Dulce Villana - El Retorno De La Mariposa.

Cap11

Elizabeth se encontraba sola, en la bañera con los ojos cerrados recordando su pasado como Elyana. Siendo Elyana y cegada por el amor y lealtad a Sebastián, ella había llevado a cabo misiones que consistían en asesinar personas que representaban un peligro para el ascenso al trono de Sebastián. Una de sus tantas víctimas fue uno de los príncipes. Este príncipe empezaba a obtener simpatía de su padre por tener logros en el ámbito militar. Era el que más resaltaba entre sus hermanos.

Recordando cómo lo había matado, no pudo evitar sentir arrepentimiento por aquello. Ahora que veía las cosas como son, aquel príncipe era el heredero que el imperio necesitaba. Sebastián solo quería el trono por ego, pero no sabía gobernar y Nicolás, en todo el imperio tenía fama de mujeriego y que no le importaba nada que estuviera relacionado al trono, pero por las investigaciones de Lila había realizado, ahora sabía que eso solo era una pantalla para no llamar la atención.

- Nicolás, ¿cuáles son tus verdaderos planes? - murmuró mientras se limpiaba la piel despacio perdida en sus pensamientos.

Cuando estaba por salir de la bañera, Lila entró con un sobre en mano... Elizabeth al verlo pregunta de qué se trata.

- es una invitación de la emperatriz para una reunión. Estarán presentes el príncipe Sebastián y el principe Nicolás. Es para mañana por la tarde, una fiesta de té en su palacio. Averigüé y tu querida prima confirmó asistencia.

- ¡esa mujer!-, exclamó Elizabeth -Creo que llegó el momento de hacerme cargo de ella. Lila, confirma mi asistencia y manda un espía a la mansión de mi tío. Necesito estar al tanto de los planes de esa mujer. Dudo que no tenga algo planeado para mañana.

Lila solo asintió y salió del lugar para hacer lo que le pidió Eli.

El momento había llegado. Elizabeth estaba terminando de arreglarse con la ayuda de Lila, cuando alguien entra por la ventana vestido de negro cubierto de pies a cabeza, y haciendo reverencia ante Lila, pasa a informar lo que logró averiguar en la mansión del tío de Elizabeth.

Elizabeth que se encontraba escuchando el reporte, solo sonríe. Se le acaba de ocurrir una buena idea.

- Lila, la fiesta de su majestad será entretenida. ¿Puedes pedirle que nos siga? Necesito que haga algo cuando estemos ahí, sin que nadie lo note.

- claro - dijo Lila mientras le hacía una señal a aquel hombre.

Ambas bajaron y salieron de la mansión. Durante el viaje Elizabeth le comentó sobre el plan. -Vamos a darle la vuelta al juego que mi primita quiere jugar - dijo Lila mientras sonríe complacida por la idea.

El carruaje que llevaba a las dos mujeres llegó al palacio de la emperatriz y con su llegada se completaba la lista de invitados, razón por la cual se cerró la puerta principal.

Fueron guiadas hasta el jardín dónde se realizaría la fiesta de té. Lila se quedó en un costado mientras Elizabeth se dirigía a saludar a la emperatriz. Ésta al verla, esbozó una gran sonrisa y se levantó para darle un abrazo, sorprendiendo a todos los presentes.

- bienvenida hija mía. Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que te ví. Solo mírate estás preciosa. Mi hijo tiene suerte de tener una prometida tan bella-, exclamó feliz la emperatriz frente a todos los invitados.

El compromiso entre ellos no era de conocimiento público aún, solo las familias involucradas estaban al tanto, aunque había uno que otro pequeño rumor difundido, aunque sin fundamento. Pero con lo dicho por la propia emperatriz ya no quedarían dudas sobre el tema, y para mañana el chisme estaría por todo el imperio.

Elizabeth frente a lo dicho por la emperatriz solo sonrió, y viendo de reojo a su prima con el puño apretando su falda con furia respondió:

- madre, es un placer verla de nuevo. Prometo visitarla con más frecuencia.- y volvió a abrazar a la emperatriz.

Ésta encantada por cómo la había llamado, le pidió que se siente a su lado. En eso llegan los príncipes y la emperatriz presentó a su hijo con Elizabeth. Ambos actuaban como si fuera la primera vez que se veían.

- madre, gracias por tan hermosa prometida que elegiste para mí-, dijo Nicolás mientras se dirigía a besar la mano de Elizabeth con una sonrisa ladina.

- más te vale que la trates bien, es como una hija para mí. Y si me entero que la engañas o la estás maltratado, yo misma te dejo sin descendencia - dijo la emperatriz mientras sonreía.

- madre-, dijo Elizabeth sonriendo, -espero poder darle nietos antes de que eso suceda.

Todos se reían divertidos sobre la charla que presenciaron. Bueno, no todos porque Nicolás quedó pálido al recordar la noche que pasó con Elizabeth, y dirigió su vista inconscientemente al abdomen plano de ésta.. y no pudo evitar preguntarse si ya estaba embarazada. Elizabeth al notar dónde tenía éste su mirada no pudo evitar sonreír con burla, ya que imaginaba las preocupaciones del príncipe Nicolás.

-Será divertido dejarlo con esas dudas - pensó Eli.

Sebastián estaba en silencio mirando la situación, y no podía apartar la mirada de Elizabeth, a lo que la emperatriz al darse cuenta le pregunta sobre su prometida y del por qué ella no había asistido a la fiesta de té. A lo que él solo Respondió con evasivas diciendo que tenía otro compromiso con su familia.

Habían servido el té, la fiesta transcurría con normalidad, entre charlas y risas. Salvo por Estefani quién estaban en silencio esperando el momento para llevar a cabo su plan. Podía ver que Nicolás empezaba a sudar y sentirse raro. A lo que ella sonrió levemente.

- funciona- pensó ella.

Después del té era costumbre hacer un recorrido por los jardines, y el jardín de la emperatriz era grande y la más hermosa del imperio, por lo que todos los presentes estaban ansiosos por el recorrido en compañía de la emperatriz.

Todos se levantaron, y se dirigen a un lago artificial de lotos que estaban en floración para apreciarla. Estefani disimuladamente se quedó atrás para luego volver en busca del príncipe Nicolás. Su plan consistía en acostarse con él para que se haga responsable casándose con ella. No contaba con que Elizabeth ya sabía del plan de ésta.

Cuando volvió al lugar no pudo encontrar al príncipe, y de un momento a otro cae noqueada por el hombre que trabajaba para Lila. La llevó a una de las habitaciones cercanas. Lo que Estefani no sabía es que a Sebastián se le había dado el mismo afrodisíaco que ella pagó para darle a Nicolás. Y el príncipe Sebastián ya estaba muy afectado, se había alejado del lugar cuando empezó a sentirse raro y estaba caminando cerca de donde se encontraba Estefani, en la cama de una habitación.

Cuando estaba cerca de la puerta fue empujado por alguien que no alcanzó a ver, era aquel hombre de nuevo, el ayudante de Lila, quién al cumplir la misión que se le encomendó, sonrió y se fue. Sebastián una vez dentro de la habitación, y con los efectos de la droga, fue hasta la cama donde encontró a aquella mujer y sin pensarlo dos veces empezó a desnudarla, y abriendo las piernas de ésta se hundió en ella sin siquiera ser cuidadoso haciendo lo que quiso de ella mientras ésta estaba inconsciente, y cuando recuperó la consciencia sintió dolor y alguien moviéndose sobre ella. Pensando que era Nicolás y sin abrir los ojos solo colaboró con el acto.

La emperatriz, al igual que Elizabeth y los demás presentes en la fiesta, estaban de regreso cuando de repente escuchan un ruido extraño. La emperatriz que reconoció los jadeos, indignada se dirigió al lugar abriendo la puerta de golpe, encontrando al príncipe Sebastián arriba de Estefani, desnudos en pleno acto. Sin hacer caso a la puerta abierta ambos seguían disfrutando con gemidos cada vez más fuertes. La emperatriz roja de la ira, no se contuvo y habló:

- ¿Qué significa ésto? - gritó y llamando así finalmente la atención de los dos desvergonzados.