La brujería ha existido desde hace muchos siglos atras, sus poderes fueron heredados por su línea de sangre o por un pacto.
Jay es desendiente de Alice, una mujer considerada la más fuerte de las brujas, hasta que fue vencida por Jayden y Amalia, padres de Jay.
Acompaña a Jay a descubrir sus poderes, para ayudar a las personas y destruir parte del mal que nos rodea.
Está Novela es la continuación de Ian y Amalia, si deseas saber el comienzo de su historia te invito a que la leas, para que puedas continuar con una bonita lectura.
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Somos uno solo
Jay no respondió y salió de casa con su mamá, en el camino Amalia vio que Jay estaba molesto y le pregunto
- hijo, se que estás molesto y te entiendo, pero tenemos que ayudar a esa pobre alma
- "pobre alma”, esa mujer es culpable, si alguien intentará algo en contra de usted, de mi papá o de mis abuelos, tendrían que desear no haber nacido.
- cálmate cariño, ¿en dónde quieres cenar? Pregunto Amalia con una sonrisa
- no lo sé mamá, me da igual el lugar
- bien.
Amalia lo llevo a un restaurante muy bonito, Jay seguía molesto y Amalia tuvo que pedir por él.
Ambos cenaron en silencio, en el momento en que estaban por salir se le acercó una chica.
- Jay. Dijo ella abrazándolo
Amalia se los quedó viendo sin decir nada, Jay la abrazo y le pregunto
- ¿qué haces aquí?, ¿porque te mudaste?, ¿porque te cambiaste de colegio?.
- por mis hermanos, no estuve de acuerdo, pero no puedo hacer nada, ellos tienen mi custodia.
- ¿estás aquí sola? Pregunto Jay
- vine con ellos, te vi entrar y les dije que iría al baño.
- te daré mi número para que podamos comunicarnos
Perla apunto su número, ella ya tenía que irse antes de que sus hermanos se dieran cuenta.
- me voy, te llamare. Dijo ella dándole un beso en los labios.
Jay se quedó sorprendido al igual que su madre, todo paso tan rápido que ni siquiera le prestaron atención a Amalia.
- jovencito, ¿que fue eso? Pregunto Amalia con una sonrisa
Jay se echo a reír
- disculpa mamá, todo fue muy rápido, no tuve tiempo de presentarsela, ella es Perla una excompañera del salón.
- ¿es tu novia?
- no mamá
- ¿y porque te beso?
Jay no supo responder, él tampoco se esperaba eso.
- vayamos a casa para que duermas un poco.
Amalia condujo a casa, Jay estaba como perdido en sus pensamientos, subió a su habitación y sin despedirse de su mamá cerró la puerta.
- ¿qué le pasa a este niño?, creo que está enamorado. Dijo Amalia sonriendo al verlo irse de esa manera
Al estar dentro se sentó en la cama, tocó con el dedo índice sus labios y se los saboreo.
Sintió un sabor dulce, no quería dejar de pensar en el beso, se miraba al espejo, recordaba a Perla besándolo y sonreía.
- Nuestro primer beso fue muy rápido, debió de durar más. Dijo Jay
- estoy de acuerdo contigo
- ¿también te gusta Perla? Pregunto Jay
- por supuesto, todo lo que te gusta me gusta a mí, todo lo que sientes, lo siento yo.
- ¿quieres hablarme un poco de ti? Pregunto Jay
- ¿qué deseas saber?
- ya me sé tu nombre, ¿porque no te gusta que lo mencionen?, ¿que fue lo que pasó contigo?
- yo soy muy malo, me alimento del miedo de los demás, mi verdadera forma es de una nube oscura de gas con ojos brillantes, pero no todos pueden ver mi forma original, cuando me alimento cambio de forma a la cosa o persona que la víctima le tenga más miedo.
- ¿como fuiste destruido?
Un brujo me invoco por órdenes de otra persona, lo que él no sabía es que soy uno de los demonios de mayor rango.
Por su miedo fui liberado, él al invocarme no pudo controlarme y me libere del pentagrama que me mantenía sellado.
Lo asesine aprovechándome de su temor por mí, el otro humano me destruyó con un cáliz y una espada, al parecer mi poder no tuvo efecto en él.
- te confiaste demasiado. Dijo Jay
- si, los de tu clase son peor que nosotros.
- eso es verdad. Respondió Jay
- ¿confías en mi? Pregunto Agramón
- si, siento que somos uno solo.
- tu temor es mi único temor, nosotros no fuimos criados por nadie, desde que entré en tu madre y luego en ti, descubrí a lo que los humanos llaman amor.
Si alguien se metiera con los nuestros, yo seria capaz de desatar un infierno en este mundo.
- no es necesario, nuestros padres son fuertes. Dijo Jay sonriendo orgulloso de su familia.
- existe un grupo de personas que se hacen llamar los cazadores de sombras, no podemos dejar que nos identifiquen, por suerte en tu cuerpo no puedo ser detectado.
- ¿te gusta sentirte humano?
- hay veces si y hay veces no, ustedes son muy débiles y malos a la vez.
- iré a bañarme
- si, después le diremos hasta mañana a nuestra madre, te olvidaste de hacerlo.
Jay se baño rápido y se coloco su pijama, cuando fue a la habitación de su madre ella ya estaba dormida.
Jay le dió un beso en la frente y se fue a su habitación.
A eso de las Dos y media de la madrugada, Fausto llegó a casa de Amalia, Jay seguía profundamente dormido.
- cariño, levantate.
- no quiero ir mamá.
- por favor Jay, hazlo por mi
Jay se levantó sin ganas y fue a ducharse, al estar arreglado bajo y se subió al auto que conducía Fausto.
Amalia le había sacado un abrigo y le pidió que se lo colocara, Jay obedeció y se dirigieron a casa de Briana, quién ya estaba esperándolos.
- estamos listos. Dijo Eithan
- ¿tu no eras el que no venía? Pregunto Jay saludando a su primo
- tuve que rogar mucho. Dijo Eithan sonriendo
Eithan se subió con sus padres y Jay con su madre, Fausto condujo hasta el puente que Amalia le había dicho.
- es aquí. Dijo Amalia
- si, me parece que si.