Emma es la villana celosa que acosa a la protagonista, pero tras ser descubierta y exiliada, se quita la vida. Ahora, un alma ha reencarnado en Emma y buscará cambiar el trágico final de la Villana, planea divorciarse cuando sea el momento y ganar una buena suma de dinero para vivir en paz, pero, ¡oh! sorpresa, su esposo no busca el divorcio y no planea dejarla ir, por el contrario, esta buscando ganar su amor, ¿pero por qué?, se supone que la historia no es así, el duque a quien ama es a la protagonista, ¿podrá Emma escapar de su esposo o este logrará enamorarla?
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capítulo 14- acuerdo.
La modista finalmente había regresado a la mansión, llevando las primeras muestran del diseño de Emma, ella fue al vestidor a cambiarse, se colocó el sostén, al salir, les mostró a Anne y la modista como le quedaba aquello. Pese a no tener el corsé, las mujeres presentes no notaban tanto la diferencia, eso le daba la razón a Emma, de que no esa ropa no era vulgar y por el contrario, era útil y cómoda.
— señora, debo decir que su idea es novedosa. Aunque venderlo será difícil, ya sabe como es la sociedad.— expresa la modista.
— descuida, voy a darle publicidad, ¿crees que puedas hacer más si llegasen a pedirlas?— pregunta Emma.
— por supuesto, aunque las damas tendrán que ir a que se les tome las medidas, si funciona, yo me encargaré de hacerlas.— responde la modista.
— perfecto, entonces en los siguientes días trataré de darle publicidad, ya verás que las clientas comenzarán a llegar. Mientras tanto, te encargo cinco más.— le da la paga.
— por supuesto señora, es un placer hacer negocios con usted.—
La modista salio feliz del lugar, pues si la idea de Emma funciona, ella tendrá muchos clientes porque será la única en tener el diseño de esa nueva prenda. Emma se cubre con una bata, mientras revisa los vestidos, en eso tocan y cuando Anne abre, ve que es el duque y le deja pasar.
— supe que la modista había venido y pensé en encargar unos traj...es...— observa notando que solo eran Emma y Anne en la sala.
— la modista se fue hace un momento, debiste decirme que querías encargarle algo, ella solo vino a dejar mi pedido.— Emma señala los vestidos.
Gilbert observa las prendas notando esas que parecen corsé más pequeños y los vestidos se veían menos extravagantes. Emma se acerca y levanta un sostén.
—¿que te parece?, es mi idea para un nuevo negocio y que revolucionará el mundo de la moda...bueno, no tanto así, pero las mujeres se librarán de corsé.— explica.
— son prendas pequeñas, no creo que...—
— funcionará, mira.— se abre la bata.— ¿que tal?,¿verdad que se ve bien?—
Anne se alarma al ver lo que Emma hizo, mientras que Gilbert, tenía las mejillas rojas, aunque pese a sentirse avergonzado, nisiquiera aparto la vista, pero reacciona y sostiene la bata para taparla.
— Emma, no deberías hacer esto.— menciona avergonzado.
—¿que?, ay, como si no hubieras visto más que eso.— se cruza de brazos.— el hijo no lo tuvimos por tomarnos de las manos.
— no, pero es diferente, además sabes que como fue todo, yo no vi nada de más y menos en una habitación casi oscura.— responde.
Emma se extraña, así que al parecer, la verdad Emma no se dejo ver bien por el duque, vaya que esa mujer no supo aprovechar, porque será macho empoderado, pero sabe aceptar cuando otro hombre es sexy y esta para comerse.
— ejem...si, cierto.— en realidad no recuerda ese detalle.— pero ahora es distinto, además sus intenciones son seducirme, ¿no? Por algo envía un regalo todos los días.— sonríe ladina.
Gilbert le hace una seña a Anne y esta se retira, ya que entiende que el duque quiere hablar a solas con Emma.
— Emma, se que nuestro matrimonio no ha sido bueno, pero, quiero dejarte en claro que no pienso dejarte, mucho menos por otra mujer.—
Emma se maldice internamente, había olvidado que esa noche que bebió, le soltó casi todo al duque, por suerte no dijo que es el alma de un hombre. Emma se sienta y se cruza de brazos.
— esa es tu palabra, pero nada garantiza que eso nunca pasará.—
— te pido que confíes en mí, dame solo una oportunidad.— pide Gilbert.
— bien, pero, si me entero que andas otra mujer, juro que a esa perra y a ti, los voy a arrastrar desnudos por todo el pueblo con un letrero que diga, "roba maridos"— advierte. — y también a ti, te pondré un letrero que diga, "perro infiel"
Gilbert se sorprendió por la advertencia de Emma y debido a su extravagante personalidad, no duda que sea posible que haga algo así. Pero, tiene la confianza de que nunca la engañará y mucho menos la dejaría por otra mujer.
— esta bien, aceptó tus condiciones.— responde con seguridad, Gilbert.
Emma no esperaba que respondiera tan rápido, parece tan seguro de si mismo, pero solo más adelante sabrá si de verdad es digno de confianza, todo se revelará cuando esa mujer aparezca. Mientras tanto, ¿por qué no disfrutar su vida como duquesa?
— no lo olvides, lo has prometido.—
Dicho esto, se quito la bata para poder ponerse un vestido y Gilbert rápidamente se dio la vuelta, apenas le dijo que no debe hacer eso y es lo primero que hace. Por supuesto Emma le resto importancia a esa petición y sonríe con cierta burla ante la reacción de Gilbert, pero se termina de vestir.
— ya puede darse la vuelta.—
Gilbert se da la vuelta observando el vestido que Emma lleva, sin importar lo que se ponga, la albina siempre se ve hermosa, ante esto, no puede evitar sonreír.
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Tal como Emma había pensado, busco entre las invitaciones que le llegaban para ver en cual de todas puede asistir, necesito promocionar el producto. Gilbert quien estaba en la misma sala que ella sentado en el piso con el pequeño Lukas que dibujaba, escucha a Emma hablar con Anne sobre aquel negocio.
— ¿y porqué no organizas una reunión para mostrar la prenda?, es mejor que ir a una fiesta de té.— le sugiere.
— lo había pensado, pero no sabía si era apropiado invitar gente a la mansión.— responde.
— puedes hacerlo, nunca te he prohibido algo así. Puedes hacerlo en el invernadero, para que sea más privado.—
Pensando en que Emma mostrará la prenda, no duda que en algún momento ella se quite el vestido para que vean que lo lleva puesto y si es en el jardín, cualquiera podría verla.
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Gracias a la idea de Gilbert, con ayuda de Anne, Emma organizó todo para una demostración del producto, la modista le trajo las prendas en distintas tallas, para que así, puedan probarlas, claro que no son tallas exactas, pero ayudará a que las mujeres vean la ventaja de la prenda y que es cómoda.
Sus invitadas fueron llegando, eran mujeres mayores, jóvenes, de todas las edades, aunque no eran muchas, porque Emma era muy poco conocida en el mundo social, pero las que estaban ahí, iban por curiosidad. Cuando llegaron las hizo sentarse, les sirvieron bocadillos y té. Entonces Emma comenzó a hablar, mostrando el dibujo de la prenda y comparando esta con el corsé, explicando esta nueva prenda, es menos incómoda y que no apretará sus cuerpos, las jóvenes parecían interesadas y las mayores, lucían incrédulas, ya que era una prenda que parecía indecente. Entonces Emma hizo que una de las mujeres pasará a probarse una, había puesto una cortina para que pudieran cambiarse, la mujer, dispuesta a mostrar que era una pésima idea, paso, fue tras la cortina y con ayuda de sus damas, cambio el corsé por el sostén, al salir, las presentes no notaban la diferencia, excepto porque su cuerpo no luce tan apretado y de cierto modo, esto hacía que la mujer se sintiera libre y cómoda.
— la talla que usa no es del todo la correcta para usted, pero mi modista, es quien se encarga de hacer esta prenda, solo necesita tomar sus medidas y el sostén, será hecho para ustedes.— explica Emma.
Debido a la opinión de esa mujer mayor, todas querían probar la prenda, así que Emma permitió que así lo hicieran. Al final del día, muchas pidieron por la dirección de la modista, porque encargarían su nueva prenda. Emma estaba feliz, su idea ha funcionado y si sigue así, tendrá un buen negocio, porque las ganancias serán de ella también por ser la de la idea.
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