No Se Si Es Amor

Narra Isabel

Llegamos a un club nocturno, al parecer bastante exclusivo, afuera había una larga cola para entrar, pero nosotros entramos sin siquiera mirar a los lados, el lugar estaba lleno de gente, había luces de colores, por un lado, mujeres bailando y haciendo coreografías por otro, el lugar era todo un espectáculo.

Yo me sentía bastante incomoda con ese vestido, a cada rato me los estaba bajando porque sentía como que se subía y mostraba toda mi parte trasera.

-Si vuelves a tocarte el vestido te juro que regresamos al hotel y yo mismo te lo voy a quitar, pero no respondo de lo que suceda después – me quedé fría ante esas palabras por lo que evité volver a tocar mi vestido

Nos hicieron pasar al área VIP donde estaban otros hombres y había algunas mujeres, debo mencionar que algunos estaban acompañados de una chica, otros de dos, Antón los saludó y me los presentó, aunque en este momento no recuerdo el nombre de ninguno.

Nos sirvieron unos tragos sin siquiera pedirlos, nos sentamos y de una vez puso su mano sobre mi muslo, vi su mano y solo sonreí, debía seguir con el trato y mientras me tocaba me imaginaba en la playa tomando el sol.

Una de las chicas me buscó conversación y le seguí la corriente, hablaba de tintes, de uñas, de ropa de marca y yo tenía mucho conocimiento acerca del tema por mi amiga Mary quien es esclava de la moda y siempre está pendiente de las últimas tendencias en todo y cuando vio mi teléfono que era de ultima generación comenzó a alabarme y a mostrárselos a todos como si tuviera en él la cura para el cáncer.

Las otras chicas comenzaron a prestarme atención y en ese momento los hombres comenzaron a hablar de negocios, me sentía como un animal de zoológico al que todos quieren ver, pero debía sonreír y seguir el juego.

No supe en que momento Antón se fue a bailar con una de las chicas que estaban allí, solo me di cuenta cuando unos de los hombres se me acercó, su aliento olía terriblemente a wiskhy y comenzaba a arrastrar las palabras.

-Se nota que eres una chica a la que le gustan las cosas buenas, así que aquí estoy yo para ofrecerte lo mejor – le sonreía, pero quería salir corriendo

-Claro que me gustan las cosas buenas por eso vino con ese rubio tan atractivo, tiene una gran billetera y muchas cosas costosas que ofrecerme – quería quitármelo de encima y esperaba que con lo que le dije se fuera

-Yo también tengo muchas cosas que ofrecerte ya que soy el dueño de este club y tengo mucho dinero, podría decirse que más que mi gran amigo Antón – voltee y comencé a ver como todos comenzaban a irse a la pista, yo tomé un trago y le di uno a él

-Creía que el rubio era el dueño, se la pasó todo el camino hablando de este lugar – dije con una risita

-El es solo un pequeño accionista de este lugar, además yo soy el que saca las cuentas y el que obviamente se queda con la tajada más grande, quédate conmigo y no te faltará nada, ese telefonito que tienes no será nada con lo que te puedo ofrecer – así que este es el que se encarga de sacar el dinero del club

-¿Y como se que lo tuyo no solo ofrecimientos? Yo no me fio de los hombres guapos y con dinero, siempre huyen después de que consiguen lo que quieren – toma esto, cóbralo y después vienes a verme

Me dio un cheque con una gran cantidad, lo que mas me llamó la atención es que el cheque era de la cuenta del club, así que le regalé mi mejor sonrisa y le di otro trago para sacarlo a bailar, estaba tan ebrio que casi se cae y cuando llegamos a la pista estaba Antón con una rubia oxigenada.

Todo iba bien hasta que ese hombre me colocó una mano en una nalga y Antón lo vio, sus ojos estaban rojos de la rabia y me tomó de una mano para llevarme al área VIP.

-¿Por qué ese imbécil te está tocando – no puedo creer que me está gritando, pero el como que no sabe que yo también se gritar

-Porque el imbécil con el que vine me dejó botada por irse con una rubia oxigenada, si tu no disfrutas esto entonces lo disfrutará otro – no se dé donde me habían salido esas palabras, pero la respuesta de Antón fue darme un beso que me dejó paralizada. se sentó en uno de los muebles y me sentó encima de él.

-De aquí no te mueves en toda la noche sin mi –

-Ni tu sin mí, además te tengo noticias – le dije al oído y cualquier que nos viera pensaría que estábamos en pleno romance, sus manos estaban encima de mis piernas y yo le hablaba al oído

Nos trajeron otros tragos y luego otros, no se cuánto tomé, pero me sentía desinhibida, hasta baile con Antón cosa que no suelo hacer.

A la mañana siguiente tengo un terrible dolor de cabeza, me despierto y no sé dónde estoy, siento un brazo encima de mi ¿Qué hice anoche? me parece recordar algunos besos con Antón y hasta unas caricias, una música suave y mis recuerdos se desvanecen, solo recuerdo pequeños detalles.

Reviso mi ropa y solo tengo una franela puesta, por lo grande que es supongo que es de él y tengo ropa interior, no creo que haya hecho una estupidez, por favor que no haya hecho una estupidez con mi jefe, como lo voy a a ver a la cara desde ahora.

Diosito si no hice ninguna estupidez anoche, de verdad que dejo de beber, cada vez que tomo algo sucede y no puedo seguir así, no con este hombre que a las primeras de cambio me va a dejar por la primera que se le atraviese, por favor.