Cuando estas al borde de la muerte y sientes el olor a sangre por todos lados el miedo se va alejando de ti, fui expuesta ante un grupo de depravados, quise morir, pero en el camino encontré una nueva oportunidad para amar...
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Fue chistoso verla así.
Ver nuevamente la casa me trae los recuerdos de mi niñez.
Entro a saludar a mi madre y me avisan que salió con la nueva muchacha. Bueno me doy un baño y salgo a su encuentro, tomo un caballo para ir a buscarla. Creo que este aire fresco me hará sanar mis heridas y no hablo de las superficiales sino las que traigo marcadas en el alma.
(Marcelo) Buen día, joven Gabriel hace muchos años que no lo tenemos por aquí.
(Gabriel)Hola, dime mi madre por donde está.
(Marcelo) Paseando por el lado de la granja con la señorita...
(Gabriel) Gracias.
...Me doy la vuelta y voy a buscar a mi madre. Quiero ver cuál es su reacción al verme. Ver los inmensos campos llenos de vida es como una dosis de relajación para mí. Siempre quise vivir con mamá, pero no podía, ya que ella no estaba en condiciones de poder tenerme, mi padre la dejó muy alterada y enferma de los nervios, cuando vivió con ella la engaño innumerables veces...
Mientras en el campo lado este, estaba la señora Sofía junto a Varela, mostrando los cultivos de zanahoria y coles. Su compañía le hacía sentirse muy bien.
(Sofía) Y dime Varela, tus padres se pusieron triste cuando les diste la noticia de que postulante para un empleo en un campo tan lejos.
(Varela) La verdad que el tema de mi familia es un asunto que prefiero no tocar.
...Lo digo con pena y vergüenza a lo que me pregunta la señora Sofía.
(Sofía) Entiendo, yo también pasé por muchas cosas en mi adolescencia. No siempre tuve comodidades, yo trabajaba en un campo de cerezas y bueno, un día el hijo del dueño llego de un viaje, para hacerlo corto, ya que tampoco es mi tema favorito, bueno nos enamoramos y al poco tiempo tuve a mi primer hijo y luego vino la segunda y adiós el hermoso amor que me había profetizado. Al poco tiempo traía mujeres y bebían delante de mí y bueno una noche que me dio una golpiza decidí largarme de su lado y bueno me llevé a mis hijos de cinco y seis años, pasé muchas penurias, pero trabaje duro para salir adelante, no me imagine que llevaba un hijo más cuando escape de sus manos.
(Varela) Que valiente ha sido usted señora Sofía. Es admirable su fuerza.
(Sofía) Huy son varias cosas que me toco vivir... ¡Pero quien grita así!
La vacaaaa...
Bueno te dejo, iré a ver la vaca, parece que a Liz se le escapó nuevamente.
(Varela) Sí, pierda cuidado. Me quedaré viendo los animales.
Hay es fantástico mi día, pensé que me iba a chocar con una persona de poca empatía y mala, pero la señora Sofía no es nada de eso.
Me acerco hacia las gallinas y no me había dado cuenta de que un pollito se había salido, debió pasar cuando nos íbamos. Su mamá está buscando la manera de poder ayudarlo, pero el corre a través de la malla, el por fuera y ella por dentro.
Abro la puerta cita con cuidado y la gallina corre a su encuentro, pero ahora mi problema es como los guardo a ambos. Busco una rama y los guió hasta adentro.
Listo todo resuelto. Reviso una vez más de que no se quede nadie fuera, voy caminando y de repente se va acercando un hombre en un caballo. Debe ser el capataz o algún otro trabajador. Pero qué carajos pasa, mientras más se acerca puedo ver que es él...
No, pero que hace aquí, o quizá no sea él.
(Gabriel) Dime, ¿mi madre está por aquí?
(Varela) ¿Tu madre?
(Gabriel) Sí, no escuchas bien.
(Varela) Sí, la señora Sofía se fue por la parte de las vacas.
... Pero este tipo no me deja terminar y se da media vuelta, es un irrespetuoso. Pero será aquel muchacho de la ciudad y si no es así, no puede ser tanta casualidad.
Voy siguiendo el camino por donde vinimos con la señora Sofía, espero y la pueda encontrar en las vacas.
... Pero que tonta... Tropecé y me embarré toda, me trato de limpiar y voy caminando despacio, desde lejos veo a la señora Sofía se está abrazando con su hijo. Bueno que felicidad para ella. Decido dejarlos en su momento y me giro para ir a cambiarme.
Pero escucho la voz de la señora Sofía.
(Sofía) ¡HEY! VARELA VEN...
...Yo levanto la mano, me voy acercándonos a poco a ellos, aunque con vergüenza por lo que me acaba de pasar. Primer día y ya terminé embarrada...
Ambos me miran con cara de sorpresa, debo estar un desastre.
(Sofía) ¡Pero Varela que te sucedió!
(Varela) Bueno yo... Yo me caí en el barro, no me di cuenta.
(Sofía) Ve a darte un baño por favor, no te vayas a enfermar, estás mojada. Gabriel llévala hasta la casa.
(Gabriel) ¿Yo?
(Sofía) Sí y ya.
(Varela) No se preocupe señora, yo me voy caminando igual el día está fresco.
...Tengo que decir eso aunque me estén temblando las piernas. Sí que me moje toda. Me voy caminando haciéndome la valiente y también con la vergüenza de que me hayan visto así, pensaran que torpe que soy......
(Sofía) Ve hijo por favor. Llévala en el caballo.
(Gabriel) Mamá ¿ya la viste? Está toda sucia.
(Sofía) Por favor Gabriel ve ya.
(Gabriel) Bueno ya voy...
... Subo al caballo y voy detrás de la muchacha. Fue chistoso verla así.
Hey tú como te llames sube.
(Varela) No gracias, iré sola.
(Gabriel) Como quieras.
... Sigo en el caballo y regreso junto a mi madre. Sin esperar la media regañada que me iba a dar.
(Sofía) Pero que clase de caballero eres tú... Por Dios Gabriel lleva a la muchacha hasta la casa.
(Gabriel) Ella no quiso subir. No la puedo obligar además esta toda sucia.
(Sofía) Dios dame paciencia con este hombre.
(Gabriel) así, si ya oí.
... Voy nuevamente por la terca que no quiso subir. Pero como me envía a llevarla, me va a ensuciar todo.
Oye ... Sube te llevo.
(Varela) No gracias.
(Gabriel) No es por ti, mamá me lo pidió. Y si no te llevo me regañara.
(Varela) No sé cómo subir a un caballo, jamás lo hecho.
(Gabriel) Toma mi mano y a las tres.
Lista, tres.
(Varela) Me sube y yo ni siquiera me preparé, trato de no acercarme a su espalda, para así no ensuciar su ropa. Tengo vergüenza de como me debo ver, el barro se está secando y mi rostro se siente terso.