La madre de Hadassa tuvo que huir de su propia manada y establecerse en otra; aun así, a ambas las miran con desconfianza. Ellas son omegas, una clase muy baja y despreciada porque nadie sabe por qué ella huyó de su manada.
Pero cuando Hadassa conoce la verdad, ella debe esconderse y, para su desgracia, tendrá que compartir su refugio con Dante Brown, un arrogante lobo y próximo alfa de la manada, quien siempre pareció despreciarla, pero ahora él está dispuesto a protegerla.
¿Será que Hadassa pueda confiar en Dante? ¿Cuáles son sus verdaderas intenciones al tenerla cerca?
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Corazón roto
A la mañana siguiente, fui al baño, mi rostro estaba ojeroso y mis ojos se veían lamentables. No podía creerlo. No deseaba ver a ninguno de los dos, Derek no tenía idea de mis sentimientos y Adriana me había engañado.
Me lave el rostro esperando que mi aspecto mejorará un poco, me sujete el cabello en una coleta y me puse un brillo labial para que mis labios no lucieran opacos y secos.
Mi madre tocó la puerta del baño y me preguntó cómo estaba:
- Mamá necesito un café_ dije resignada, no deseaba contarle lo que pasó aún
- Hija quería avisarte que Adriana estará abajo, yo debo irme_ se despidió y bajo las escaleras
Rayos, pensé, no deseaba por nada del mundo ver a Adriana después de lo que sucedió. Baje las escaleras, estaba realmente enojada, me sentía una tonta por confiar en Adriana.
- Hola Hada_ dijo cuando me vio
- ¿Qué vienes a hacer Adriana? Acaso no te basto con quitarme a Derek, ¿quieres echarme en la cara que soy una tonta en confiar en ti?_ dije con enfado
- No quise que las cosas resultarán así. La verdad es que yo también sentía algo por él, pero no fui sincera contigo. Me di cuanta que me gustaba cuando mencionaste que te declararías, no sabía bien porque aquello me molestaba y ahí fue cuando entendí que Derek me gustaba. ¡Perdóname Hada! No deseaba lastimarte_ dijo queriendo tomar mi mano
- No puedo perdonarte Adriana. Debiste decirme que sentías algo por él. Hemos sido los tres amigos por años_ dije seria
- De verdad lo siento, pero no fue hasta que me dijiste que te declarabas que me di cuenta de mis sentimientos_ decía afligida
- ¿Y como fue que comenzaron a salir?_ pregunté
- Bueno, fue Derek ese día de tu primera transformación que se me declaró. No podía creerlo y yo no fui capaz de rechazarlo._ argumentó
Me dolía el pecho ante sus palabras, una parte de mí estaba enojada y otra, sentía pena. Quizás Derek siempre me ha visto como una amiga pequeña o como su hermanita.
Más que nada, había sido el quién dio el primer pasó con Adriana, hasta es posible que él siempre le hubiera gustado a ella y yo era la que estaba en medio. Además que más podía esperar si yo era un ¿Omega y Adriana era gamma?
- Debes darme tiempo Adriana_ dije finalmente como aceptando los hechos
- Oh querida Hada, gracias_ me dió un abrazo
Esa tarde debía partir al entrenamiento ya que había iniciado mi transformación, estaba el gamma Josh preparando a los nuevos, era un hombre de unos 40 años, cabello oscuro y algunas canas, su estado físico era evidente ya que su trabajo principal era entrenar a los miembros de la manada. Me llamo la principal atención que durante el entrenamiento había miembros antiguos y de experiencia en combate como Mike, Dante, Brendan, Carl e incluso la luna observando todo. Cuando termine la primera parte del entrenamiento me sentía realmente agotada, se acercó Mike:
- Hola bella, ¿cómo te sientes?_ dijo esto haciendo un gesto coqueto
- Hola Mike. No me llames así, harás que tus admiradoras me odien_ dije tomando un poco de agua de mi botella y echándome un poco encima por accidente.
- ¡Oh nena! Me matas cuando haces eso_ decía en tono sensual
Lo mire sorprendida al notar que estaba hablando en serio. No muy lejos podía ver a Derek mirando en nuestra dirección, no quería que me viera afectada por lo que me confesó ayer sobre su relación con Adriana, así que me obligue a prestarle atención a Mike.
- Vaya, no creí que mis acciones te causarán algo_ dije con interés a Mike
- Vaya que si. Eres muy hermosa Hadassa, no creo que ignores el hecho de que hay muchos en la manada que te desean_ comentó
No todos, pensé con tristeza, bueno al menos a quien me gusta yo no lo interesó en ese sentido, en realidad Adriana pertenecia a los gammas. Mire por encima del hombro si Derek me había visto, y pude notar que Adriana estaba a su lado. Debía superar mi enamoramiento temporal, pensé.
- Gracias por eso Mike. Es animador pensar que eso pudiera ser así; sin embargo, soy una Omega_ dije, entendiendo que mi realidad y mi lugar como Omega no puede ser tan superior.
No le di tiempo para que agregara o dijera algo más, volví a mi entrenamiento. Está vez mi compañero para realizar la maniobra de ataque era nada menos que Dante, el futuro alfa. Su expresión de fastidio en su rostro era evidente, realmente era guapo como escuchaba a menudo decir a las chicas. Sus labios gruesos, bien marcados y su mentón marcado le daban un aire tan sexy.
Mi imaginación estaba brotando con solo tenerlo de frente. Con razón todas estaban locas por él...
Me dirigí a atacarlo, sus ojos se veían feroces, pero no me intimido, mis manos iban dirigidas a sus caderas para tomarlo y botarlo como se nos enseñó. Está maniobra era muy efectiva para las lobas, ya que poseen menos fuerza, Dante puso resistencia y yo mirando con fiereza logré tumbarlo en el suelo. Él me sujeto y quedé encima de él... pude ver sus ojos perplejos, no entendía que había sucedido.
Me empujó de pronto, se veía confundido y molesto cuando me encontré con sus ojos:
- Dante, ¿estás bien?_ llegó diciendo asombrado Josh
Me miró y yo solo seguía teniendo dudas al respecto. ¿Se suponía que no debía botarlo? o ¿cómo es el hijo del alfa que debía ser más suave al realizar este ejercicio? En la escuela las chicas que me acosaban siempre terminaban yéndose porque las derrotaba o porque estaba Adriana y Derek para ayudarme. El recuerdo de ellos nuevamente hizo que me invadiera la tristeza.
- Hadassa, tu... ¿hiciste algo diferente para botar a Dante?_ preguntó Josh
- No, realice todos los movimientos que usted me enseñó. ¿Acaso estuvo mal que botara al hijo del alfa?_ comenté seria, mirando a Dante
Por más que me mirara con esa cara de enojó, lograría que me sintiera temerosa. Quizás mi actitud estaba demostrando falta de respeto.
- No es eso Hada... es solo que...
- ¡¡¿Como es que tú una Omega, lograste botarme?!! ¿Qué truco has usado conmigo? Nadie antes ha logrado hacerlo_ agregó Dante y sus ojos parecían en llamas
- ¿Nadie antes lo había botado? Bueno yo solo hice el ejercicio, es todo_ dije perpleja
- No te creo, pequeña omega_ dijo acercándose Dante, sus ojos grises estaban devorando los míos. Tenía una actitud muy hostil, la verdad es que me confundía.
- ¡¿Te sientes humillado porque una Omega como yo te ha dejado tumbado?!_ estaba harté de sentirme como si fuera poca cosa, quise devolverle su agresividad.
- ¡¿Qué has dicho?! ¡¿Humillado de que tuviste la suerte de haberme botado?!_ agregó irónico... ¿Acaso quieres provocarme, tú una Omega?_ dijo enojado
Antes de que las cosas se calentaran más, intervino la luna.
- ¡Es suficiente Dante! Es solo una joven, no deberías alterarte tanto por eso_ agregó ella
Tranquila Hada, recuerda seguir entrenando, ahora ve y descansa_ agregó con cariño
Derek y Adriana se quedaron observando de lejos, no parecían querer acercarse. Me levanté del suelo, dónde me había empujado Dante, él se había levantado, me observaba con recelo. Cuando pase por su lado decidí molestarlo como él lo había hecho conmigo:
- No veremos mañana en un nuevo entrenamiento_ le susurré cerca
Sus ojos se abrieron de par en par.
Antes que pasará algo más, tome mis cosas y me retiré, me llamaba mucho la atención que la luna de la manada me ha estado defendiendo. Llegué a casa, corrí a ducharme, comencé a llorar por qué sentía que las palabras omegas estaban marcadas en mi piel, ser Omega me obligaba a la humillación, a qué fuera poca cosa y a qué por serlo no fuera una buena opción de ser considerada la compañera de alguien más. Salí después de un tiempo del baño, me coloque un vestido muy ligero, mamá me decía que no lo usará afuera porque se trasluce, pero estaba en la casa, así que no habría drama.
Eran las 5, mi mamá llegaría a las 6:30, fui a la cocina a prepararme algo para comer, estaba en ello cuando escuché golpes fuertes en la puerta.
¿Quién podría ser capaz de ser tan grosero?
No me atrevía a abrir, tenía la sospecha de que sería Dante y no me equivoqué cuando abrí, venía furioso.
- ¿Qué quieres futuro alfa? ¿¡Vienes por una revancha?!_ dije con tono divertido
Me sentía mal para más encima tener que verlo a él. Desde que era niña, Dante era grosero y despreciaba a los omegas, los trataba como poca cosa, recordé que él era muy fuerte y hábil en muchas cosas. Quizás por esa razón se ha sentido tan superior, al resto, y que yo le haya derribado en mi primer enfrentamiento con él, lo molesto más de lo que imaginé. Y si a eso le agregamos que soy una simple Omega, debe ser lo más humillante. Sus ojos destellaban...
- ¡¿Crees realmente que por derribarme una vez me has derrotado tú, una simple Omega?!_ agregó con desprecio
- Si ese es el caso, ¿por qué venir hasta mi casa y molestarme?_ dije cruzando mis brazos mientras apoyaba mi cuerpo en el marco de la puerta
De repente, recordé como andaba vestida, no podía mostrar mi vergüenza. Quizás él no notará mi vestimenta con lo furioso que está conmigo. Luego vi que sus ojos, se dirigieron por mi cuerpo, tragó saliva un momento y luego me miró a los ojos:
- ¿Quieres seducirme?_ dijo
- ¿Qué?_ dije incrédula
- Ahora entiendo todo, has preparado esto de llamar mi atención ¿no es cierto? Pues aunque seas tan atractiva y que vuelvas locos a la mayoría, conmigo no te resultará pequeña Omega_ se acercó tan de repente que me asustó
- ¿Estás loco Dante? Yo una Omega, ¿buscó llamar tu atención? No crees que es absurdo, cuando yo bien sé lo que sientes por mi_ dije en mi defensa con enojo y buscando con que cubrirme. Este me tomo la muñeca, sentía su respiración profunda y como estaba muy cerca el aroma de su perfume.
- Deja de fingir que no te gustó. Todas las mujeres son iguales_ sonrió con picardía sus palabras me dejaron boquiabierta, se estaba acercando
Lo empujé con fuerza, al liberarme cerré la puerta. Dante nunca me ha tratado bien, ¿por qué ahora tenía la sensación de que me besaría? o ¿era mi imaginación?
- ¡Vete de aquí Dante! Tú no eres el que me gusta para tú información_ le grite desde el otro lado de la puerta
Luego por temor de que sucediera algo más, subí corriendo las escaleras y me encerré en mi habitación. ¿Me había vuelto loca acaso? No era como si Dante fuera a entrar y derribar la puerta.
Más tarde llego mi madre, baje para recibirla, me miró con atención y agregó:
- Espero que nunca te atrevas a salir con ese vestido_ comentó
- Lo uso solo en casa_ me puse roja al recordar que Dante me vio en él
- La verdad cariño, es que ese vestido hace que se vea todo tú cuerpo. Puedo ver tú ropa interior de encajé_ agregó mientras calentaba la cena
Yo seguí colocando los cubiertos, no dándole importancia a lo que sucedió anteriormente.
Cenamos y conversamos, le narré sobre mi entrenamiento, mamá me miró preocupada.
- ¿Sucedió algo en tú entrenamiento?_ preguntó
- Bueno... ocurrió que tumbé a Dante en mi demostración del ejercicio_ dije preocupada
- Debí decirte antes, pero no es bueno que demuestres tú fuerza. Me imagino que te has dado cuenta de que no eres como las demás omegas de la manada, nosotras vinimos de afuera y... es bueno no llamar mucho la atención en ese sentido_ terminó de decir, sentía que deseaba revelar más información pero se abstuvo.
Desde hace años he sentido curiosidad por las razones y el porqué mamá tuvo que escapar conmigo cuando estaba en su vientre. Para cualquier mujer embarazada, tener que huir es un riesgo muy grande.
Algo me dice que es mejor que ella, algún día se sienta con la confianza de decirme. Debió suceder algo muy importante o grave, para que guarde el secreto.
- Está bien mamá, voy a buscar no llamar más la atención_dije para dejarla tranquila
Cenamos después con calma y a la mañana siguiente, mamá se fue temprano. Me quedé acostada un rato más, debía ir al entrenamiento a eso de las 10 así que podía levantarme un poco más tarde. Mi madre trabajaba en una cafetería cercana, así que salía con tiempo. Desayuné tranquila, me vestí con unas calzas deportivas, un top, una polera que me cubría, y una polera deportiva que hacía juego. Baje las escaleras, tome mi bolso, agua y llaves de la casa.
- Hola Hada_ era Derek quien me esperaba afuera
No habíamos vuelto a hablar desde aquella noche, evidentemente buscaba evitarlo para tener tiempo de aceptar su relación con mi amiga Adriana.
- Hola_ dije con sencillez
- No he tenido oportunidad de hablarte desde ese día_ dijo inquietó
¿Está todo bien Hada?
- Si Derek, es solo que necesito un tiempo para hacerme a la idea de que tú y Adriana salen y que... bueno ya seremos los tres amigos_ dije con calma, para que no se viera que había otra razón
- Oh Hada, siempre seremos amigos los tres, solo que habrá cosas distintas_ decía queriendo abrazarme y yo se lo impedí
- No Derek, ya no soy una niña pequeña. Es mejor que me trates diferente_ le sonreí con mucho esfuerzo
- En verdad, lo siento Hada. La costumbre de tratarte así_ argumentó nervioso
- Bueno Derek, debo ir a mi entrenamiento. Nos veremos_ dije cortando la conversación
No sabía cuanto más aguantaría si seguía conversando con él. Me fui corriendo, sentía que las lágrimas aparecerían, a la entrada estaba Dante esperando, me miró con detenimiento como si me analizará o ¿era que recordaba el vestido de ayer?
- Te estaba esperando_ dijo cuando me acerqué
siempre fueron asi, la unica que no se dio cuenta eres tu !
hay amigas, que resultan, no ser amigas..
zorras hagazapadas he envidiosas !!
de esas hay muchas...