La Princesa Prometida Para El Pirata.

FRANK PIERCE.

No puedo creer con la indiferencia que se alejó mi ahora esposa de su padre, comprendo que la obligo a hacer algo que no deseaba, pero ni siquiera se despidió.

Los cuatro vamos detrás de ella que es acompañada por una sirvienta, cuando estamos fuera de las puertas del palacio se gira y me mira a la cara.

-¿Ahora a donde vamos?- me pregunta mi esposa.

-A mi barco, ¿tenés algún problema princesa?- esa última palabra la digo con malicia. No me responde.

-Fátima- llama a la sirvienta- ve por ellos. ¿Qué muelle es en el que está tu barquito?- dice en tono despectivo.

-¿Para qué querés saberlo?

-Solo responde- me exige.

-Tercer muelle- ella asiente.

-Escuchaste¿no?- le pregunta a su sirvienta- ve rápido.

-¿A dónde la mandaste?

-Ya lo sabrás- y no vuelve a hablarme.

Maldigo en silencio, es una niña arrogante y parece malcriada. Caminamos hasta los muelles y cuando llegamos la veo observar con detenimiento mi barco.

-¿Algún problema princesa cabaretera?-digo.

-Agradecería que dejaras de llamarme así-dice.

-¿Si no lo hago?

-No creo que tu tripulación quiera saber que fuiste golpeado por esta princesa cabaretera- replica.

-¿Se conocen?- dice papá

-Algo así para mi desgracia-dice ella- pero intuyo que su hijo no quiere que le de los detalles.

A lo lejos veo venir a la sirvienta con dos personas más hacia nosotros. Cuando llegan la mujer se abalanza sobre ella y la abraza.

-¿Estás bien cariño?- pregunta

-Solo fue una ceremonia de boda no una condena a muerte- le digo.

-Es lo mismo-responde mi esposa- no te preocupes ahora que te tengo conmigo voy a estar bien.

-¿A qué te referís? En el acuerdo solo estabas vos no toda esta gente- le digo.

-Esta gente viene conmigo o te vas en tu barquito sin mí y anulamos este matrimonio- replica ella.

-No te atreverías a contradecir a tu padre.

-No te imaginas de lo que soy capaz esposo, y ese hombre me importa incluso menos que tú, así que no me desafíes sino querés estar soltero de nuevo.

-Basta- grita papá-¿señorita?-pregunta hacia la mujer que apareció.

-Tania, soy la nana de ella.

-Bien, suban y en breve les indicaremos sus camarotes.

Suspiro y me resigno, soy el primero en subir y le tiendo la mano a mi mujer, pero esta la rechaza y sube por sus propios medios. Noto como mis marineros nos miran con curiosidad, la tomo de la cintura y la guio al centro del barco.

-Reúnanse acá por favor- digo llamando a la tripulación.

Veo como hacen caso y se van acercando, a lo lejos veo que viene Cloe con Nilo y sé que no va a ir bien esto.

-Escuchen a partir de hoy tendremos nuevos tripulantes- todos se miran con incertidumbre- les presento a mi esposa y sus sirvientes.

-¿Qué? ¿Te casaste?- grita Nilo.

-Cariño escucha-le digo.

-No, te odio como te casaste. tú eres mío- grita.

-Claro que si cariño- digo tratando de acercarme, pero sale corriendo- Cloe ve con ella.

-Hola espero nos llevemos bien- dice mi esposa.

-Quiero que sean respetuosos y atentos con mi esposa, si necesita algo ayúdenla.

-SI- gritan al unísono.

-Acomoda a su gente papá- le digo y la guio hacia el interior del barco.

Mientras avanzamos por los pasillos del barco sigo sosteniendo su cintura y noto como tiembla suavemente, es evidente que esta nerviosa y eso me causa gracia.

-Puedo caminar sola,no necesito que me sostengas- dice.

-Lo se. Es divertido ver como te altera que te toque.

-No es verdad- replica.

-Claro que si estas temblando.

Llegamos delante de mi camarote, la freno y abro la puerta guiandola hacia el interior.

-¿Por que estamos aca?- pregunta viendo la cama.

-Es nuestro camarote- respondo.

-¿Nuestro?

-¿Pensaste que ibamos a dormir separados?- digo riendo burlonamente y eso la irrita.

-No se que pensas, pero no te conozco y no me vas a poner un dedo encima a menos que yo lo permita.

Camino lentamente hacia ella sacandome el saco y ella retrocede hasta chocar con la pared, la enjaulo y me acerco a su oido.

-Vas a rogar para que te toque cabaretera, y yo no voy a tener que hacer nada para que eso suceda.

-Estas soñando- me reta con sus palabras.

Deslizo mi mano por sus hombros hasta llegar a su cintura y apretarla.

-Jamas me equivoco y el hecho que tiembles como una hoja ante mi tacto me demuestra que vas a ser vos la que ruegue por mis besos y mi cuerpo.

Dejo un beso fugas en sus labios y me alejo.

-Acomodate, trata de no tocar mis cosas y en la cena te espero para que te reunas conmigo y mi gente para celebrar nuetra union esposa.

-Y si no quiero.

-Si no querés lo vas a hacer igual porque te lo estoy ordenando.

-No soy buena cuando me imponen las cosa, tiendo a revelarme- dice desafiante.

-¿Eso quiere decir que querías este matrimonio?

-NO- grita.

-Pero no te revelaste, eso me indica que lo aceptaste.

-No me dejaron opción.

-Si vos lo decís, yo entendí que deseabas desposarme.

-O solo quería alejarme de casa- dice la condenada.

-Así que para alejarte te casaste conmigo estas dispuesta a estar en mi cama, debes odiar mucho a tu familia Maria.

- jajajá parece que no se te informo, no soy Maria soy Clara la menor de sus hijas.

-¿Que?

-¿Sos sordo?

-No tiene más hijos Patrick.

-Acá estoy yo, la bastarda de rey que fue entregada en lugar de su hija preferida- dice con satisfacción porque sabe que me engañaron.

La miro y le advierto que la quiero lista para la cena y salgo dando un portazo y busco a mi padre para contarle lo que me acabo de enterar y para ver como vamos a proceder.