Fénix es una Joven de 21 años que vive una vida difícil con su padre- El padre la obliga a casarse con el nieto mujeriego de Thomas Anderson, el joven CEO Joshua Anderson, para evitar la banca rota.
Esta es la historia de un Matrimonio Forzado. Fénix y Joshua compartirán algo mas que un acta de matrimonio.
-Amor, secretos, dolor y engaños te harán ser parte de una historia única.
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¿Celebramos?
La pareja subió a la blanca limosina y el silencio inundo el espacio Joshua observo detenidamente a Fénix que solo veía el cristal como si él no existiera, rodo los ojos molestos por su indiferencia y se dispuso a jugar con el celular.
Luego de varios minutos de recorrido, el vehículo se detuvo frente al Hotel Mandarín Oriental que ofrece una de las mejores vistas de Manhattan.
Él volteo a ver Fénix nuevamente y este suspiro sin percatarse de la molestia que aquel acto ocasiono en su esposo.
-Feliz – soltó con sarcasmo mostrando una amplia sonrisa
-Tanto como tú- afirmo la pelirroja que lo vio a los ojos y curvo sus labios
Por un segundo él se perdió en aquel perfecto rostro y aunque todo su cuerpo se moría por aquel sentimiento de protección su instinto de supervivencia se lo impidió.
-Solo compórtate como una dama, haz el mejor papel de esposa enamorada ok- hablo tan cruelmente como le era posible
-Como digas- afirmo resignada
La puerta se abrió, Joshua fue quien descendió primero para luego extender su mano y ayudar a su esposa.
Caminaron hasta el salón de fiestas donde dos personas vestidas de negro abrieron las grandes puertas, para permitirle la entrada.
Se oyó de fondo a la orquesta mientras los invitados se ponían de pie aplaudiendo a la radiante pareja.
-Sonríe- susurro Joshua cerca del oído de Fenix, al verla perdida en la nada. Ella asintió y mostro su perlada sonrisa dejando a más de uno idiotizado incluyendo a su esposo
Se dirigieron hasta la mesa principal y él como todo un caballero retiro la silla para que se sentará, luego se ubicó junto, bajo la atenta mirada del patriarca ubicado unas mesas a la derecha.
El salón estaba plagado de arreglos florales blancos con cristalería y las mesas cubiertas de manteles color bordo con detalles en dorado.
Fénix observo todo con asombro, como un niño que salía al mundo por primera vez, esta era su boda y solo fue invitada a ella.
La voz profunda muy cerca; la saco de aquellos pensamientos,
-No creas que esto será así siempre, solo lo hago por mi abuelo- afirmo Joshua sin verla mientras saluda a los invitados a la distancia. Estaba decidido a no darle un respiro con tal de que ella se cansara y pidiera el divorcio
-Lo tengo claro- respondió tomando la copa de agua frente a ella, sin poder controlar el temblor en su mano. Se encontraba sola, rodeada de tantas personas que parecían despreciarla solo por quien era.
Él no aguanto más y se acercó amenazante
-¿Que mierda te sucede?, tu querías esto, deja ese papel de mujer sufrida, no te tengo lastima- escupió con despreció viéndola a los ojos, ella quiso replicar con sus ojos cristalizados pero…
-Felicidades- una voz masculina tan conocida como odiada por Joshua los interrumpió
-Tío – Vio aquel hombre de arriba abajo arrogante
Martin llevaba un esmoquin negro, y una copa en su mano derecha mostrando aquel rostro de pocos amigos que era exclusiva para su sobrino.
-Quería saludar a la nueva intégrate de la familia Anderson- Martin la detallo con una mirada lasciva y Fénix solo pudo sentir asco
-Un gusto Martin Anderson- extendió mano y ella con duda repitió el gesto arrepintiéndose en el momento que sintió los labios babosos sobre el dorso-
-Fénix- Marie apareció detrás con su dulce sonrisa
-Tía- la pelirroja se zafo del agarre y rodeo la mesa para abrazar aquella mujer, ambos caballeros la vieron sorprendidos
-Estas preciosa cariño- la mujer acarició con ternura el rostro de Fénix y esta se dejó feliz
-Tía ¿Cómo estás? - Joshua la abrazo con ternura, amaba a esa mujer como si fuera su madre, solo lamentaba que estuviera casada con el cerdo de su tío y que su hijo fuera un sin vergüenza
-Josh te ves hermoso, hacen una pareja precisa- Su rostro destellaba ternura por la pareja.
-Creí haberte dicho que te quedaras en la mesa- hablo Martin apretando la quijada y sus ojos parecían irradiar fuego sobre aquella pequeña mujer.
Marie tembló en el momento, pero trato de disimular. - Lo lamento cariño solo quería saludar-
-Es que tu…- elevo la voz y dio dos pasos al frente, pero Joshua intervino
-¿Acaso mi tía debe pedir permiso para hablarme?, porque no creo haberte dado ese derecho
Fénix noto el terror en aquella frágil mujer y la sujeto por los hombros
-Sería bueno que no te metas en asuntos familiares querido sobrino- Martin lo veía desafiante y sus puños cerrados
-Papa... mama, veo que se han adelantado a saludar- Lucius se acercó rápidamente al ver la escena desde lejos, reconocía cuando su padre estaba a punto de colapsar, pues desde temprana edad entendía que esos puños cerrados con fuerza siempre encontraban donde estrellarse y si él no era el destino seria su madre.
-Hijo – Marie hablo con temor como si quisiera alejarlo
-Papá, el señor Bronx me pidió que te dijera que espera beber unos tragos contigo en la recepción- noto como aquel hombre que decía ser su padre lo miro con odio, pero aflojo sus puños.
-Bien iré hablar con mi amigo, permiso- Se retiró visiblemente molesto
Fénix dejo salir todo el aire contenido en sus pulmones y agradeció que aquel hombre se retirara
-Lo lamento. Marie los vio avergonzada
-No sucede nada tía, tranquila- Joshua sonrió tratando de tranquilizar a la mujer, incluso cuando lo único que deseaba era golpearlo
Fénix quedo admirada por la calidez de quien sería su esposo
No es tan idiota- pensó
-No tienes que agradecer- Lucios interrumpió con su típica risa burlona pero sensual haciendo que su primo volteara a verlo molesto.
-¿Debería? elevando una ceja se enderezó aún más imponiendo su altura por la de su primo.
-Lucius ¿no? - intervino Fénix tratando de cortar la tensión evidente
-A tu ordenes preciosa- este se acero y descaradamente beso la mejilla de la pelirroja haciendo que sonrojara de la sorpresa.
Joshua rápidamente se acercó y rodeo la cintura atrayéndola a su cuerpo, dejando claro de quien era esa mujer.
Marie solo negó con la cabeza, era como ver a esos dos pequeños que seguían peleando por el juguete preferido.
-Los dejamos disfrutar de la fiesta- Mari tomo del brazo a Lucius que no perdió el tiempo y guiño pícaramente a novia.
-Creí ser claro cuando dije que no te acercaras a él – Joshua la vio molesto
-¿Pues eres ciegos o qué?- ella volteo para encontrase con el rostro oscuro del CEO
- Solo lo salude\, no me lance a sus brazos ni mucho menos- bufo\, ya estaba cansada de recibir agravios gratuitamente.
-Voy a ser claro- se acercó al rostro de Fénix, casi tocando la nariz de esta, que intento retirarse, pero fue imposible pues los brazos de Joshua la contuvieron con fuerza- no comparto lo que es mío, y tú eres mia, o se te olvida que pagamos buen dinero- sonrió al ver como los labios de ella temblaban- no creo que lo valgas, pero a mi abuelo se le da por la caridad a veces –rio sin esperar que el taco aguja de doce centímetros se incrustara en su pie sin piedad.
-Me quedo muy claro- Los labios temblaron ligeramente y lo empujo sutilmente alejándose.
Joshua cerró los ojos y contuvo las ganas de maldecir producto aquel profundo dolor.
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