Anya es una joven modesta, inocente y alegre que fue criada por su tía después de que su vida se viera sacudida por la trágica perdida de sus padres, sin embargo, eso no era lo único, ya que el destino le tendría otra mala pasada.
Se suponía que buscaba tener un futuro feliz, tranquilo; sin embargo, nunca creyó que su vida terminaría atada de la forma menos pensada.
¿Podrá ser feliz?
¿Podrá conocer lo que es el amor?
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capítulo 21
Anya después de que Bastian le informará todo lo que había investigado sobre su familia, se sentó pensativa con la vista hacia el Mar, no mencionó una sola palabra, para Bastian este tipo de comportamiento era normal, ya él la conocía perfecto, sabía que cuando ella no quería hablar con nadie solo se sentaba a reflexionar en silencio, por lo que la dejó sola y fue a preparar la cena para los dos.
Mientras él estaba en la cocina ella llegó hasta allá, se preocupó dado que ya era de noche.
— ¿cómo te sientes? ¿qué piensas hacer?
— realmente no sé qué hacer, por estar distraída no pude ni darme cuenta que ya es de noche y tengo que irme, ¿cuando me vas a llevar?
— por la mañana cuando yo vaya a la oficina, pero no tan temprano porque primero tengo algo que hacer, así que puedes dormir hasta tarde.
— ¿Qué dices? No, yo tengo que irme ahora porque mañana tengo una entrevista de trabajo, y no puedo llegar tarde. inconscientemente, Anya dejó salir las palabras, dejando a Bastian desconcertado.
— ¿qué harás qué cosa?
— ¡Ah! yo, nada, no dije nada, dije que tengo que irme ahora.
— no estoy loco Anya, sé bien lo que oí, dijiste que mañana tienes una entrevista de trabajo, ¿era eso que me ibas a decir?
— sí, hay muchas cosas que tengo que decirte.
— entonces, soy todo oídos para ti, adelante, te escucho.
— le pedí a una amiga que me consiguiera un trabajo, hoy fui a verla y me dijo que fuera mañana para la entrevista.
— ujum...¿y pensabas ocultarlo, cierto?
— no, ya te había dicho que teníamos que hablar, era sobre eso, ¿estas molesto?
— no, ¿solo quiero saber por qué? ¿Quedamos en que darías clases en la fundación y que yo te daría un sueldo por ello? ¿tienes algún problema, te hicieron algo ahí?
— no, no me hicieron nada, ese es el problema de que yo no quiero un sueldo por ayudar a los demás, no me molesta dar clases gratis, al contrario, no me siento cómoda recibiendo un sueldo por una cantidad mayor que ni siquiera un profesional de verdad cobra.
— está bien, entiendo que tengas tus razones, pero ¿por qué no me lo dijiste, para solucionarlo?
— no quiero que tú lo soluciones, además hay otra cosa que debes saber.
— ¿qué debo saber?
— pues que también estoy buscando un nuevo lugar para vivir, y ya conseguí donde, solo tengo que cancelar la renta para mudarme.
— ¿es una broma? No me hagas reír.
— no, no es una broma, estoy hablando en serio, voy a conseguir trabajo y me mudaré de tu apartamento, lo más tardar esta semana, así que espero que seas comprensible y aceptes.
— es un rotundo no, tú no te puedes ir y lo sabes, teníamos un trato, ¿o ya lo olvidaste?
— no lo he olvidado, tú estás pagando mi universidad y yo seguiré con el trato hasta que culmine el semestre, ya después yo veré cómo la sigo pagando, pediré una beca, estoy agradecida contigo por todo lo que has hecho por mí, pero ya no quiero estar cerca de ti.
— ¿de verdad crees que la vida es fácil para una joven universitaria como tú? Y muy aparte de eso, yo te propuse el trato para no obligarte a nada, porque soy consciente de que tú no querías casarte, y porque está era la única forma de que mi familia me dejara tranquilo,
— si, pero yo ya no quiero estar cerca de ti, quiero vivir sola, me refiero en otro lugar que yo pueda pagar.
— está bien, te propongo algo, quédate con el trabajo, pero me pagas la renta del apartamento a mí, si eso te hace sentir mejor.
— no, me estás entendiendo, te he dicho que ya no quiero estar cerca de ti, no quiero verte más.
— ¿por qué, dime que hice?, ¿es porque te besé, si es por eso?, te pido perdón de nuevo, ya te lo dije, que no volverá a pasar.
— esa no es la razón, ese asunto ya está olvidado, ¿por qué lo sacas a relucir ahora?
— porque no veo otra razón, sabía que después de anoche nada volvería a ser igual, piensa bien lo que te propuse y tomas una decisión.
— no, no tengo nada que pensar, llamaré un taxi y me iré a casa, mañana iré a la entrevista y me darán el trabajo, y al final de esta semana me mudaré.
Bastian se sirvió un trago mientras Anya analizaba sus movimientos y las expresiones en su rostro, él se tomó el trago y se acercó de nuevo a ella para decir.
— entonces yo lo siento mucho, créeme de verdad, no quiero hacerlo, pero no me dejaste más opciones.
— ¿ qué vas a hacer, me estás asustando?
— no tienes porque, solo te recordaré porque no te puedes ir.
— ¿y según tú, por qué no me puedo ir? Preguntó Anya molesta y levantando la voz.
Bastian le respondió de la misma manera, por primera vez le gritó, ya lo había hecho el día que fue por ella, pero esta vez era diferente porque Anya lo conocía y aparte de eso estaba enamorada de él.
— porque te vendieron, y tú me perteneces a mi, no podrás irte a ningún lado, yo traté de ser amable contigo, mintiéndole a mi familia para no forzarte a casarte conmigo, para que pudieras realizar tus sueños, y ahora me sales con eso.
— yo no te pedí que mintieras por mí, tú solito lo hiciste, tenías que decirle que yo jamás me casaría contigo y que además te odiaba, pero no, le dijiste que si nos llevamos bien, y no lo hiciste por mí, lo hiciste porque querías salvar tu pellejo, porque sino fuera así no te hubiera interesado, eres un egoísta y un narcisista.
— ¿de verdad crees eso? ¿crees que soy un egoísta? porque desde el principio cuando te conocí, desde ese instante, me prometí a mí mismo que te cuidaría siempre sin importar lo que pasará, y eso es lo que he hecho todo este tiempo, pero si soy un egoísta y narcisista por preocuparme por tí y asegurarme de que estés bien, entonces, discúlpame por el eso.
— no me importa lo que digas, tú solo piensas en ti, eres una mala persona, resultaste igual que todos, que decepción.
— si de verdad pensara en mi, ya nos habríamos casado, y no me hubiese importado tú opinión, pero eso no importa, si crees que soy una mala persona, está bien, pero no cambiaré de opinión, y para que te decepciones más, de ahora en adelante vivirás aquí, conmigo.