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Un Asunto De Estado Y Estilo

Un Asunto De Estado Y Estilo

Status: En proceso
Genre:Romance / Comedia / Amor prohibido / Cambio de Imagen / Polos opuestos enfrentados
Popularitas:6k
Nilai: 5
nombre de autor: @ngel@zul

Alejandro es un político cuya carrera va en ascenso, candidato a gobernador. Guapo, sexi, y también bastante recto y malhumorado.
Charlotte, la joven asistente de un afamado estilista, es auténtica, hermosa y sin pelos en la lengua.
Sus caminos se cruzaran por casualidad, y a partir de ese momento nada volverá a ser igual en sus vidas.

NovelToon tiene autorización de @ngel@zul para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

El rumor más tonto del mes

Capítulo 5: El rumor más tonto del mes

El secador rugía en el fondo del salón, las tijeras tintineaban como campanas de fondo, y el aroma del café recién hecho se mezclaba con el del spray fijador. Era una mañana como cualquier otra… salvo por el hecho de que Charlotte Rossi no podía dejar de pensar en una cena que, oficialmente, “no había sido una cita”.

—¿En qué mundo una cena con un político termina con los dos empapados bajo la lluvia? —murmuró mientras alisaba el cabello de una clienta.

—¿Qué dijiste, Charlie? —preguntó Franco, levantando la vista desde la caja. El "gran jefe" estaba de regreso después de un par de días de descanso con Josh, su pareja.

—Nada. Que necesito vacaciones.

Franco, un hombre de cuarenta años,carismático, mordaz y con un humor tan afilado como sus tijeras. Capaz de dominar el arte de decir verdades incómodas con una sonrisa, además de tener la paciencia de un santo, la observó un segundo. Sabía cuándo algo le daba vueltas en la cabeza.

—¿Tiene que ver con el señor traje perfecto?

Charlie soltó un resoplido.

—¿Alejandro Montalbán? Nop. —respondió ella mientras seguía ocupándose de la cabellera de su clienta de turno —Y no vino “a buscarme”, vino a ofrecerme trabajo.

—¿Trabajo? ¿De qué tipo? —preguntó Franco, fingiendo inocencia mientras servía café para ambos.

—De imagen. Quiere que me encargue de su campaña. Dice que su jefa de campaña le dijo que necesita una persona “fresca y auténtica”dentro de su equipo.

Traducción: alguien que no le tema a decirle que sonríe como si lo estuvieran apretando con una llave inglesa.

Franco rió tan fuerte que un par de clientas giraron a mirarlo.

—Bueno, si hay alguien capaz de hacer sonreír a un político sin que parezca que lo torturan, esas eres tú, cariño. ¿Y qué le dijiste?

—Nada.

—¿Cómo nada? ¿No me digas que no vas a aceptar?

—No estoy segura, Bruno. —Charlie tomó la taza que él le ofrecía, porque cómo todo buen chismoso mientras la interrogaba había hecho café, con toda la intención de no perder nada del chisme. Le resultaba extraño que Alejandro a quien conocía desde hacía años, estuviera dispuesto a integrar a una joven cómo ella al equipo—. Me gusta estar aquí. Esto es mío. No sé si quiero meterme en ese circo de asesores, flashes y mentiras con corbata.

Franco apoyó los codos en el mostrador, y pudo esa cara que todos le conocían cuando iba a hablar en serio.

—Escuchame, Charlie. No siempre aparecen oportunidades así. Tú tienes algo que no se aprende: carácter. Y te diré que si bien Alejandro es mi amigo, no hay dudas de que necesita que alguien le pinche el globo de vez en cuando.

Ella lo miró por encima de la taza.

—¿Estás diciéndome que lo acepte?

—Te estoy diciendo que lo intentes. Si no te gusta, regresas. Este lugar va a seguir siendo tu casa.

Charlie sonrió.

—¿Y si me convierto en una diva política insoportable?

—Entonces te cobro doble cuando regreses.

Ambos rieron.

Esa tarde, mientras el sol se colaba por los ventanales del salón, Charlotte marcó el número de Alejandro.

—Montalbán al habla —respondió él, con esa voz grave similar a la de un locutor que hizo que a Charlie se le erizara la piel.

— Aquí Rossi. —respondió ella imitando la acción del político.

Después hubo un silencio breve.

—¿Ya tomó una decisión, señorita Rossi?

—Sí. Acepto el trabajo. —dijo ella —Pero solo porque mi jefe me amenazó con echarme si no lo hacía.

Escuchó una risa contenida al otro lado.

—Supongo que tendré que agradecerle a su jefe, entonces.

—Hágalo. Es fan del café caro y los buenos vinos.

—Lo sé. Bienvenida al equipo, señorita Rossi. Nos vemos mañana a las nueve en el centro de campaña.

El día siguiente amaneció gris, con ese tipo de luz que vuelve todo más confuso. Charlotte llegó al edificio media hora antes de la cita, vestida con un pantalón beige y una blusa blanca que había planchado tres veces para asegurarse de no parecer “la peluquera improvisada” que creía ser.

No esperaba, sin embargo, la multitud frente al edificio.

Micrófonos, flashes, cámaras. Periodistas que se abalanzaron apenas la vieron salir del taxi.

—¡Señorita Rossi! —gritó uno de ellos mientras los demás se le acercaban estrepitosamente —¿Puede confirmar que mantiene una relación con el candidato a gobernador?

—¿Desde cuándo se conocen? —indagó otro.

—¿Es cierto que cenaron juntos y luego fueron vistos abrazados bajo la lluvia? —preguntó alguien más.

—¿Fue una cita o una reunión de trabajo? —insistió el primero.

Ella parpadeó, completamente desconcertada.

—¿Qué? No, yo... No tengo idea de qué están hablando. —replicó la muchacha intentando abrirse paso.

Pero los periodistas seguían bombardeando con preguntas, y empujándola hacia atrás impidiéndole avanzar. Uno de ellos le puso el micrófono casi en la cara.

—¿Entonces niega la relación con el futuro gobernador? —la sonsacó.

Charlotte abrió la boca para responder, pero entonces escuchó el sonido de un motor frenando en seco. Un auto oscuro se detuvo junto a la acera. La puerta se abrió y Alejandro Montalbán bajó con expresión seria.

Los flashes se intensificaron.

—Buenos días —dijo, caminando directamente hacia ellos. Su tono era firme, controlado, el de un hombre que no necesitaba gritar para imponer respeto, y antes de que cualquiera osará a decir algo continuó —. Quiero dejar algo claro: la señorita Rossi es parte de mi equipo de campaña. Nada más. Les agradecería que respeten su trabajo y su privacidad.

Hubo un murmullo, algunas cámaras siguieron disparando, pero la multitud comenzó a dispersarse lentamente ante su presencia.

Alejandro le hizo un gesto a Charlie.

—Venga.

Ella lo siguió, todavía aturdida. Entraron juntos al edificio, subieron las escaleras hasta el ascensor y, cuando las puertas se cerraron, el silencio cayó como un telón.

Charlie cruzó los brazos.

—¿Qué demonios fue eso?

—Prensa. —Alejandro pulsó el botón del piso ocho—. Y rumores. Una combinación letal.

—Pero ¿por qué decían que estábamos en una relación?

Él no respondió enseguida. Sacó su móvil del bolsillo, abrió un par de pestañas y se lo extendió.

Ella miró la pantalla. Había titulares de portales de noticias y revistas digitales:

“Alejandro Montalbán, el político más reservado de Roma, sorprendido con misteriosa mujer en restaurante.”

“Romance bajo la lluvia: ¿quién es Charlotte Rossi, la nueva conquista del futuro gobernador?”

“El gesto tierno de Alejandro Montalbán: cubre con su saco a su acompañante durante un aguacero.”

"El buen gusto del futuro gobernador"

Las fotos hablaban por sí solas: ellos cenando, riendo, y la más comprometida, la de él poniéndole el saco sobre los hombros mientras ambos reían bajo la lluvia.

Charlie lo miró, perpleja unos segundos. Y luego, simplemente, estalló en una carcajada.

—¿Esto va en serio? —logró decir entre risas—. ¡Es el rumor más tonto del mes!

Alejandro arqueó una ceja.

—¿Le parece gracioso?

—¡Claro que sí! ¡Mírenos! —Señaló la pantalla—. Si esto es una historia de amor, los paparazzi deberían jubilarse. Usted parece más preocupado por el tráfico que por mí.

Él suspiró, intentando mantener la compostura.

—A la prensa no le interesa la verdad, sino la imagen. Y ahora mismo, la imagen dice que yo...

—...que usted se enamoró de su nueva asesora de imagen —completó ella, todavía divertida—. Qué irónico, ¿no?

Alejandro la observó unos segundos, sin saber si reír o pedirle que se lo tomara en serio.

—Esto puede ser un problema, Charlotte.

—Tranquilo, señor Montalbán. Si lo peor que dicen de usted es que tiene buen gusto, no está tan mal.

El ascensor se detuvo. Antes de que las puertas se abrieran, ella se giró hacia él con una media sonrisa.

—Pero por si acaso, la próxima vez que llueva… mantenga su saco lejos de mí. No quiero volver a salir en los titulares.

Él la miró, y por primera vez desde que la conocía, no supo qué responder. Solo alcanzó a murmurar:

—Anotado.

Las puertas se abrieron, y ella salió primera, con esa mezcla de desenfado y elegancia que parecía imposible de ensayar. Alejandro la siguió, intentando entender por qué esa risa suya —ligera, insolente— lo había dejado completamente descolocado.

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Suleima Dominguez Guzman
gracias Angeluz un súper capítulo
Mine Romero
Excelente novela 👏👏, me encanta, por favor nos puedes regalar más capítulos, muchas gracias
Marshaan Sanchez: por favor ya una pequeña tregua y que muestre un pequeño avance de acercamiento entre ellos un 💋 por muero de ganas leer un capítulo entero de pasiot😜🥰🤭
total 1 replies
Suleima Dominguez Guzman
gracias angeluz por cada capítulo cada día es más interesante me encanta tu novela
Suleima Dominguez Guzman
excelente novela súper recomendada
Suleima Dominguez Guzman
gracias angeluz por cada capítulo excelente novela me encanta lo engancha de una te felicito
Suleima Dominguez Guzman
felicitaciones autora muy linda tu novela me encanta cada capítulo es única
Suleima Dominguez Guzman
gracias autora por cada capítulo excelente novela
Mine Romero
Muchas gracias por actualizar y regalarnos tú enorme talento 👏👏😊😊
Marshaan Sanchez
está novela para mí me tiene de emoción en emoción y deseando que la imaginación de la escrictora haga su magia por favor ya no más me tiene de muerte lenta
Carmen Palencia
más capitulos por favor que está novela está súper emocionante
Nairobis Cardozo Portillo
🤭🤭🤭🤭
Nairobis Cardozo Portillo
Celos celos 😍😍
Nairobis Cardozo Portillo
❤️❤️❤️
Carmen Palencia
gracias por actualizar me encanta esta novela
Marshaan Sanchez
sin duda está novela tiene todo los elementos que le dan al lector todo los matices para vivir como propia cada momento que viven los personajes y anhelos de cuando ellos tenga un roce que encienda lo que se espera magia polémica me tiene cautiva en tu novela mi querida escritora 🥰
Sorany Quintero Bernal
🥰 No lo quiere aceptar pero ya se enamoró de ella pero puede más su orgullo y la arrogancia que aceptar que le gusta ella que está enamorado hasta los huesos me gusta mucho esta novela cada capítulo que leo me meto más en ella
Mine Romero
Muchas gracias por actualizar. excelente novela me encanta, por favor nos puedes regalar más capítulos 😊😊👏👏
Nairobis Cardozo Portillo
Alejandro Charlie te gusta admitelo 😍❤️😍
Nairobis Cardozo Portillo
❤️❤️😍😍❤️
Mine Romero
Excelente novela me encanta muchas gracias por actualizar 👏👏por favor nos puedes regalar más capítulos
Marshaan Sanchez: de cuerdo y mucho mas👏para ella en cada capítulo no deja ver y leer el talento que tiene son novelas que no quiere dejar de leer y espera un gran final jajajaja a hasta con hijos 😜🤭😂
total 1 replies
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