Enamorar A Un Vampiro

Puede sentir los dedos de Daemon pasar sobre su cabello, Rhett está en calma descansando sobre su pecho, puede escuchar los latidos fuertes y lentos del vampiro.

Se ha puesto una pequeña pijama que ya no le queda porque ya no es aquel niño campesino de antes, todavía no olvida que sintió la mirada de Daemon sobre él mientras se vestía y los movimientos de su propio cuerpo volverse torpes.

Pero Rhett todavía no decía palabra alguna a Daemon a pesar de que estaban descansando en la misma cama. No es que no quiera hablar, se trata de algo más profundo, es el sentimiento que no se iba de estar ahogándose por horas dentro de aquella visión, con litros y litros de sangre entrando por sus pulmones, invadiendo cada fibra de su ser.

El vampiro se da cuenta de que a pesar de que ya es bastante tarde Rhett sigue quieto sobre su pecho, despierto y pensando.

"Vi a tus amigos" empieza Daemon esperando despertar de alguna forma el interés de Rhett.

Cuando recibe silencio a cambio, decide seguir hablando y ser paciente "Sophie y Raksa siguen en el cuerpo de cazadores, han mejorado mucho. Me dieron bastantes problemas".

Entonces Rhett con una voz ronca le habla por fin y es como el mismísimo cielo para Daemon, él dice "¿Te hicieron daño?".

No es demasiado ni la gran cosa, pero es suficiente para que el vampiro crea que Rhett estará mejor pronto.

"No son rivales para un vampiro tan viejo como yo".

Se permite alardear un poco para impresionar a Rhett, no le diría nunca que salió lastimado muchas veces y tampoco que bebió sangre de uno de los cazadores para acelerar el proceso de curación en su cuerpo.

"Mantente alejado de las peleas, no me gusta cuando tienes heridas" exclamó Rhett con la voz más fuerte, ¿será que por fin dejaría su estado de seriedad? Daemon esperaba que sí.

Para Rhett, en estos momentos lo más importante es superar lo que vio en la visión y, sobre todas las cosas, evitar perjudicar a Daemon en el proceso. Puede ver con claridad la preocupación en el rostro del vampiro y no hay cosas que odie más que eso.

Se ha decidido en mostrar una mejor cara, un Rhett más fuerte.

"Fue mi culpa, perdóname, no debí de buscar más allá de lo que tu aroma me mostró" se lamenta Daemon, su tono es casi como un susurro en el viento.

"Si no fuera por ti, nunca habría descubierto la verdad".

En el fondo estaba un poco enfadado con su madre, pero entendía por qué lo había escondido. Las personas nunca aceptarán a las criaturas de la noche como personas vivas y conscientes, es mucho más fácil juzgarlas a todas por igual y decir que eran monstruos, así como él mismo hizo durante toda su vida, despreciando a su propia madre y a él mismo. Joder, incluso se inscribió al cuerpo de cazadores de criaturas de la noche.

"Rhett", Daemon llama mientras levanta el mentón del cambia formas con su mano. Lo mira tan profundamente que le es imposible apartar la mirada de sus ojos.

"¿Sí?" contesta Rhett a la expectativa de la profunda cercanía que se hacia más y más corta.

Puede explicar la sensación como cuando eres un niño pequeño y tienes la tarta más bonita y deliciosa frente a ti, puedes tomar un pedazo y queda en ti excederte o guardar un poco para después. Rhett quería emborracharse por completo con su sabor.

"¿Puedo besarte?" preguntó Daemon.

Nunca creyó que este momento tardara tanto en llegar, quiso caer demasiadas veces en los brazos de Daemon en el castillo, seducido por su increíble atractivo y aquella personalidad blanda que le mostraba solo a él.

Qué envidia sintió de la prometida de Daemon, luego se disipó cuando se aclaró que solo deseaba estar con Rhett.

Nunca podría negarle algo al vampiro, decir que 'no' pasó a último plano cuando se dio cuenta que no podría estar sin Daemon. Ambos pasaron por tantas cosas juntos que resultaba irreal.

No contestó, en su lugar, Rhett acortó la distancia y, en una posición incomoda que no le importó demasiado, dejó que sus labios tocaran los de Daemon. Primero saboreo su textura, suave y dulce, luego sujetó su largo cabello rojizo estirando su mano y lo jaló un poco.

El sonido lascivo que salía de sus bocas encendió una llama en el cuerpo de Rhett, que abrió un poco la boca para permitirle el paso a la lengua de Daemon. Lo sabía, siempre lo supo, que el sabor del vampiro sería tan malditamente delicioso que se convertiría en una adicción si lo probaba, y ahora que lo estaba haciendo lo confirmó.

Sintió el aire faltarle y Rhett se separó primero, soltando un ligero sonido. De su boca salía una pequeña gota de sangre que se resbaló desde su labio inferior hasta su barbilla, hasta que Daemon se inclinó para besarla y saborearla.

"Vampiro estúpido, me mordiste" murmura Rhett, su mirada no puede apartar la vista de los labios ligeramente rojos de Daemon.

"No pude resistirme a probarte", el vampiro saborea sus propios labios buscando un poco más de la sangre deliciosa de Rhett.

El cambia formas acarició el rostro de Daemon, deteniéndose en las nuevas quemaduras de sol sobre su mejilla que sufrió al llegar a casa de su madre. Si hubiera tardado un poco más en huir entonces él mismo habría tenido heridas similares en todo su cuerpo.

"¿Cómo se siente?" pregunta Rhett refiriéndose al sol.

Daemon ve la curiosidad genuina en el rostro de Rhett, tarda un poco en responder para buscar las palabras adecuadas que describan correctamente la respuesta. Al final dice "Es como si te arrancaran la mismísima piel y luego arrojaran alcohol sobre la carne expuesta".

A Rhett lo invade un escalofrío, desearía nunca tener que pasar por una experiencia así. Teniendo a Daemon quemándose más seguido de lo que le gustaría, deduce que ya ha estado expuesto muchas veces alrededor de su vida.

"¿Y tú? ¿Cómo se sintió tu primera transformación?".

Bueno, Rhett no recuerda mucho de ella, quiere responder, pero sí que hay una parte que no sale de su mente. "Los olores y el instinto de querer morder, lastimar y hacer sufrir fueron tan intensos que creí no poder saciarme con nada aunque me comiera a una ciudad entera".

Daemon entendió el sentimiento mejor que nadie, recuerda los duros periodos de hambruna a los que se sometía por voluntad, pero no imaginaba un periodo de veinte años. Aunque, claro, el proceso de alimentación en un cambia formas es muy diferente al de un vampiro, así que no estaba muy seguro.

"De ahora en adelante me tienes a mí para ayudarte en tus procesos de transformación", asegura Daemon con determinación. Nunca dejaría que algo como lo de esa noche se repita de nuevo mientras él esté vivo.

"No te preocupes, no tengo intenciones de volver a transformarme".

En un gesto de que no importa lo que decida, Daemon lo apoyará pase lo que pase, deja un beso sobre el cabello oscuro de Rhett.

Y finalmente se permite cerrar los ojos para descansar, con la seguridad de que Rhett permanecerá a su lado de nuevo cuando despierte.