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Post Mortem

Post Mortem

Status: En proceso
Genre:Completas / ABO / Maltrato Emocional / Traiciones y engaños
Popularitas:17.3k
Nilai: 5
nombre de autor: @AuraScript

"Y si alguna vez te lastimé, sabes que también me lastimé a mí mismo. No estoy tratando de ser cualquier tipo de hombre, solo intento ser alguien a quien puedas amar, confiar y comprender."

©AuraScript

NovelToon tiene autorización de @AuraScript para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Después de la calma viene la tormenta

Desperté esa mañana sintiendo algo parecido a la calma. La rutina se deslizó sobre mí como una manta familiar. Me tomé mi café en silencio, disfrutando del amargo calor que recorría mi garganta. La mente estaba apagada, el diálogo interno reducido al mínimo. Hoy sería un buen día, pensé. Quizás el consejo de Terry no importaría.

Llegué al trabajo y todo transcurrió con una tranquilidad inusitada. Mi mente, a menudo un hervidero de pensamientos y preocupaciones, se había calmado. Me sumergí en mi rutina con una eficacia casi mecánica. Revisé informes, envié correos, hice llamadas. Todo encajaba en su lugar, como si el universo decidiera darme un respiro.

A media mañana, después de un par de reuniones, decidí acercarme a Abby. Necesitaba disculparme por mi explosión anterior. La encontré en la sala de descanso, su atención dividida entre un archivo y una taza de té.

—Abby,— dije, intentando sonar lo más sincero posible. —Quería disculparme por lo de ayer. No tenía derecho a hablarte así.—

Abby levantó la mirada, sus ojos reflejando una mezcla de sorpresa y desconfianza. —Está bien,— murmuró, pero no parecía del todo convincente. —Todos tenemos malos días.—

Asentí, pero noté que evitaba mi mirada y mantenía una distancia incómoda. A lo largo del día, comencé a notar más miradas, más susurros. Intenté ignorarlo, concentrarme en mi trabajo, pero el murmullo se volvió imposible de obviar.

Finalmente, durante una pausa, uno de los empleados más imprudentes, Rick, se me acercó con una sonrisa sardónica. —Oye, Damien, ¿es cierto lo que dicen?—

Lo miré con desconcierto. —¿De qué hablas?—

—Ya sabes, los rumores sobre por qué tu ex mujer te dejó. Dicen que eres un drogadicto, que te encontraron inconsciente más de una vez. ¿Es cierto?—

Sentí como si me hubieran golpeado en el estómago. Las voces alrededor se intensificaron, cada susurro una estocada. Escuché fragmentos de conversaciones:

—Dicen que lo encontraron con agujas...—

—Que casi pierde la custodia de su hija por eso...—

—Es un peligro, no debería estar aquí...—

Las palabras se mezclaban, formaban una cacofonía infernal en mi mente. Mi respiración se aceleró, el corazón golpeaba en mi pecho como un tambor desbocado. Sentí el sudor frío correr por mi espalda, las manos temblando incontrolablemente.

—¡Basta!— grité, pero mi voz sonaba distante, como si viniera de otro lugar. La oficina se silenció de repente, todos los ojos fijos en mí. Sentí que el suelo se desmoronaba bajo mis pies, el aire se volvió espeso e irrespirable. Mis pensamientos eran un torbellino caótico.

—¡No soy... no soy un drogadicto!— traté de decir, pero mi voz apenas era un susurro quebrado. La opresión en mi pecho se intensificó, el pánico consumiéndome por completo. Sentía que el mundo entero se cerraba sobre mí, una prisión de susurros y miradas acusadoras.

Finalmente, sin poder soportarlo más, corrí hacia el baño. Cerré la puerta con fuerza y me dejé caer al suelo, tratando de recuperar el aliento. Las lágrimas ardían en mis ojos, la desesperación arrastrándome hacia un abismo sin fondo.

Me quedé allí, acurrucado en el suelo del baño, hasta que el pánico comenzó a disminuir. La humillación y la ira bullían en mi interior, una mezcla tóxica que amenazaba con consumirlo todo. Sabía que tenía que salir de allí, enfrentar el día, pero en ese momento, todo lo que quería era desaparecer.

La puerta del baño estaba cerrada tras de mí, el suelo frío contra mi espalda mientras intentaba recuperar el aliento. Mi mente era un caos, un remolino de pensamientos y emociones que amenazaba con engullirme por completo. ¿Cómo no me di cuenta? Desde que desperté, todo había sido extraño, pero nunca pensé que llegaría a esto.

Recapitulemos: desperté, me tomé el café, fui al trabajo. Todo parecía normal, rutinario. Pero luego empezaron los susurros, las miradas. ¿Quién demonios había inventado todos esos estúpidos rumores? ¿Quién se había tomado la molestia de difundir mentiras tan maliciosas? Nadie en particular me venía a la mente, pero eso no hacía que las palabras dolieran menos.

Las palabras de Terry volvieron a mi mente. —No necesitas a nadie. Eres mejor solo.— Intenté aferrarme a la idea de que era una buena persona, pero esa noción se sentía vacía, inútil. En ese momento, ser una buena persona no significaba nada. Solo era un patético intento de consolarme.

Me quebré. Sentí cómo cada parte de mí se desmoronaba, se rompía en mil pedazos. Una sensación de violencia interna, como si una mano invisible estuviera destrozando mi ser. Cada palabra, cada mirada de mis compañeros se convertía en un golpe brutal contra mi psique. La idea de que todos me veían como un drogadicto, como un peligro, me rompía por dentro.

Dejé de sentir. Fue como si una palanca se hubiera bajado en mi mente, apagando todas mis emociones de inmediato. Me levanté del suelo, sintiendo una especie de bloqueo total. No había lágrimas, no había ira, solo un vacío absoluto.

Ni siquiera me miré al espejo al salir del baño. Me moví por la oficina como una máquina, sin interactuar con nadie. Hice mi trabajo, cumplí con mis tareas, pero no había pasión ni interés. Solo una ejecución fría y mecánica de mis responsabilidades.

Durante todo el día, evitaba cualquier contacto visual, cualquier conversación. El mundo exterior se desdibujaba, se convertía en un ruido blanco a mi alrededor. Cada vez que alguien intentaba hablarme, simplemente asentía o respondía con monosílabos, sin registrar realmente lo que decían.

Mi mente estaba en piloto automático, operando bajo mínimos. Me aferraba a la rutina, a la monotonía del trabajo, como una forma de mantenerme a flote. Pero por dentro, sabía que algo en mí había muerto. Y no estaba seguro de si quería revivirlo alguna vez.

Al final del día, salí de la oficina sin mirar atrás. Me sentía como un extraño en mi propia piel, desconectado de todo y de todos. Subí al coche, encendí el motor y conduje de vuelta a casa, sin pensar en nada más que en seguir adelante, un pie delante del otro, hasta que no quedara nada más por hacer.

Llegué a casa después de lo que parecieron horas de conducción en automático, la ciudad pasando como un borrón sin sentido. Cada semáforo, cada cruce, se fundía en un mar de indiferencia. Al salir del coche, sentí el peso de la jornada aplastándome, rezando por un instante de soledad. Pero al abrir la puerta, ahí estaba Terry, su figura recortada contra la luz tenue del salón, su expresión tan imperturbable como siempre.

Me miró y preguntó, —¿Cómo fue?— Su tono era frío, desinteresado. Sabía que nuestra relación no era cercana, ni siquiera realista. Terry era un extraño, alguien que había aparecido en mi vida de la nada. Pero en ese momento, mi vulnerabilidad me obligó a rendirme.

Me quedé parado en medio de la sala, sin poder contener las lágrimas. Todo el peso del día me cayó encima, y me rompí, sollozando como un niño perdido. Terry me miraba sin emoción aparente, como si mi dolor fuera insignificante.

—¿Por qué lloras?— preguntó, su voz baja y siniestra. —Nada de esto importa realmente. Solo eres tú, haciéndote la víctima de nuevo.—

Me quedé ahí, llorando, mientras él seguía mirándome con esos ojos vacíos. No intentó consolarme, no hizo ningún gesto de compasión. Solo dejó que me desmoronara frente a él.

—¿Te sientes mejor ahora?— continuó, su tono despectivo. —¿Llorar te ha servido de algo? Porque desde aquí, solo parece que te estás ahogando en tu propia miseria.—

Sus palabras eran como cuchillos, pero de alguna manera, me aferré a ellas. Necesitaba algo, cualquier cosa, para mantenerme a flote. Terry se levantó y se acercó a mí, colocando una mano en mi hombro.

—Eres tan patético,— dijo suavemente, casi en un susurro. —Pero quizás eso es lo que necesitas. Alguien que te recuerde lo insignificante que eres. Porque todo esto, tus problemas, tus emociones, no importan.—

Me miró con frialdad, y por un momento, sentí que mi mundo entero se había reducido a ese instante, a esa mirada. —Pero quizás puedas encontrar consuelo en eso. En saber que nada de esto realmente importa.—

—¿Qué se supone que haga entonces?— pregunté, mi voz quebrada.

—Déjalo todo,— respondió Terry, su voz llena de una calma siniestra. —No necesitas a nadie. Ni a las personas que dicen ser tus amigos, ni a tu propia hija, ni a esa ex mujer que te dejó. Solo necesitas a alguien que te entienda, alguien que pueda soportar tu miseria.—

Sentí un vacío formarse dentro de mí, un vacío que solo parecía crecer con cada palabra de Terry. Me estaba aislando, separándome de todo y de todos. Y, de alguna manera, eso me consolaba.

—Estás mejor solo,— continuó Terry. —No tienes que preocuparte por complacer a nadie, ni por ser alguien que no eres. Puedes ser libre.—

—¿Y tú?— pregunté, buscando algo, cualquier cosa, a lo que aferrarme.

—Yo estoy aquí porque quiero, de alguna manera me agradas, — respondió Terry, una sonrisa oscura en sus labios. —No porque te necesite. Recuerda eso.—

Me senté en el suelo, completamente derrotado, y Terry se sentó a mi lado, su presencia fría y distante. No había consuelo real en sus palabras, solo una aceptación vacía. Pero en ese momento, era lo único que tenía.

—Todo va a estar bien,— dijo finalmente, su voz un susurro en la oscuridad. —Solo tienes que dejarte llevar.—

Me aferré a esas palabras, permitiendo que mi mente se deslizara en un estado de desconexión. La realidad se volvía borrosa, y me sentí más vacío que nunca. Pero, al mismo tiempo, había una extraña paz en esa oscuridad.

—Lo sé,— murmuré, mis ojos cerrándose lentamente. —Lo sé.—

Y en esa oscuridad, con Terry a mi lado, finalmente me rendí.

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Aurora Romero
Muy bueno!!!
ILiss
Pobre Val 😭, realmente detesto a Terry.
Aurora Romero
Y el final?
@AuraScript: En desarrollo, muchas gracias por su paciencia y lectura, muy pronto sacaré nuevos capitulos. ☺️
total 1 replies
Aurora Romero
Que pasó? y el capítulo final?
Aurora Romero
Está parece una novela escrita por Alan Poe, interesante, pero, oscura, desagradable e inquietante.
@AuraScript: Que cumplido, me sonrojo /Awkward/
total 1 replies
Jesica Rodriguez
que nervios estoy ansiosa gracias autora@
Jesica Rodriguez
uy que emocion me encanta
Jesica Rodriguez
excelente autora😍
Jesica Rodriguez
me encanta muy buena historiame encanta terry
Jesica Rodriguez
muchas gracias autora me encanta la historia pero habla mas de terry es mi personaje favorito/Smile/
sandia🍉
OMG osea que no nacio siendo Omega
w⁠(⁠°⁠o⁠°⁠)⁠w impactada, vida difícil la de Terry :(
@AuraScript: y aún así se siente indiferente ante ello •́⁠ ⁠ ⁠‿⁠ ⁠,⁠•̀
total 1 replies
sandia🍉
Porfin pude encontrar la novela otra vez 😞 había perdido mi cuenta y no recordaba el nombreee tenaz
pero al final si la encontré, los milagros existen 🙏🏾😭
Aurora Romero: Que pasó con el final de Post mortem
@AuraScript: Me alegra mucho que preguntes, escribe en privado e incluso puedo ayudarte con tu novela con mucho gusto, nos estaremos hablando, te sigo. 🫶🏻💗
total 5 replies
Jesica Rodriguez
muchas gracias autora me encanta 🙂su historia
@AuraScript: No, muchas gracias a ti por leer. ☺️
total 1 replies
Jesica Rodriguez
me encanta ojala y empieces a escribir mad acerca de terry estoy ansiosa de ver que pasa 🫠(^o^)gracias x el capitulo autora@
tiburuncin
Demian si que eres débil
te trataba como una cucaracha con kk y tú todavía eres dependiente a el
patético
@AuraScript: No es dependiente, es más bien como un Estocolmo con secuelas, pero jamás seria capaz de traicionar a Val.
total 1 replies
Jesica Rodriguez
me encanta que bueno que regreso terry mi favorito🥰
Jesica Rodriguez: lo es gracias autora/Smile/
@AuraScript: Eres la primera que dice que Terry es su personaje favorito JAJAJAJA ✨✨
total 2 replies
Jesica Rodriguez
me 3ncanta autora 😍 amo esta historia felicidades
@AuraScript: Muchas gracias por tu apoyo, leerte me inspira a seguir escribiendo. 🫶🏻
total 1 replies
nanay
yo solo se que voy a sufrir mucho 😞
nanay
me tomó super desprevenida esa confesión
nanay
lamento decepcionarte, pero ese hombre ya tiene dueño
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