Sahara es una chica dulce y amable, que para salvar la vida de su hermana tuvo que entregarse a un mafioso; pero ella se equivocó, da todo por una familia egoísta y esa decisión cambia su vida, ahora ella tiene que empezar a vivir sola, a valerse por si sola, sus problemas empiezan con esa desicion.
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CAPITULO 08. EL DESTINO SABE JUGAR
Sahara empezó a llorar y sin querer le contó que se había entregado a un hombre para salvar a su hermana; pero fue todo lo que le dijo, ella no podía ir con ese hombre por ser peligroso y la doctora algo insegura le dice.
· Sahara, ¿quieres abortar?, porque yo soy de las que creen, que no es justo, solo ten al bebe y dalo en adopción, en lugar de abortar.
· ¡No! Como puede pensar eso, yo jamás abortaría, primero porque yo voy a hacer médico, tengo que salvar vidas, no quitarla y en segundo lugar este bebé, tiene también mi sangre, no podría hacerle daño, es mi hijo o hija.
· Sahara, hermosa, me vuelves el alma al cuerpo, me alegra que pienses así y no te preocupes, yo no voy a decir nada de lo que me contaste, te voy a ayudar, para que no pierdas tu trabajo aquí, que una de las ginecólogas del hospital te atienda; vamos al consultorio para que te calmes y por hoy sigas trabajando, antes que te vayas, vamos a ir con mi amiga la ginecóloga.
Sahara le dio las gracias y las dos se fueron al consultorio, ella se tomó otro té, trato de calmarse y siguió trabajando como si nada pasara; su turno termino a las 3 pm, ella tomó sus cosas para regresar a su departamento, cuando la doctora entro al consultorio y le dijo que ya estaba esperándola su amiga la ginecóloga. Ella quiso negarse, pero al final termino siguiéndola, fueron al área de maternidad, la mejor del hospital, contaba con todos los servicios, los más modernos; ella a pesar de que ya tenía un mes ahí, no había estado en esa área, estaba sorprendida con lo que miraba.
La doctora le contó, que esa era la mejor área, porque el dueño tenía una preferencia por todo lo que eran los bebés, las madres y lo familiar; Sahara estaba emocionada con lo que miraba, al momento que llegaron al consultorio de la ginecóloga, se sorprendió más con lo que miro, tenía de todo y era un cuarto muy grande, tenía de todos los aparatos de los más modernos. Al entrar empezó a nombrar los aparatos, a dar sus descripciones, estaba emocionada, hasta que escuchó la voz dulce de una mujer.
· Tú debes de ser Sahara, eres realmente bonita como mi amiga me lo dijo y por lo que miro muy inteligente, esto no me lo dijo, me haces sentir muy emocionada, tener el gusto de tratar a una mujer como tú.
Sahara, voltio a verla, se sintió avergonzada y tímidamente dice.
· Discúlpeme, es solo que me emocioné, no quise tocar las cosas.
· Sahara, no tienes que ser tan educada conmigo, estas por titularte como médico, es normal que esto te emocione; pero no me digas doctora, somos colegas, dime, Mariela.
· Es un gusto conocerte Mariela.
Mariela la hizo recostarse en la camilla, le pidió que se descubriera el vientre, le hizo un ultrasonido; al empezar empezó a ver y sin querer sintió una sensación extraña al momento de ver las primeras imágenes, al escuchar el corazón una lágrima llena de emociones salió por sus ojos, la doctora que era su jefa, tomo su mano para darle ánimos y fuerzas.
Mariela emocionada dijo.
· Sahara, hermosa, son dos, mira son dos corazones, los que laten, que emoción tendrás gemelos; cuando le digas esto al futuro padre, se pondrá alegre, esto una noticia al doble.
Sahara al escuchar eso se soltó llorando con fuerzas y por un momento los miedos la invadieron, un bebé ya era algo que solo iba a complicarle la vida y a hora tener dos, era doble gasto, doble responsabilidad, doble problema, todo se iba a complicar, sin trabajo estable, sin título y esto no solo la dejaba sin poder gastarse el último dinero ahorrado, no iba a poder pagar el examen de titulación, no iba a poder pagar su titulación; sin poder detenerse empezó a llorar de dolor, frustración, tristeza y sus pensamientos solo eran de “¿Qué voy a hacer?” la doctora la entiende bien y la abrazo.
Mariela, sin poder entender lo que pasaba, mira a su amiga algo sorprendida, como pidiendo una explicación, ella solo niega con la cabeza, como pidiéndole guardar silencio, darle espacio. Mariela y la doctora la dejaron un poco a solas para que pudiera tranquilizarse, las dos fueron a la cafetería y ahí la doctora le contó lo que Sahara le había dicho; Mariela sintió tristeza por ella y quiso ayudarla, entre las dos pensaron como ayudarla.
Mariela pensó que si su trabajo era uno de los problemas, ella se iba a encargar que le dieran un contrato indefinido; ella había entrado al hospital por un amigo, que era trabajador del dueño y sin dudarlo tomo el celular y le marco en el momento que contesto le dijo.
· Quiero que me ayudes con algo, habla con tu jefe y pídele que le den un contrato permanente a una pasante en medicina, ella lo necesita, su situación es complicada; amigo no pienso decirte más, pero será mejor que me ayudes, recuerda que aún me debes varias. Mira amiguito, no te voy a dar problemas, es una buena chica, está embarazada y no tiene nada más que este trabajo para sobrevivir, es buena médico hasta donde sé, ha hecho buen trabajo, por favor ayúdame con esto, como un favor para mí.
· Mariela, otra vez pidiéndome favores de estos, ya se te olvido a la última mujer que me dijiste que ayudara, te destrozo el corazón, tuve que pedirle permiso a mi jefe un mes, para ir a cuidar de ti, porque estabas que morías de amor, no quiero que vuelva a pasar.
· Amigo, esto es diferente, ella está embarazada, es heterosexual y un mal hombre le jugó mal, a hora tiene que trabajar para sus dos bebés, porque son dos; escúchame, esto es solo por una buena obra, vamos a ayudarle, lo necesita.
· Mariela, que voy a hacer contigo y tu corazón de pollo, está bien, voy a hablar con mi jefe, veré que puedo hacer; mándame su nombre completo y el acuerdo de trabajo que tiene en el hospital. Mariela no te prometo nada, are lo que pueda, porque no sé si el jefe quiera escucharme, últimamente está de malas.
· Amigo muchas gracias, prometo que cuando vengas te are una gran comida.
Después de colgar la llamada le dice a la doctora, que a lo menos así no perdería su trabajo, sería una pequeña ayuda, ya después verían como ayudarla más; ella empezó hacer más preguntas sobre su vida, pero la doctora no supo decirle nada, lo único que sabía, era que trabajaba ahí y que si se podía, cubría turnos, después salía del hospital y ya no había más, hasta ese día que le dijo lo que tuvo que hacer para salvar a su hermana. Aunque no sabía nombre de su familia, ni donde vivía, solo sabia lo básico de un jefe y una empleada; Mariela se quedó algo pensativa, pensando que deseaba conocerla un poco más.
El amigo de Mariela estaba en París, era de los que trabajaban al lado del jefe, de su escolta personal, le era leal, porque su jefe lo había ayudado, rescato a su familia y desde entonces empezó a trabajar con él; era un ex militar, que salió de la milicia para ser la escolta de un narcotraficante, cuando su hermana fue secuestrada y los militares le dieron la espalda, diciendo que no se negocia con secuestradores, al ver que su hermana estaba por morir, lo busco y así fue como la rescataron, desde ese momento le entrego su vida.
Él estaba pensando como ir con su jefe y pedirle ese favor que su amiga Mariela le había pedido; desde que regresaron de estados unidos, había estado de malas, por todo se molestaba y no sabía si al pedirle eso terminaría regañado, ya que el último favor, había sido malo, una mujer loca que provoco problemas en el hospital. Estaba sumergido en sus pensamientos cuando escucho que le hablan.
· ¡Carlos! Carlos, ¿Qué te tiene tan pensativo? Así es como cuidas a nuestro jefe, estás ido, tengo rato hablándote.
· Penny, discúlpame, estaba pensando en algo, todo está tranquilo aquí, no hay de que preocuparse; tú sabes si podría hablar con el jefe, ocupo un favor.
· ¡hay Carlos! Otro de tus favores y ya me imagino cuál es; pero inténtalo, hoy está de buenas, ve al despacho, yo te cubro.
· Gracias Penny, voy a ir a hablar con el jefe.
Carlos fue al despacho a buscar a su jefe, al estar frente a la puerta toca despacio y escucha una voz severa diciendo que pasara; él entra, se para frente al escritorio, lo mira sumergido en papeles y sin voltear a verlo dice.
· Carlos, ¿qué pasa?, habla rápido que tengo muchas cosas que hacer.
· Jefe, discúlpeme molestarlo, pero quería pedirle un favor.
Nil voltea a verlo, pone una enorme sonrisa y divertido le dice.
· Ya me conozco tus favores y si más no recuerdo el último nos cobró una gran factura, tanto que tuve que mandarte todo un mes para que solucionaras ese problema.
· Jefe, este es diferente, es una joven embarazada y ocupa su trabajo, ya ha tenido contratos como pasante de medicina, solo le pido que le den un contrato indefinido y usted sabe como es eso, mujer embarazada, son despedidas con cualquier pretexto, solo pedimos su respaldo para que eso no pase; jefe, le doy su nombre hable al hospital y pregunte por ella, para que vea que ha hecho buen trabajo hasta el momento. Por favor jefe, es alguien que, si merece el trabajo, es su medio de vida, no es justo que pierda todo por quedar embarazada de un hombre que no le va a responder, quitarle su medio de mantener a su futuro hijo; jefe, ¿le doy sus datos? Par que pregunte.