En un mundo donde los Alphas están arriba de todo y los Omegas abajo, Aria Vance una trabajadora de un club exclusivo para Alphas dominantes, donde se ofrecen servicios para ayudarlos a liberar la carga de sus feromonas, siendo que todos los empleados de la servidumbre estrictamente son Betas, por lo cual ella tuvo que mentir en su sub genero para poder trabajar allí, escondida en la cocina como ayudante. Todo iba bien hasta que un día de trabajo una serie de eventos inesperados la pusieron frente a Liam Vidal, un Alpha dominante, que llevado por sus instintos se abalanza sobre ella. Después de allí comienzan a ocurrir sucesos que la obligan a correr lejos de la vida de aquel hombre, entre ellas es el hijo que ahora llevaba en su vientre.
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Capitulo 12. Algo drástico
Aria sintió como todo su cuerpo vibro al instante en que percibió las feromonas de aquel hombre, algo que no le había sucedido hacía mucho tiempo y que casi olvidada; el dominio de las feromonas del Alpha sobre los Omegas.
Involuntariamente su cuerpo comenzó a liberar feromonas, reaccionando a ese hombre, ¿Por qué estaba allí?, ¿Por qué ahora?, se sentía angustiada, no podía dejar que la viera, mucho menos que sintiera sus feromonas, así que, llevada por la desesperación, se le ocurrió una salida un tanto alocada y que quizás incomodaría a una tercera persona, pero no tenía más opción.
Gareth y Aria se encontraban tras la barra, rápidamente tomó la mano del hombre y lo obligo a correr con ella hacia el área de la cocina, donde se encontraba Amanda acomodando unas bandejas.
- Amanda, por favor atiende la barra un momento – le dice Aria apresurada sin soltar la mano de Gareth
- ¿Eh?, sí, sí, claro – le dice Amanda sin entender lo que sucedía, simplemente acatando la orden
Amanda Salió enseguida de la cocina, dejando a Gareth y Aria a solas
- ¿Elara?, ¿Qué sucede? – le dice Gareth confundido, mientras veía la cara de preocupación de Aria
- Gareth, esto es vergonzoso para mí – le dice apenada, mientras trataba a de controlar su cuerpo.
- ¿Qué sucede? – le dice Gareth preocupado tomando sus hombros
- Por favor, bésame – le dice viéndolo fijamente, su mirada era suplicante
- ¿Qué? – le dice sorprendido, no entendía el porqué de pronto Elara se comportaba de esa forma
- Por favor, por favor – le dice arrastrando su voz - necesito que impregnes con tus feromonas, por favor, te lo suplico – le dice rogante
Aunque ella no podía percibir las feromonas de Gareth, por lo menos la ayudarían a cubrir las suyas para poder pasar desapercibida ante ese hombre.
- Elara, pero – no sabía que hacer
- Te prometo que no sucederá nada, solo me estarías ayudando, por favor – le dice, la mirada de Aria mostraba dolor, se sentía agitada y su cuerpo estaba ardiendo
- No entiendo nada, pero está bien – le dice accediendo
En el momento en que Gareth toco la mejilla de Aria para acercase a ella y besarla, sintió como la mujer ardía en calor, su cuerpo temblaba en pequeños espasmos y parecía adolorida. Entonces entendió que, ella estaba en celo, pero si esa de esa forma, ¿Por qué no podía sentir sus feromonas?
En el instante de unir sus labios y comenzar a liberar sus feromonas para impregnarla, sintió el motivo por el cual no podía sentir las feromonas de aquella mujer, todo su cuerpo la rechazaba, le pedía a grito separarse de aquella Omega que ya había sido marcada por otro Alpha.
Pero a pesar de lo mal que la estaba pasando en aquel momento, él no se detuvo, porque sea cual fuera el motivo por el cual Elara le había hecho aquella petición, ya no podía dar marcha atrás, así que, soporto hasta que la mujer quedara impregnada con sus feromonas.
- ¿Ya? – le dice Aria al separarse
- Si, ya está – le dice Gareth sonriéndole, aunque todo su cuerpo se sentía agotado por haberse forzado – ya estas impregnada por mis feromonas – le dice en tono amable, sabiendo que, aunque aquella mujer tenía su aroma de pies a cabeza, ella no podía sentir ni pizca de ello.
- Muchas gracias – le dice mostrándose dócil y apenada – yo sé que te debo dar una explicación...
- No, tranquila – le dice Gareth, sabía que Elara tenía sus motivos para hacer tal petición, además tampoco quería forzarla a hablar sobre algo que tal vez sea personal y difícil – con que estés tranquila con mi ayuda, ya es más que suficiente – le dice sonriéndole
- Si, gracias – le dice Aria sonriéndole
Después, corrió hacia su escritorio y tomo la caja con sus supresores, la dosis recomendada era solo uno por día, pero dado que aquella era una emergencia y la última vez que tomó solo uno en presencia de ese hombre, su suerte no fue de las mejores, así que, contra las indicaciones decidió ingerir dos píldoras, sabiendo que más tarde pagaría las consecuencias de aquel acto apresurado.
Luego de sacarle la dirección de la pastelería a la mujer del equipo de producción que había comprado las donas, sin importarle en lo más mínimo el dejar tirada toda la entrevista y al equipo que ya estaba listo para comenzar a grabar. En ese momento por su mente solo rondaba un pensamiento, guiado por sus instintos y la ansiedad que le producía el encontrar a esa mujer, dejó todo atrás.
Por suerte el lugar no estaba lejos de donde se encontraba, solo debía caminar dos cuadras hasta llegar a la pastelería que se encontraba en la esquina.
Enseguida, al entrar en aquel lugar, pudo sentir claramente la esencia de aquella Omega, todo el sitio estaba levemente impregnado con su aroma. Obviamente mientras más se acercará a ella, el olor sería más fuerte, así que, guiado por su instinto comenzó a caminar buscando a la susodicha.
Al final, donde se encontraba el mostrador de la caja, allí era más fuerte, tras la barra, eso quería decir que, la mujer era trabajadora de ese lugar.
- Buenas tardes, ¿en qué podemos ayudarlo? – le dice una mujer sonriéndole de forma amable
Liam no le respondió siquiera, solo siguió guiándose por el aroma, la mujer que le había hablado no era la que él estaba buscando, al parecer era una simple beta.
- Quiero hablar con las Omegas que trabajen aquí – le dice a la mujer de forma imponente
- ¿Qué? – le dice la mujer confundida ante la repentina petición del cliente
- ¿Eres sorda? – le dice con prepotencia – te dije, que buscaras a todas las Omegas que trabajan en este lugar, ¡Ahora! – le dice imponiéndose
- ¿Omegas?, disculpe señor, pero no lo entiendo, ¿Quién es usted? – le dice Amanda angustiándose, no sabía cómo actuar o que decir, mucho menos con que intenciones ese hombre realizaba dicha petición
- Insolente, más te vale hacer lo que te digo y dejar las ridículas preguntas – le dice amenazante – así que cállate y has lo que te digo – le dice en tono fuerte
- Le agradecería, que no amenaza a mi personal – le dice Aria en tono serio y firme, saliendo del área de la cocina, acompañada por Gareth
por cierto espero no me salgan con groserías por opinar así. debemos respetar las opiniones de cada comentarios sin necesidad de ofender porque pensemos distinto. considero que no le estoy faltado el respeto a la escritora solo porque haigas cosas que no me gusten.