Queda huérfana y tiene que cuidar de sus hermanos, así que con sólo 15 años se casa con un hombre ciego y malhumorado.
NovelToon tiene autorización de Regina Cruz C. para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo 21
Cecilia nota que Bruce cambió la expresión de su rostro con la actitud de Camila. Ella no lo quiere ver triste, intenta consolarlo.
— Hijo...
— No me digas nada. Se lo que intentas hacer. — El entra a la casa también.
...
Luis va por el camino muy enojado.
— ¿Qué hiciste desgraciado? No te vas a salir con la tuya. — Luis está convencido de que toda la culpa es de Bruce. O tal vez su madre. Ya que siempre está del lado de el. — Voy a descubrirlos. — Asegura a si mismo. Pues no está tranquilo sabiendo que Camila y Bruce de nuevo están bajo el mismo techo. El llega a su departamento y de inmediato busca su diario. Necesita desahogarse.
....
Franco está en su habitación terminando de leer el diario de Luis, el tomó fotografías a todas las páginas, sabía que su hermana o Luis en algún momento lo descubrirían. Para su fortuna fue Camila.
— Franco es hora de cenar. — Le dice su hermano Oscar que va entrando a la habitación.
— Ya voy. — Responde Franco y apaga su teléfono.
...
Días después Camila recuerda que hoy sería el aniversario 22 de sus padres. En esa fecha hacían una fiesta donde los seis convivían felices.
— ¿En qué piensas hermana. — Sus tres motivos de felicidad la abrazan. Ella no quiere arruinarles el día, así que saca otro tema.
— Ya quiero ser mayor de edad.
— ¿Por qué? — Pregunta Oscar.
— Para ser feliz..
— ¿No eres feliz?
— No de la manera que me gustaría.
— Cami, eres mi persona favorita. Y te amo mucho. ¿Ahora sí estás feliz? — Pregunta Alberto.
— También eres mi persona favorita. Te amo hermana. — Oscar repite las palabras de Alberto.
— ¿Y tú no me piensas decir nada? — Camila mira con desaprobación a Franco.
— Siempre cuidaré de ti. Y si alguien se mete contigo lo haré sufrir.
— Es una forma muy original de decir te amo. — Camila se ríe.
— Tu sabes que si.
— ¿Si qué?
— Eso.. Tu sabes... — A Franco le da pena decirle te amo. Camila lo entiende y sólo lo abraza.
— También los quiero pequeños chivos locos.
...
Bruce sabe que hoy es un día especial para Camila, pero no sabe que hacer. En su cumpleaños no le dió nada, y no sabe si debería invitarla a celebrar ahora, o si debería darle un regalo..El se acuerda de lo que hizo con el regalo que ella le dió antes. Teme que Camila haga lo mismo si el le da algo.
— Tal vez deba comprar algo que no se rompa. — Piensa temeroso.
....
En la tarde noche Camila ve un regalo en su habitación. Ella lo abre y ve que es un celular. El que tenía se descompuso hace unas semanas, y planeaba comprar otro con su dinero, pero tuvo que comprar una computadora y ya no quiso gastar en el celular.
— Espero que no sea un regalo de Bruce. — Dice ella en voz alta, ya que no quiere nada que venga de el. Revisa si hay alguna nota pero no ve nada. Ella baja a preguntar a los empleados si saben quién le compró eso. Ellos responden que no tienen idea.
Camila está indecisa. Quiere el celular y a la vez no. Franco le dice que no importa de quién venga, que debería aceptarlo. Camila no opina lo mismo, ellos puede aceptar cualquier cosa por ser hijos adoptivos. Pero ella no está en la misma situación, ella es la esposa por obligación.
— Señora le llegó ésto. — Avisa una empleada. Camila abre la nota, es de Nelson, un compañero de la preparatoria.
"Hola Camila, se que es una fecha importante. No quería que estuvieras triste" Camila abre la caja, dentro hay una bufanda y un perfume. Ella se lo pone en la muñeca, el olor es muy rico.
— ¿Cómo supo el que yo vivo aquí? — Se cuestiona después de leer la nota una vez más.
— ¿Piensas aceptar ese regalo? — Franco le da una mirada de reproche. — ¿Quién te lo mandó? — Pregunta el muy enojado.
— Pareces mi novio y no mi hermano.
— Yo tengo que cuidarte de esos hombres malos.
"Vivo con el más malo y no estuviste para cuidarme" piensa Camila algo triste.
— Es un compañero de la preparatoria.
— ¿Y por qué te mando un regalo?
— ¿Y yo que se?
— Seguro a ese tonto le gustas.
— ¿Dices que un hombre solo te da un regalo por qué le gustas?
— ¿Y por qué más?
— Eres muy desconfiado para tu edad.
— Y tú muy ingenua.
— Ayudé a Nelson con un trabajo de matemáticas, supongo que está es su forma de agradecer.
— Ya no lo ayudes. No me cae bien ese tal Nelson.
— Ni siquiera lo conoces.
— Eso no importa. No aceptes el regalo. Debes regresarlo mañana.
— Enserio pareces mi novio. Apuesto a que papá no se pondría así.
— Papá dijo que yo debía cuidarte. Y eso hago. Mañana regresas eso.
— Mañana es domingo.
— Lunes entonces. Pero devuelve eso. — Camila niega con la cabeza, no puede creer que un ser tan pequeño le diga que hacer. Ella está por subir a su habitación cuándo se tropieza con su esposo. El observa sus manos y ve el perfume.
— ¿Quién te mandó eso? — Pregunta tranquilo, pero ciertamente está molesto.
— No te importa. — Responde ella de mala gana y se va. En su habitación se prueba la bufanda, le gusta mucho. — Tal vez debería conservarla. — Dice con alegría, luego ve el celular y entra en un dilema. — ¿Debería aceptarlo? — Ella lo deja sobre el buró, mañana decidirá que hacer.
...
Minutos después Bruce va a la habitación de Camila y la ve dormida sobre su mesa. El la lleva a la cama y Camila se despierta.
— ¿A dónde me llevas? — Se asusta he intenta bajar de los brazos de el.
— A la cama. Para que descanses.
— Yo puedo ir sola. Bájame. — Le ordena a el y Bruce obedece.
— No quiero te vuelvas a meter a mi habitación.
— Es hora de cenar. Por eso vine...
— Cuándo sea esa hora que venga una de tus empleadas. A ti no te quiero aquí.
— No tengas miedo, siempre que venga tomaré mis medicamentos. Nada malo te va pasar. Te lo prometo. — El intenta acercarse y ella camina para atrás.
— Ya vete. — Pide ella un poco más tranquila.
— ¿Ya no me quieres ni un poquito verdad? — Pregunta Bruce disimulando su tristeza.
— Tu nunca quisiste mi cariño. ¿Por qué te preocupas ahora?
— Por qué yo si te quiero. — El de nuevo camina hacia ella. — Y quiero que seas feliz.
— Hacerme feliz es muy fácil. Lo único que tienes que hacer es divorciarte de mi. Tú siempre quisiste eso. Ahora lo queremos ambos. ¿Por qué esperamos?
— Yo no lo quiero.
— Tú de verdad buscas que te odie. Ya lo lograste. ¿Cuánto más debo odiarte para que me dejes en paz?
— No quiero que me odies.
— No soy tu marioneta. No me puedes decir que te odié y después que no lo ha... — Ella está hablando cuándo los labios de Bruce se pegan a los de ella. Camila intenta apartarlo pero su fuerza no parece suficiente. Ella entonces deja que el la besé hasta que se cansa.
— No eres mi marioneta. Eres la mujer que amó. — Confiesa Bruce y Camila se queda perpleja.