Todos dicen que ella es la villana, que su pobre hermana, la heroína, es una victima de sus maldades y envidias, así que ella les demostrará lo que en verdad es ser villana y les arrebatará todo, a los que se atrevieron a menospreciarla. Layla Amary, los hará desear haberla tratado mejor...
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capítulo 05...
Desde aquel día del incidente con las zapatillas, Denis regreso una semana después y le regalo varios pares de zapatillas a Felicia a modo de disculpas por el mal rato que Layla le hizo pasar, mientras que a Layla, decidió no regalarle nada por su mal comportamiento.
— no puedo creer lo humillante que es esto, mi prometido trayendo regalos para mi hermana.— expresa irritada.
— usted se porto mal, no debió hacer un escándalo solo por esas zapatillas.— le reclama Denis.
— si mi hermana quiere, yo le doy las zapatillas.— agacha la mirada con tristeza.
— no necesita hacer eso señorita Felicia. Señorita Layla, tiene que entender que lo que hizo esta mal.— le dice con firmeza.
—¿mal? ¡ha! Mal es que digan que mi prometido tiene de amante a mi hermana. Que vergüenza, finges ser inocente y solo eres una zorra.— le grita a Felicia señalandola.
Felicia ante sus palabras no hace más que llorar y negar lo que Layla ha dicho, mientras que Denis se muestra furioso por como Layla insulta a su inocente hermana.
—¡basta! Sus palabras hieren a su hermana y me ofende, lo que otros piensen me tiene sin cuidado, pero usted, no tiene derecho a creer en esas tonterías, estamos aquí, ante usted, no hacemos nada malo.— responde Denis.
—¿pero realmente solo se ven cuando estoy? He visto a Felicia salir, ¿no será que tienen sus citas clandestinas? Que par de sucios traidores.— hace una mueca de desagrado.
Denis ya no soporto más al escuchar las palabras de Layla, así que simplemente le pidió a Felicia que se fuera y él también se retiró, diciendo que se encargará de arreglar todo ese problema y que se arrepentirá de todo lo que ha dicho. Layla los dejo irse, a fin de cuentas, poco la importa lo que haga ese par, pero al dirigirse a su habitación, fue detenida por la duquesa, quien le dio una fuerte cachetada reclamando por insultar a Layla y al príncipe. Layla agacho la cabeza por el golpe, pero pronto levanta la mirada, observando a la duquesa con enojo.
— nadie puede ponerme una mano encima, aún si eres mi madre, voy a quebrar todos tus huesos uno a uno.— expresa con una voz firme y llena de irá.
Un escalofrío recorrió el cuerpo de la duquesa lo que la hizo temblar al ver la mirada filosa de Layla, sus ojos parecían querer fulminarla y se sentía un ambiente pesado.
La duquesa no dijo nada más y retrocede, así que Layla sigue su camino, subiendo las escaleras, pero a la mitad se detiene.
— cuida tu espalda madre, nunca sabes cuando te puede suceder un accidente.— muestra una sonrisa ladina.
La duquesa trago en seco, pero rápidamente se fue en busca de su esposo para decirle todo lo que había pasado, a él sin duda, Layla si le tendrá miedo.
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En su habitación, Layla toca con la yema de sus dedos la mejilla donde la duquesa le golpeo, mientras se observa en el espejo, de repente, comienza a reír, la duquesa no sabe que se ha ganado una enemiga peligrosa y que vive bajo su mismo techo. El duque no tarda en subir, viendo que Layla lloraba desconsolada sentada en el piso al pie de su cama. El duque le reclama por las amenazas a la duquesa y por su mal comportamiento contra el príncipe y Felicia, pero Layla lo niega y dice que se enojo porque todos hablan de como su prometido prefiere a su hermana, que son amantes y que además su madre le pego solo porque contó todo lo que se dice de su familia.
— ¿de nuestra familia?— pregunta el duque.
— dicen que los Amary somos tan ambiciosos que no solo me casarán con el príncipe heredero, si no, que también pondrán a mi hermana como concubina.— sigue sollozando. — porque la han visto tener citas a solas con el príncipe y que los han visto meterse a uno de esos sucios hostales.
Layla sigue su actuación tan perfecta, su expresión de tristeza era tan creíble, así que el duque solo se retira, además de que llama a la duquesa para regañarla por permitir que Felicia se vea con el príncipe a solas. Si bien al duque no le importa cual de las dos se case con el príncipe, que vean a Felicia como la amante, es humillante.
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Layla fue citada al palacio por la emperatriz y esta le pide una explicación de la pelea que tuvo con el príncipe heredero, así que Layla dice que su hermana y el príncipe se encuentran a solas, además de que le lleva obsequios a Felicia, lo cual ha causado que la gente hable, insinuando que el príncipe es un infiel y con la propia hermana de su prometida. Esto molesta a la emperatriz, porque el príncipe solo dijo que Layla se enojo porque llevo un regalo a Felicia. La emperatriz le pide tener paciencia y que se encargará de hablar con el príncipe.
Layla se ha despedido de la emperatriz y camina por los pasillo, cuando es alcanzada por Denis, quien parece feliz, creyendo que Layla fue regañada por la emperatriz.
— espero que ahora aprenda a comportarse.— menciona Denis.
— ¿por qué? Yo le conté la verdad a la emperatriz y se veía muy enojada con usted.— sonríe con burla.
Denis la sujeta del brazo con fuerza, preguntando que le dijo a la emperatriz, a lo que Layla solo responde que la verdad, y es que así era, solo dijo lo que la gente anda diciendo de Felicia y Denis. El príncipe aprieta con un poco de fuerza su brazo, a lo que Layla se queja.
— sobrino, creí que sabías tratar a una dama, pero veo que no es así.— le aparta la mano del brazo de Layla.— ¿esta bien señorita?
— duque...muchas gracias, no sabía que hacer, tenía miedo.— se lleva la mano al brazo donde el príncipe apretó.— duele mucho.
— Tío, no es lo que crees, lo que pasa es que...—
— no importa que paso, a una dama no se le trata con violencia. ¿Que tu madre no te he educado como un caballero?— le reclama.
— por favor Tío, el enojo pudo más, pero es que ella, su comportamiento es desagradable.— señala a Layla.
— como sea, ella no te ha agredido, ¿por qué la agredes tú? Señorita, venga, la llevaré a casa.— le ofrece el brazo.
— muchas duque, no sabe lo asustada que estaba.— muestra sus ojos llorosos, mientras se sostiene del brazo del duque.
— ¡Layla! No puedes irte con un hombre así, ¿sabes lo que dirán?—
— dirán que el príncipe heredero es un agresivo con su prometida y que el duque solo me ayudo. Mira a tu alrededor.— menciona Layla.
El príncipe puede ver que tanto en los jardines, como en las salas, varías personas se habían asomado ante el escándalo que Denis estaba armando, así que no le quedo de otra que dejar que su tío se llevará a Layla.
*****
En el carruaje, Layla estaba sentada de frente al duque, él observa por la ventana, mientras que Layla dirige un par de miradas hacía el atractivo pelirrojo.
—¿por qué no se defendió? Usted posee magia, puedo sentir su mana.— menciona el duque.
— es el príncipe heredero, excelencia, no puedo hacerle daño o acabaría en ejecución.— responde con tranquilidad.
—¿y si no llegaba? ¿Que habría pasado?— pregunta curioso.
— habría gritado y llorado, para que su reputación cayera aún más.— sonríe ladina.— así mi abuela, tendría más razones para solicitar la anulación de mi compromiso.
—¿no quiere casarse con el príncipe heredero? Que raro, toda jovencita del imperio desea eso, ser la próxima emperatriz.—
— y lo seré, pero será con el aliado correcto.— observa fijamente al Duque.
Hades no dejaba de observar a la joven, esta mostraba un comportamiento tan audaz, pero malicioso, esta seguro que si ella quisiera, podría haberle roto un brazo al príncipe heredero o quizás se lo hubiera arrancado, es más, siente que no la salvo a ella, más bien salvo a su sobrino.
— el príncipe heredero no tiene hermanos, su única opción para tener el trono es él.—
El carruaje ha llegado a su destino y se detiene, así que Layla se pone de pie, pero se acerca al duque inclinándose hacia él para acercarse a su rostro, casi rozando sus labios.
— pero esta usted.— desliza sus manos sobre el pecho del duque, quien permanece quieto, solo mirando fijamente los ojos de la joven.— ¿no sería perfecto recuperar lo que por derecho le pertenece?, piénselo, excelencia.
Dicho esto, Layla se aparta y baja del carruaje, dejando al duque pasmado y con la respiración agitada, esa cercanía fue sorpresiva y excitante, pudo sentir su dulce aroma a rosas, inclusos sus labios tenían el color de la rosas y sus ojos, esos ojos tan seductores y exóticos. ¿Como puede esa joven causar esa inquietud en él?
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