La Venganza De Diana

Después de quedar totalmente sola, en esta enorme habitación, un sentimiento de vacío se apoderó de mi corazón como de mi mente, me sentía tan sola que no podía saber por qué esté sentimiento se apoderó de mí ser.

Quería tener a mi hijo entre mis brazos, conocer su carita, saber si se parece a mí, o al desgraciado de Marcelo...

Sé que mi bebé, no tiene la culpa de todo el daño que el bastardo de Marcelo me ha hecho, y que si se pareciera a él, sería algo, que no me debe de importar... Es mi hijo, y como madre, debo dejar al lado, el odio que siento por Marcelo, y amar intensamente a mi bebé, aunque se parezca a Marcelo...

Solamente, cerrando los ojos, me puedo imaginar, la carita, de mi bebé; sus manitas, y su llanto, ese llanto, que no puedo borrar de mi mente...

De nuevo me dejé caer mi cuerpo hacia atrás, colocando mi cabeza encima de la almohada de plumas, que era muy suave...

Era la mejor almohada que he tenido en meses, podía quedarme por mucho tiempo aquí acostada... Pero ¡No!..

No, puedo quedarme acostada, debo planear algo rápido, para vengarme de la perra de Zulema y del desgraciado bastardo de Marcelo.

Ellos dos tienen que pagar muy caro todo el daño que me hicieron, todos los meses que me tenían encerrada en esa maldita villa... Cada una de las humillaciones que viví, a su lado... Quiero que sufran mil veces más que yo.

Zulema va a tener que pagar con lágrimas de sangre, por haber robado a mi hijo de mis brazos y haberme mandado matar.

Quiero ver a esa maldita arrastrándose de dolor, cuando le quité a mi hijo de sus brazos... Quiero, ver la cara de Marcelo, cuando se entere de que Zulema nunca estuvo embarazada y que me robó a mi hijo, para hacérselo pasar como de ella...

__ ¡SOY DIANA!...

La mujer que estuvo que matar a la niña inocente que se enamoró de un hijo de puta. Que solamente la destrozo, sin importarle cuanto lo amaba... Ahora soy una nueva versión, la mujer que hará que se pudran en el infierno...

Mientras tenía los ojos cerrados, escuche que abrieron la puerta de la habitación, los abrí de inmediato, pensando que era de nuevo César...

Al ver a la persona, que acaba de entrar a la habitación, me relaje, no era César. Era una de las empleadas de la mansión, era una mujer mayor, su cabello era totalmente blanco, cuerpo adorable. Tenía toda la apariencia de una abuelita dulce...

__ Disculpe, intenté entrar lo más discretamente, pensé que estaba durmiendo... _ Me dice, deteniéndose a la mitad de la habitación.

__ ¿A qué has venido?... _ Le pregunté con desconfianza, no sé en quién confiar.

Es mejor que esté alerta a cualquier cosa, para evitar salir lastimado. No puedo confiar en César, él es el hermano de Marcelo, y puede ser igual o peor que él, y solamente, me puede estar utilizando, para su beneficio...

__ El señor, César. Me ha enviado a dejar algunos vestidos, para que usted pueda usar en cuando se recupere... _ Me responde.

La empleada caminó hasta el closet, que estaba al otro extremo de la habitación, todo en esta mansión era muy extraño. Era algo, que me comience a molestar demasiado...

Al ver que la mujer acaba de terminar de arreglar todos los vestidos, que atraído, y comienza a caminar a la salida, enderece mi espalda...

__ ¿Cuál es tu nombre?..._ Le pregunté en un tono frío...

__ Mi nombre es Socorro, y de ahora en adelante seré quién le esté sirviendo... Cualquier cosa que necesite, me la puede pedir, en minutos la va a tener en sus manos. Si algún vestido no es de su agrado, solamente dígame y yo lo cambiaré por el que usted desee... _ Me responde, bajando la cabeza...

__ No es necesario que baje la cabeza delante de mí, si usted será quién me sirva de ahora en adelante, espero, que pueda llevarme bien con usted...

Con la mirada llena de confusión, al escuchar mis palabras, Socorro levantó la mirada... Una leve sonrisa se dibujó en sus labios, al parecer, me tenía un concepto que no era…

__ Señora, usted no es cualquier mujer, es alguien muy importante, para el señor Wlop._ Mencionó Socorro, en voz baja...

__ Sí, soy su objetó principal para vengarse de Marcelo, me imaginó...

__ No es así, usted es una mujer muy importante, para él. Tanto así, que todos estos días que ha estado durmiendo, él ha estado a su lado, cuidando de usted... Mandó traer a Carlota, solamente para qué le ayudará a despertar lo antes posible...

Me sorprendió mucho, todo lo que Socorro me está diciendo. ¿Por qué? Sería una mujer muy valiosa en la vida de César, no lo puedo entender. ¿Desde cuándo César, me conoce?... Cuánto tiempo lleva investigando mi vida, cómo para haberme convertido en alguien importante para él...

__ Puedes dejarme a solas, necesito asimilar todo lo que me está pasando...

__ Claro, señora... Si necesita algo, solo marque el 01, y enseguida estaré aquí... _ Termina por decir Socorro, para después salir de la habitación...

No tenía sueño, solamente quería caminar, para desentumir mis músculos... Me agarré de la cabecera de la cama e hice el intentar levantarme de la cama.

Mis piernas temblaban violentamente, no me podía mantener de pie por más de un minuto...

Agarré con muchas fuerza, el filo de la cama, para no caer... Necesitaba tomar un poco de aire, quiero despejar mi mente, todo lo que está pasando me tiene realmente confundida, intentó encontrar una respuesta, para cada una de las preguntas que me están atormentando.

Lamentablemente, no logró encontrar ni una sola respuesta, todas las respuestas las tiene César, y debo recuperarme lo antes posible, para poder enfrentarme a él, y poder planear la venganza en contra de Zulema y de Marcelo...

Necesito recuperar a mi hijo, lo antes posible, quiero ver a mis padres, los extraño demasiado, ya que no sé, que fue lo que Marcelo les ha inventado para justificar mi desaparición...

Mis padres me aman con toda sus fuerzas, no me quiero imaginar en infierno que será para ellas, cuando se enteren se la verdad...

Lentamente, fui caminando hacia la ventana, que estaba a una distancia considerable de donde estaba yo...

Al llegar a la ventana, coloqué mi mano en la manija, enseguida abrí la ventana y el aire fresco golpeó mi rostro.

Se sentía realmente hermoso, volver a sentir de nuevo la brisa de una mañana golpeando ligeramente mi cara.

Mi cabello voló con el viento; era lo más lindo que me a pasado en meses... Al bajar la mirada al jardín, miré a César hablando con Carlota.

Carlota intentaba agarrar la mano de César, era como si ella, le estuviera pidiendo perdón o algo parecido a eso.

El rostro de César, estaba serio, sin ninguna emoción. Después el solamente, pasó a un lado, de Carlota y se fue...