Mía Santorini es una chica de 19 años que desde muy niña se enamora del hijo reconocido más no de sangre de su padre Alessio Santorini de 24 años.
Ella desde niña sintió cosas por él, pero no fue hasta sus catorce años que se atrevió a besarlo y confesarle sus sentimientos, Alessio también sentía lo mismo, pero sabía que era un error, por eso decidió irse a otro país y estudiar en ese tiempo ignoro por completo a mía haciendo que está pasará de ser una niña dulce a una completa rebelde.
Cinco años después él se da cuenta de que nunca dejará de amarla y regresa hecho todo un CEO y decidido a recuperarla y enfrentarse a todos.
Pero Mía está muy dolida y no le perdona su abandono, Alessio no solo deberá luchar por el perdón de Mía, sino que también deberá enfrentar a personas del pasado que traen consigo ese mundo de mafia que fue dejado atrás por sus padres y también deberá enfrentar a sus propios padres que harán lo que sea por impedir ese amor PROHIBIDO.
Podrán ellos salvar su Amor
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Amándonos.
Después que todos conocen y besan a mi hijo les pido que me dejen a solas con Alessio y estos inmediatamente se retiran, Alessio se acerca a mí con Alessandro en brazos y me besa.
— Mi amor, gracias por darme este hermoso regalo un hijo nuestro mi niña.—
—Alessio no sabes cuánto te he extrañado, te amo demasiado, pero pasé, por tanto.— Digo con mis ojos llenos de lágrimas.
— Shh mi amor no importa, lo que importa es que por fin estamos juntos los tres.— Me dice mi gran amor.
Entra mi prima Ale y se lleva a Alessandro, ella lo adora, Alejandro se lo había llevado y ella era quien lo cuidaba, yo lo planee todo para que pareciera un secuestro y alejarlo de Erick que durante mucho tiempo lo tuvo en su poder, yo solo lo veía de noche y si era amable con él.
Le comienzo a contar a mi amor que
estos años me rompí en pedazos y volví a unir, mis piezas, solo el recuerdo de él me mantuvo con fuerza.
En mi dolor y agonía un día me llegó un correo con información de que Alessio no era mi hermano, que todo había sido un plan de mis padres y Alexa para separarnos porque ellos lo veían aberrante.
Mis padres no se imaginan el gran dolor que me causaron y el gran daño, a raíz de eso tuve que irme con Erick, los primeros meses fueron tranquilos, pero cuando se enteró de que estaba embarazada se volvió loco, no me maltrataba, pero me trataba muy mal, me insultaba, me amenazaba con hacerle daño a alessio o a mi bebé fue algo muy feo para mí, yo siempre fui una niña muy dulce, muy alegre, a pesar de que me volví un poco rebelde después de que alessio se había ido del país, yo seguí haciendo risueña y dulce, pero esto que me pasó acabó conmigo.
Me volví fría, calculadora, sanguinaria y capaz de matar a quien sea con tal de salvar a los míos, a mis padres no les guardo rencor, pero sí siento feo que me hayan hecho tanto daño.
Alessio me mira y me abraza, me dice que olvide todo, que él me va a ayudar con su amor, a que vuelva a ser su niña, su pequeña, esa nena de la cual él se enamoró por su inocencia y por su ternura. Alessio me abrazó y empezamos a besarnos, quita mi camisa, empieza a dejar besos por todo mi cuerpo de una manera desesperada y salvaje.
Lo beso, lo toco, lo acaricio, cada embestida es fuerte, cada caricia es feroz, a pesar de que nos habíamos visto cuando me hacía pasar por Diosa, de igual manera siento como si este fuera el último día y de ahora en adelante lo viviremos así, como si fuera la última vez. En cada embestida Alessio me besa y me dice lo hermosa que soy, lo mucho que me ha extrañado y lo mucho que me ama, me da gracias por ese bebé que le di y me pide que grite su nombre, que me quiere oír decirlo. Yo hago lo que me pide, grito y gimo su nombre, los besos son apasionados, las caricias queman en nuestra piel por el deseo y le pido cada vez más.
Me toma por el cabello haciendo que gire quedando de espaldas entra y sale de mí ferozmente, besa mi espalda, aprieta mis glúteos me dice que me extraña, me dice que no lo dejes jamás, que solo lo amo a él, le digo que él es el único hombre al que amaré toda mi vida y las embestidas cada vez se hacen más fuertes, más rápidas, nuestra respiración es agitada, los sonidos que salen de nosotros retumban en la habitación, los besos no se hacen esperar, nuestros labios se funden y nuestras lenguas invaden la boca del otro como queriendo recorrer cada centímetro de ellas.
Un grito de ambos es la evidencia de que acabamos de llegar a nuestro punto máximo, caemos uno encima del otro sin moverme, solo sintiendo los besos de alessio sobre mi cara y varios, te amo mi princesa, deseaba tanto esto, anhelaba tanto, el estar así con mi amor con mi único y gran amor.
Después de una larga faena nos duchamos juntos y el baño es testigo de nuestro amor otra vez, de nuestro deseo, de nuestro tiempo sin estar juntos sabiendo el uno del otro, luego de estar completamente limpios, después de habernos ensuciado varias veces bajamos a donde se encuentran todos nuestros familiares y cada uno tiene una sonrisa ladina en el rostro. En otro momento me hubiese sonrojado, pero esta mía ya no tiene ese pudor de antes, Alessio me besa descaradamente delante de todos y les dice.
— mía y yo ya estamos casados, sé que algunos no lo sabían, pero ahora se los informo y la boda por la iglesia será lo más pronto posible.—
Todos nos miran sorprendidos, pero segundos después aplauden y le estiro las manos a mi pequeño para que venga a mis brazos.