres conversaban en la sala.

Mientras tanto Robert se duchaba Frank se dirigió a María, para preguntarle algo.

.... — ¿Un paquete?, es muy extraño que no diga de quien es. — Frank levantó la ceño al no comprender la situación. ...

.... — El cartero solo me dijo que era una sorpresa de quien me lo envió, no me dijo ningún nombre y tampoco en el paquete viene. —con la voz tranquila y suave María le explicaba a Frank lo que el cartero le había dicho. ...

.... — Ok, para que te quites la duda es mejor que lo abras. — Frank un poco desconcentrado por pensar en aquella capsula que había caído desde el cielo y que sería una buen nota para ideas y trabajo para futuros proyectos....

.... — Claro es justo lo que hare en este momento, quisiera saber quién es la persona de tras de este curioso misterio. — un poco emocionada y dudosa, María decidió abrir el paquete que le habían enviado. ...

Al abrir el paquete Frank echó un vistazo a la caja de cartón y notó como María saco de ella una botella de vino fino, un “CHARDONNAY” reconoció de inmediato la botella con un resplandor amarillento tal como cuando  notas la salida del sol por las mañanas, como el amanecer de ese día, era algo extraño para él. María no se había percatado de que otra cosa se encontraba en la caja porque solo se había concentrado en la botella.

.... — Amor, ¿Eso es todo? — Frank sonó un poco inconforme al ver que solo la botella había salido, y entonces María volvió a ver al interior de la caja y miró un sobre enmarcado con una carta adentro. ...

.... — Mira hay un sobre y tiene escrito algo, deja ver que es lo que dice. — María había tomado el sobre y puesto la botella sobre una mesita que había en el centro de la sala. — Lo leeré en voz alta para que tú también puedas saber lo que dice. — miró el sobre y empezó a leer: ...

...“Señora Johnson, me da gusto que usted siga muy bien, se preguntará, ¿Quién soy yo?, eso no es lo que en este momento interesa, la carta que viene adentro de este sobre es dirigida para su esposo Frank Clayton.” ...

Ambos se quedaron quietos y sorprendidos al escuchar esto, María abrió el sobre y extrajo la carta y se la dio a Frank.

.... — Frank, ¿Por qué esta carta va dirigida a ti?, ¿De quién se trata y como es que me conoce? — María de un momento a otro se puso histérica y empezó a hacer muchas preguntas sobre la carta a Frank. ...

.... — No lo sé amor, necesito leer la carta para saber que ocurre. — el rostro de Frank demostraba preocupación  y su voz sonaba tensa, la duda lo embargaba, empezaba a sudar y sin entender que ocurría abrió la carta y empezó a leer: ...

...Para el señor Frank Clayton. ...

...12-10-1995 ...

...Tu hiciste que yo sufriera de una manera inimaginable, gracias a tus estupideces, perdí a alguien que tanto amaba, a mi hija mayor. ...

...Tus investigaciones y robos de ideas provocaron que asesinaran a mi hija, y no pienso parar hasta que tu hijo Robert muera. ...

...Claro si es que me hayas primero, lo salvarás de una muerte dolorosa, ¿Qué estás dispuesto a hacer para salvar a tu hijo? ...

...Firma: ANONIMATO… ...

.... — Amor, ¿Cómo se llamaba el cartero que te dio el paquete? – Frank desesperado y asustado se puso de pie y fue a toda velocidad a asomarse por las ventanas sino había alguien quien lo observa a lo lejos, detrás de un auto, detrás de un árbol, parado a la distancia, con algún arma de fuego, con algún arma blanca con cualquier cosa capaz de lastimar a las personas que amaba, miró a un lado luego al otro, no había nadie, no había nada sospechoso, pensó que no tardaría en llegar quien sea que hubiera escrito esa carta. ...

.... — Me dijo que se llamaba Antonio Pérez, ¿Pero por qué preguntas? — María estaba desesperada, asustada y muy histérica por lo que estaba ocurriendo. ...

.... — Necesito saber quién envió esta carta, pásame el directorio, marcaré a las oficinas del correo y preguntaré por el cartero y así averiguar quién es el autor de la carta. —Frank se sentía muy astuto al pensar en ese plan demasiado rápido, María de inmediato le pasó el directorio y buscó el número del correo, entonces marcó de inmediato. ...

.... — Si buenos días, me comunico para poner una queja sobre uno de sus carteros. — Frank tuvo que ser astuto y decir una mentira para averiguar si ese cartero trabajaba para ellos. ...

.... — Buenos días señor, si con toda confianza, ¿cuál es la queja? — con una voz tierna una señorita contestó la llamada. ...

.... — Señorita al parecer el cartero nos entregó un paquete equivocado, podrá usted dar aviso a el empleado para que regrese de inmediato. — las mentiras fluían de manera fácil de la boca de Frank....

.... — ¿Me podría proporcionar el nombre del cartero? — la señorita les había solicitado el nombre para proceder con la queja y buscar el número de contacto del cartero en el sistema para solicitar que fuera solucionar el inconveniente. ...

.... — Si claro, su nombre es Antonio Pérez. — contestó sin vacilar, mientras su corazón se aceleraba y sentía una adrenalina sobre todo su cuerpo debido al miedo que tenía. ...

.... — Señor al parecer ese nombre no aparece en el sistema de empleados carteros. —la voz de la mujer sonó calmada. ...

.... — Que extraño, permítame un poco señorita. —Frank dejó en espera la llamada solo unos segundos sin hacer nada y luego volvió a contestar. — discúlpeme señorita, al parecer mi mujer cometió unos errores, el paquete si es el correcto y también se equivocó de nombre con respecto al cartero, que tenga una excelente mañana, hasta luego. — de inmediato Frank colgó la llamada y lo preocupado que estaba se dejó notar en su rostro. ...

.... — ¿Qué ocurre Frank? — María no entendía lo que ocurría. ...

.... — Amor es cierto lo que sospechaba, el cartero no trabaja para el correo, creo es también parte de todo esto. — Frank le explicó lo que estaba ocurriendo a María. ...

.... — ¿Qué vamos a hacer Frank? — seguía sin saber que proseguía. ...

.... — Es claro amor, debemos huir de aquí y ya, porque estamos en peligro, y más nuestro hijo. ...

Frank estaba consciente de lo que estaba pasando y realmente se sentía en peligro .

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