Un Amor Que Sana

Malik

Sí, con toda seguridad esa fue la noche más loca de toda mi vida. Primero tuve un momento súper lindo con Dimitri, seguido de un ataque total de su parte, después me trajo a este show de horrores que se suponía que iba a ser nuestra cena, fui ofendido e insultado por mi suegro y un montón de otros viejos que me miraban mal, hasta que uno de esos viejos se pasó de la raya, y como si estuviera en una película de acción, Dimitri simplemente le disparó en la cabeza al viejo, me quedé paralizado de miedo, sin poder apartar los ojos de aquella escena, aquel hombre muerto y la sangre esparciéndose sobre la mesa del comedor, creo que nunca voy a poder volver a comer ahí.

Como si no fuera suficiente, todavía me abrazó y me besó, pensé que no me iba a gustar, que me quedaría con miedo, pero en cuanto sentí sus labios en los míos, el mundo se detuvo para mí.

Su boca sabía a whisky, sus manos apretando fuerte mi cintura combinaban demasiado con aquel beso, su lengua estaba por toda mi boca, dominándome con tanta facilidad lo que me hizo pensar si todas aquellas sensaciones eran reales o solo la abstinencia hablando más alto.

Cuando me soltó, fue como si me empujaran de vuelta a la tierra con violencia. Miré a mi alrededor y ya no quedaba nadie.

- Ivan, manda a limpiar esta suciedad y encuéntrame en el despacho en 10 minutos, tenemos que poner en práctica el plan de contención de daños.

Me miró con tanta naturalidad mientras yo aún estaba en órbita con aquel beso.

- Ven, te voy a llevar a tu habitación.

No me dio mucha opción, cogió mi mano y salió conmigo por los pasillos.

Cuando llegamos a la puerta de mi habitación, ya había recuperado el habla, quería decir algo, preguntar qué había sido aquel beso, pero la última vez que hablé con él, dije exactamente lo que no debía, ahora no sé si debo abrir la boca.

- Bueno, este ha sido un buen espectáculo, ¿verdad?

Creo que eso responde a mi pregunta, era todo una farsa, pero no me puedo quejar, desde el principio sabía que era eso lo que él quería, irritar a toda esa gente. Podría actuar con falsedad, escondiendo mis sentimientos y jugar a aquel viejo juego de fingir que todo está bien. Pero yo no soy así, no sé y no quiero fingir. Me siento triste y usado, pero tampoco voy a ser infantil y ponerme a llorar delante de él.

Así que solo abrí la puerta y entré dejándolo ahí parado sin respuesta.

Entré en mi habitación y dejé salir todo, el miedo que sentí en aquella sala, las burlas de aquellas personas, el odio, el prejuicio y el racismo de aquellas personas, me odian solo por ser como soy y quien soy.

Quedarme allí parado escuchando todo aquello fue humillante, es cierto que Dimitri me defendió, pero realmente hubiera preferido no haber pasado por nada de aquello. Lloré por la frustración de saber que había vibrado y disfrutado de un beso, que para él no fue nada, fue solo una farsa, que no significó nada para él. Por un minuto tuve la ilusión de que podríamos tener algo de verdad. Qué estúpido soy.

Dimitri

Ya es la segunda vez en este día que escucho llorar a Malik, y no me gusta nada. Su mirada antes de entrar en la habitación era tan triste, no se me va de la cabeza, ¿acaso fui demasiado lejos?

¿Y aquel beso? ¿Por qué fue tan bueno? Malik no debería dejarme hacer aquello, no me parece correcto el modo en que me deja dominar su cuerpo con solo un beso, el modo en que se queda tan sumiso me enloquece, mierda, fue solo un beso.

Él es tan diferente, Alexandra era dominante, siempre tomaba la iniciativa, era feroz. Malik no, él es delicado, es manso y a veces incluso inocente. Pero eso, esa sumisión, tiene mucho más poder sobre mí del que me gustaría admitir.

Estaba en el despacho sentado en mi mesa, con tantos problemas que resolver pero por primera vez en muchos años, no tenía ganas de trabajar.

Ivan llegó con los hombres que se encargan de la seguridad de la casa, incluyendo a Tiago, el guardaespaldas de Malik.

Cuando todos estuvieron preparados para recibir las instrucciones, el teléfono de Ivan sonó, una de esas ya habituales llamadas. Era raro que recibiera alguna en mi presencia, pero yo ya había oído por los pasillos de la mansión que tenía un amante secreto misterioso.

En cuanto vio en la pantalla quién era, se ruborizó, sus ojos brillaron y se mostraron alegres, noté cómo reaccionó Tiago, parecía triste. Hace tiempo que vengo notando que el chico siempre mira enamorado a Ivan cuando piensa que no hay nadie mirando. Ivan, como siempre está obsesionado con ese tipo misterioso, ni siquiera nota al chico.

Cuando terminé de dar todas las instrucciones, todos se dirigieron a sus puestos, y pensé que era el momento de hablar abiertamente con Ivan.

- Ivan, sabes que el chico está enamorado de ti, ¿verdad?

- ¿Disculpe, señor?

- El chico, Tiago, el hijo de Antonio, está enamorado de ti.

- Señor, creo que eso no es posible, es un crío.

- ¡Anda ya, Ivan! Tiene 26 años, ya no es un crío desde hace tiempo.

- Aun así, tiene casi el doble de mi edad, ¿qué iba a querer con un viejo como yo?

- Bueno, un viejo de 48 años que tiene un amante secreto, ¿algún día me vas a contar quién es?

- No es un secreto solo mío como para que pueda contárselo, señor, lo siento mucho.

- Está bien, ¿y con respecto al chico?

- Es joven, pronto se enamorará de verdad de otra persona, ya lo verá.

En el exterior, Tiago no pudo, ni siquiera intentó evitar la lágrima en su rostro, una única lágrima solitaria como él,

Solo y amando a un hombre que ama a otro.