vidas diferentes que su suerte les da conexión
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el concierto universo VII
Al llegar a su apartamento, Robert y Chandler se sentaron en el sofá, todavía con la energía del concierto vibrando en el aire. Decidieron abrir una botella de vino para celebrar la noche perfecta y recordar los momentos que habían compartido. Mientras bebían, hablaron sobre sus canciones favoritas, las sorpresas del setlist y la emoción de finalmente haber vivido un concierto sin contratiempos.
La conversación fluyó fácilmente, y se dieron cuenta de cuánto habían crecido juntos a lo largo del año. Recordaron las dificultades que habían enfrentado en el primer concierto y cómo esos desafíos los habían unido aún más. A pesar de la mala suerte, siempre habían encontrado la manera de apoyarse mutuamente y seguir adelante.
A medida que la noche avanzaba, Robert y Chandler comenzaron a soñar con el futuro. Hablaron sobre nuevos lugares que querían visitar, otros conciertos y festivales que les gustaría experimentar y los planes para la galería de arte que habían estado construyendo juntos. Su amor por la música y el arte seguía siendo un pilar central de su relación, y estaban emocionados por todas las posibilidades que el futuro les ofrecía.
El año siguiente, decidieron hacer un viaje especial para celebrar su aniversario. Escogieron un destino que siempre habían querido visitar: Londres, la ciudad natal de Robert. Planeaban explorar la rica escena musical y artística de la ciudad, visitando galerías, museos y clubes de música en vivo. Chandler estaba especialmente emocionado por conocer a la familia y los amigos de Robert y experimentar la cultura y el ambiente de Londres.
El viaje fue todo lo que habían esperado y más. Pasearon por los famosos museos de la ciudad, disfrutaron de conciertos en icónicos locales de música y se maravillaron con la historia y la arquitectura de Londres. Cada día era una nueva aventura, y su relación se fortalecía con cada experiencia compartida.
Una noche, mientras caminaban por el puente de la Torre con las luces de la ciudad reflejándose en el río Támesis, Robert se detuvo y miró a Chandler con una expresión seria pero amorosa. Chandler sintió que su corazón latía más rápido, intuyendo que algo importante estaba a punto de suceder.
Robert tomó la mano de Chandler y, con voz temblorosa pero llena de convicción, le dijo cuánto significaba para él. Habló de cómo Chandler había sido su roca durante los momentos difíciles y su compañero en las aventuras más emocionantes. Luego, sacó un pequeño anillo de su bolsillo y, arrodillándose, le pidió a Chandler que se casara con él.
Chandler, con lágrimas en los ojos, dijo que sí sin dudarlo. La emoción y el amor entre ellos era palpable, y la ciudad de Londres se convirtió en el telón de fondo perfecto para este momento tan especial. Mientras se abrazaban, sintieron que todos los desafíos y contratiempos que habían enfrentado habían valido la pena, ya que los habían llevado a este momento de pura felicidad.
De regreso en Nueva York, comenzaron a planificar su boda, decidiendo que querían una celebración íntima rodeada de sus amigos y familiares más cercanos. La galería de arte que habían construido juntos fue el lugar perfecto para la ceremonia, un reflejo de su amor por el arte y de los años que habían pasado juntos creando y soñando.
La boda fue una mezcla de risas, lágrimas de alegría y música, mucha música. Sus amigos y familiares brindaron por su amor y compartieron historias sobre los momentos especiales que habían vivido con Robert y Chandler. La noche terminó con un concierto sorpresa de una banda local, un guiño a su amor por la música y a todos los conciertos que habían disfrutado juntos.
La vida de casados trajo consigo nuevos desafíos y alegrías, pero Robert y Chandler siempre enfrentaron todo con la misma fuerza y amor que los había unido desde el principio. Continuaron viajando, explorando y expandiendo su galería de arte, siempre apoyándose mutuamente y celebrando cada pequeño logro.
Unos años después, recibieron la emocionante noticia de que The Dark Echoes haría una gira de reunión, y no pudieron resistirse a la oportunidad de ver a su banda favorita una vez más. Esta vez, decidieron hacer del concierto una escapada romántica, viajando a una ciudad que siempre habían querido visitar: Tokio.
La anticipación del viaje y el concierto trajo de vuelta muchos recuerdos de sus primeras experiencias, pero esta vez se sentían más preparados y confiados. Habían aprendido a lidiar con la mala suerte y a disfrutar de cada momento a pesar de los contratiempos.
Tokio los recibió con su vibrante mezcla de tradición y modernidad. Exploraron templos antiguos, disfrutaron de la cocina local y se maravillaron con la tecnología y el ritmo frenético de la ciudad. El día del concierto, se aseguraron de llegar temprano, revisar sus entradas varias veces y tomar todas las precauciones posibles para evitar cualquier incidente.
El concierto fue un éxito rotundo. The Dark Echoes entregó una actuación apasionada y energética, y Robert y Chandler disfrutaron de cada minuto. La música los transportó a través del tiempo, recordándoles todos los momentos que habían compartido juntos y reafirmando su amor y conexión.
Después del concierto, decidieron explorar la vida nocturna de Tokio, descubriendo bares escondidos y pequeños locales de música en vivo. Cada lugar tenía su propio encanto, y Robert y Chandler se deleitaron con la diversidad y creatividad que encontraban a cada paso.
El viaje a Tokio se convirtió en uno de los recuerdos más preciados de sus vidas, un testimonio de su amor perdurable y su capacidad para encontrar alegría y belleza en cada experiencia. A medida que envejecían, continuaron viajando y asistiendo a conciertos, siempre buscando nuevas formas de celebrar su amor y su pasión por la música y el arte.
Robert y Chandler nunca dejaron que la mala suerte los definiera. En cambio, aprendieron a enfrentarse a ella con una sonrisa, sabiendo que juntos podían superar cualquier obstáculo. Su historia fue un recordatorio constante de que el verdadero amor no solo se trata de los momentos felices, sino también de cómo se navegan los desafíos y se encuentran la fuerza y la belleza en cada experiencia compartida.
Y así, a lo largo de los años, Robert y Chandler siguieron viviendo su vida al máximo, siempre con la música y el arte como el telón de fondo de su amor. Su historia inspiró a muchos, demostrando que, a pesar de la mala suerte, el amor verdadero siempre encuentra una manera de brillar.