Maryory Williams es una mujer de 33 años de edad periodista de profesión cuya carrera está a punto de ser destruida por defender a su antiguo amor de la secundaria y se encuentra en un momento muy importante de su vida porque debe enfrentar su mayor reto profesional, Porfirio Ruíz es un hombre de 33 años, un exfutbolista exitoso el cual está enfrentando el peor momento de su vida
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Capítulo XXI: Doble verdad parte 1
Un par de horas antes…..
Maryory luego de confirmar su embarazo, notó que sus síntomas eran muy pronunciados, y aunque su obstetra hizo un primer ultrasonido y le dijo que todo se observaba bien, así que le sugirió que regresara en tres semanas para una cita de control prenatal, ella decidió ir sola a pesar de que tanto su madre como Carolina se ofrecieron a acompañarla
-Doctor, sé que me dijo que todo está bien con mi bebé y que son normales mis síntomas, aunque la verdad es que me siento horrible -Admitió Maryory
El especialista observó a la hermosa mujer y era evidente que sus síntomas eran muy fuertes y en el anterior estudio tenía sospechas del cual podía ser el motivo, el problema es que no pudo confirmar sus sospechas
-Vamos a hacer un ultrasonido para verificar como se encuentra tu bebé – Dijo el doctor
Maryory observó la expresión del doctor y no comprendía por qué estaba tan sonriente cuando ella se sentía muy mal y comparaba su experiencia con sus conocidas y no recordaba que ninguna se quejara de padecer síntomas tan fuertes.
-No entiendo por qué el gel tiene que ser tan frío - Se quejó Maryory
El doctor colocó una cantidad generosa de gel en su abdomen y le causó gracia el comentario de Maryory porque esta no era la primera vez que lo escuchaba, y comenzó a hacer el estudio por suerte observó que todo se encontraba bien y finalmente comprobó sus sospechas y la razón por la cual Maryory presentaba unos síntomas tan fuertes
-Esta es la razón por la cual son tan fuertes tus síntomas – Dijo el doctor con una sonrisa
El doctor continuaba sonriendo mientras le mostraba una imagen en la pantalla, no se trataba de un bebé sino de dos y durante un embarazo, gemelar, se producen muchos cambios hormonales, físicos, metabólicos y psíquicos en la madre y estas transformaciones aparecen antes y de forma más contundente en las embarazadas de gemelos que en las gestantes de un solo feto, por eso la intensidad de estos síntomas se relaciona en muchos casos con el número de fetos: a mayor número de bebés, mayor intensidad de los síntomas
-¿Son dos bebés? – Preguntó Maryory con asombro
-Maryory estás embarazada de mellizos - Respondió el doctor
Maryory escuchaba las indicaciones del doctor y en su cabeza había miles de ideas, porque ahora no solo debía contarle a Porfirio sobre su embarazo, sino que también que se trataban de dos bebés
-Maryory debo recordarte que un embarazo múltiple aumenta mucho los riesgos para tu salud, así que te sugiero que cumplas con las recomendaciones
Maryory se fue del consultorio y aún estaba impactada debido a esta noticia, se dio cuenta de que quería contarle la verdad a Porfirio y decirle que era libre de no participar en la crianza de los bebés debido a que ella no lo obligaría o de lo contrario si él quería compartir el cuidado de los niños con ella estaba dispuesta a que llegaran a algún tipo de acuerdo, ya que no esperaba más nada de su parte, después de todo siempre se trataron como amigos y porque ahora se convertirían en padres la relación entre ellos estaba segura de que no iba a cambiar
-¿Cómo estuvo tu cita? – Preguntó Carolina
Maryory buscó en su cartera su ultrasonido y se lo mostró y Carolina puso una expresión de felicidad
-Eres tan afortunada Maryory – Dijo, Carolina conteniendo las ganas de gritar
Maryory le hizo una señal para que hiciera silencio y fuese más discreta porque no quería que la noticia de su embarazo corriera como la pólvora por las instalaciones del periódico, no obstante, Carolina se levantó de su asiento para abrazarla porque estaba muy emocionada
-Supongo que es así – Dijo Maryory
-¿Cuándo vas a hablar con el padre? – Preguntó Carolina
-Aún no lo sé – Respondió Maryory con honestidad
Carolina negó con la cabeza porque no estaba de acuerdo de que ella le ocultara la verdad a Porfirio
-Maryory entre cielo y tierra no existe nada oculto, además recuerda lo que dijo el doctor sobre la información médica del padre – Dijo Carolina
-Aún me siento indecisa de si debo contárselo o no, aunque te garantizo que pronto voy a tomar una decisión
Maryory se encontraba absorta escribiendo y era bueno contar con una asistente como Carolina porque le facilitaba el trabajo, además de que se daba cuenta de que poco a poco se iban involucrando con la columna y comenzaban a creer que podían marcar la diferencia
-A medida que avance tu embarazo podemos planificarnos para que trabajes menos horas – Dijo Carolina
Gracias a la planificación ahora no necesitaban reaccionar a las preguntas que a diario llegaban al correo, sino que tenían un constante flujo de información, adaptaron el correo para responder de forma lógica e inmediatamente a ciertos temas en consonancia con lo que estaba ocurriendo en el mundo, se terminaron las
respuestas sobre asuntos superfluos, Carolina era una investigadora muy hábil al igual que Maryory y fue así que comenzaron a utilizar recursos para utilizar la ayuda de expertos cuando era necesario
-Creo que ya puedo irme a casa – Dijo Maryory
-Ve tranquila que yo me ocupo del resto – Le aseguró Carolina
-Lo siento por hacerte trabajar más de lo necesario - Dijo Maryory un poco avergonzada
-Se trata de algo temporal, además lo importante es que ustedes tres se encuentren bien
Carolina le sonrió en señal de acuerdo y Maryory finalmente pudo marcharse a su casa, realmente se sentía agotada y durante su recorrido escuchó el sonido de un mensaje y sabía que se trataba de Porfirio porque lo había identificado con un tono muy distintivo a pesar de que era un acto imprudente decidió leerlo y se sorprendió cuando se leyó que la invitaba a tomar un café, aunque esta sería una buena ocasión para hablar sobre su embarazo el problema es que ella no soportaba ese olor
-Espero que ella no trabaje hasta tan tarde – Se dijo Porfirio a sí mismo