Yo Soy La Madre Del Heredero.

A medida que los días pasaban en el ducado, una sensación de normalidad y estabilidad se afianzaba en cada rincón. Los campos florecían con los cultivos, los mercados bullían de actividad y las calles resonaban con las risas y conversaciones de la gente.

Era como si la oscuridad que había envuelto al ducado durante el secuestro de Aura se hubiera disipado, dejando paso a una nueva era de esperanza y renovación.

El mayordomo Jenkins, junto con los consejeros del ducado, trabajaban incansablemente para restaurar el orden y la prosperidad. Las largas horas de trabajo y la presión constante amenazaban con agotarlos, pero su compromiso con el bienestar del ducado los mantenía en pie, enfrentando cada desafío con determinación y valentía.

Por su parte, Aura se esforzaba por cuidar de su hijo con todo el amor y la dedicación que una madre puede ofrecer.

Sin embargo, la insistencia de la señora Thompson, que había sido matrona y niñera en su juventud, la llevaba a descansar de vez en cuando. Aura conocedora de las altas tasas de mortalidad infantil en esa época y las prácticas médicas algo cuestionables, no podía sentirse tranquila, aun así la señora Thompson velaba por el bienestar tanto de Aura como del bebé.

"Mi lady, es importante que te cuides también", insistía la señora Thompson con voz suave pero firme. "Su salud es crucial para el bienestar de tu hijo, si no descansa lo suficiente puede colapsar".

"Lo sé, Sra. Thompson, lo sé. Pero de igual forma me gusta tenerlo conmigo, cuando me mira con sus pequeños ojos y veo mi reflejo en él, siento que puedo hacer cualquier cosa". Agregaría Aura.

Aura asentía con gratitud, reconociendo la sabiduría y la preocupación de la señora Thompson. A pesar de su deseo de estar siempre presente para su hijo, comprendía la importancia de cuidar de sí misma para poder cuidar adecuadamente de su pequeño.

"Muy bien, acataré sus consejos, señores Thompson". Comentaría Aura.

Por otro lado, Aura le decía a sus damas que quería visitar el joven que le había salvado antes a ella y a su bebé y que a estas alturas sus heridas deberían estar sanadas, por lo que Aura y su séquito de damas fueron de camino hacia los aposentos donde se encontraba Kael.

En esos días donde Aura estuvo en reposo por motivos de su parto, Kael estuvo siendo cuidado por Jenkins, quién se encargó de que sus necesidades básicas fueran cubiertas y lo trataba con cordialidad y respeto, pero no se podía decir lo mismo por los demás sirvientes que por el resentimiento fueron duros y groseros con él.

Aura se acercó al alojamiento de Kael con paso decidido, lista para abordar el asunto que la había llevado hasta allí. Antes incluso de que pudiera tocar la puerta, esta se abrió de par en par, revelando a Kael de pie en el umbral, como si hubiera estado esperando su llegada con ansias.

Las damas que acompañaban a Aura no pudieron contener un grito de sorpresa al encontrarse cara a cara con el apuesto guerrero, quien, para su asombro, se encontraba semidesnudo, cubriendo apenas su modestia con lo que parecía ser una toalla estratégicamente colocada sobre su cintura.

Con las mejillas encendidas y los ojos casi saliéndose de las órbitas, todas las damas se taparon los ojos instintivamente, excepto Emily, cuya mirada audaz parecía pegada al cuerpo de Kael como si fuera un imán.

La Sra. Thompson, horrorizada por la indecorosa presentación de Kael, no perdió el tiempo en reprenderlo por su falta de decoro. "¡Joven, esta no es la manera de recibir a una dama!", exclamó, buscando frenéticamente una sábana para cubrir al descarado guerrero.

Aura dejaría escapar una risilla debido a la reacción de todos, a lo cual Kael le prestaría especial atención, ya que sentía una extraña fascinación por verla reír. Un poco atontado se acercó a Aura y la tomo de sus, mejillas con cuidado y las estrujarías de un lado a otro sin pensarlo.

En ese momento los guardias toman a Aura y la resguardan tras ellos, temiendo que aquel hombre le pudiera hacer daño a su dama, a lo que Aura los detendrían pidiendo que no desenfundaran sus espadas, "Detenganse, es una orden". Dijo con firmeza.

Los hombres no tuvieron más remedio que retroceder y cumplir la orden de Aura, algo desconfiados.

La señora Thompson, aunque enojada, tomó una sabana blanca de la cama y se la daría haciéndole señas para que se la colocara, Kael entendería lo que estaba ocurriendo y se colocaría la sabana como si fuera una toga, haciendo a sí que las damas recobraran un poco la compostura.

"Milady, ¿Usted quería tomar el té con este salvaje Drakoniano?" Preguntaría la Sra. Thompson, a lo que Aura le confirmaría que quería tomar el té en el jardín, de ser posible, el clima era extremadamente hermoso como para pasárselo dentro del castillo.

La Sra. Thompson le diría a Kael en Drakonia "Vamos, a tomar el té". Kael entendió en seguida que quería decir la anciana, por lo que la siguió. Aura impresionada por escuchar a la Sra. hablarle en el idioma de Drakonia, se emocionó por poder tener una conversación con él.

Más tarde, en el jardín el lugar brillaba armoniosamente, el área de la glorieta que en el pasado estaba descuidada con algunas enredaderas, ahora están perfectamente limpias, el jardín gozaba con una hermosa atmósfera refrescante llena de flores, Lilas, Rosas, Hortensias y tulipanes, había un sin número de flores  de todos los colores.

Y al llegar a la glorieta, Aura se detuvo y se giró hacia Kael, con los ojos brillando de emoción. "Este lugar es maravilloso", dijo con admiración, extendiendo los brazos para abarcar el jardín en su totalidad. "Es como un sueño hecho realidad, el jardín cobraba vida esta primavera".

Kael la miró con una mezcla de sorpresa y gratitud, sus ojos brillando con una luz cálida y amigable. "Es realmente hermoso", murmuró, su voz llena de sinceridad y contemplación.

Kael no puede evitar sentir emociones confusas por las acciones de Aura "¿Por qué me siento extraño cuando esta cosa pequeña me sonríe de esta manera?" Diría Kael para sí mismo.

Aura fascinada, tomo la punta de su vestido y camino con prisa alrededor de las flores encantadoramente y luego se dirigiría a la glorieta donde sus damas ya habían preparado todo y una vez todos sentados en la mesa y el té estuviera servido Aura le comento a la Sra. Thompson que quería que le hiciera de traductora, quería agradecerle por todo lo que Kael había hecho por ella y su bebé.

“¿Podría usted Sra. Thompson agradecerle por habernos salvado aquel día? Y sobre todo tengo curiosidad por su nombre”. Comentaría Aura.

La señora Thompson tradujo la pregunta al idioma de Kael, quien parecía sorprendido por el gesto de Aura. Después de un breve intercambio en su idioma nativo, Kael respondió con una inclinación cortés. "Mi nombre es Kael y no es necesario que me agradezca, tu me has liberado, me has ayudado mucho". Con una voz serena, pero a la vez grave, se dirigió Kael a Aura.

Sin embargo, cuando Aura trató de indagar más sobre cómo Kael terminó encarcelado junto al Marqués, el misterioso guerrero pareció cerrarse en sí mismo, prefiriendo mantener en secreto aquellos detalles. Aun así, el ambiente no perdió su ligereza y la tarde continuó entre risas y conversaciones animadas, con Kael incluso compartiendo momentos con el pequeño.

En la fiesta del té, se hablaron de temas como la guerra y los estragos que esta dejaba en el territorio, haciendo de Kael se sintiera algo ansioso, por lo que el sabría cual sería su siguiente movimiento.

Pocos días después, Kael sintió que era momento de partir. Aunque había encontrado refugio y amistad en el ducado, sabía que su deber lo llamaba en otro lugar. Con resolución en el corazón, se acercó a la Sra. Thompson, quien había sido su amable guía en aquellos días tumultuosos.

"Sra. Thompson, necesito concertar una reunión con Lady Aura", dijo Kael con seriedad, su mirada reflejando una determinación inquebrantable.

La Sra. Thompson asintió comprensivamente y lo condujo al despacho de Aura, donde la dama estaba ocupada con los asuntos del territorio, sumergida en papeles y documentos.

Aura levantó la vista al ver a Kael entrar, una mezcla de sorpresa y curiosidad cruzando su rostro. Antes de que pudiera decir algo, Kael se adelantó, su voz firme pero urgente.

"Mi lady, es necesario que abandone el territorio y regrese a mi hogar", declaró Kael con determinación, su mirada fija en Aura.

Aura frunció el ceño tras escuchar la traducción de sus palabras, preocupada por la urgencia en la voz de Kael. "¿Qué ha ocurrido? Pareces querer irte con prisa", preguntó con sinceridad, buscando entender la situación.

Kael vaciló por un momento, consciente de que no podía revelar todos los detalles. "No puedo darle muchos detalles, milady, pero es primordial que me vaya a mi hogar", respondió con cautela.

Antes de que Aura pudiera decir algo más, Kael se acercó a ella con determinación. "Usted ha sido mi benefactora y haré todo lo que pueda por ayudarlo", declaró con gratitud en su voz.

Aura asintió con comprensión, reconociendo la seriedad de la situación. "Entiendo. Te proporcionaré un caballo y algunas guarniciones para tu viaje", ofreció con generosidad.

Se despidieron en la entrada del castillo, donde Aura le entregó a Kael las provisiones prometidas. El mayordomo observó la escena con cierta incomodidad, pero finalmente, con respeto hacia la decisión de la dama, aceptó la partida de Kael.

La primavera se está acercando a su fin, que cotras nos traera el verano que se aproxíma.