Yerno del Poderoso

Dime dónde está tu empresa. Quiero ir allí para darte buenas noticias. ~ Xavera.

Los ojos de Hito se abrieron al leer el mensaje que acababa de llegar a su teléfono móvil. Xavera quería reunirse, mientras que ambos estaban en el mismo lugar.

Al entrar en la empresa, Hito siempre estaba alerta, temiendo que Xavera lo reconociera a pesar de llevar una máscara.

"¿Dónde has puesto a Xavera?" preguntó Hito a James.

"En la sección de informes financieros. Su educación también apoya eso".

Hito asintió, "Bien, veremos si es una mujer codiciosa como Velia." Hito manipuló su teléfono móvil para responder al mensaje de su esposa.

Hablemos en casa. Ahora mismo estoy muy ocupado. Probablemente llegaré tarde. ~ Hito.

Un tono de mensaje llegó al teléfono móvil de Xavera, y ella lo leyó inmediatamente. "¿Hito llegará tarde? ¿El trabajo de limpieza también tiene que hacer horas extras?" Xava murmuró mientras releía el mensaje de Hito. Por lo que sabía, solo los empleados de oficina hacían horas extras, pero podría suceder si la empresa organizaba un evento en la oficina. A Xava no le importó. Respondió al mensaje de Hito, luego salió del edificio de la empresa.

Una mujer se cruzó con ella. Una hermosa mujer con un elegante vestido pegado a su cuerpo esbelto. Xava incluso giró la cabeza para volver a ver a la mujer.

"Qué mujer tan hermosa. Tal vez la novia o la esposa del dueño de esta empresa", murmuró Xava, luego detuvo un taxi y se marchó de allí.

"Quiero ver al señor Hito", dijo Velia al guardia de seguridad.

Sí, esa mujer era Velia. La ex esposa de Hito. Xavera solo reconocía el nombre de Velia como la esposa de Hito, pero no reconocía el rostro de la mujer misma porque ambas nunca se habían conocido.

"Señorita, no puede venir aquí. El señor ya lo ha prohibido", dijo el guardia de seguridad.

"Es un asunto importante. Se trata de su seguridad", dijo Velia. "Si le sucede algo a Hito, todo será por tu culpa."

El guardia de seguridad se sobresaltó, "Señorita, espere aquí. Primero pediré permiso."

Velia cruzó los brazos sobre el vientre. "¡Date prisa!"

El guardia de seguridad se dirigió a la recepción para informar el deseo de Velia. La mujer de la recepción llamó inmediatamente a la planta superior para transmitir el mensaje.

"¿¡Qué!? ¿Esa mujer está aquí? ¿Qué quiere?" James escuchó la voz de la mujer desde el teléfono. "Te llamaré más tarde." James cortó la llamada, luego se dirigió al estudio de Hito que estaba al lado de su estudio.

"Señor," saludó James después de tocar la puerta y ser autorizado a entrar.

"¿Qué pasa?" preguntó Hito.

James caminó hacia Hito. "La señorita Velia está aquí, y quiere decirle algo."

"¿Velia? ¿Quiere verme para decirme algo? ¿Qué será?" Hito se aclaró la garganta, "Dile que suba."

James se inclinó, "Bien, señor."

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"Por favor, señorita," dijo James a Velia.

La mujer sonrió ampliamente al ver a su ex. Era muy clara la diferencia entre el Hito de ahora y el Hito de antes. El hombre estaba lleno de pasión ardiente, y las mujeres que se acercaban se arrodillarían.

"Déjanos, James," dijo Hito.

James asintió, luego se marchó cerrando la puerta. Hito invitó a Velia a sentarse con un gesto de su mano.

"Dilo sin rodeos," dijo Hito.

"Cariño, ¿no me extrañas?" preguntó Velia con voz lastimera.

"¿Ya has cambiado de profesión? ¿De empresaria a mujer barata?" se burló Hito.

Velia apretó los dientes al oírlo, "¿Por qué eres así? Dijiste que me amabas mucho."

Hito chasqueó la lengua, "Tú misma me hiciste cambiar. Ahora dime qué quieres? No pierdas el tiempo, si no, por favor, vete de esta habitación."

"Por supuesto, esta información te será útil, pero necesita un costo muy alto," dijo Velia.

"Oh, entonces, ¿quieres negociar conmigo?"

"Una noche para estar conmigo," pidió Velia.

Hito se echó a reír al oírlo, "Ya te has convertido en una mujer barata. ¿Quieres dormir con un hombre discapacitado como yo? Mira, mi cara es horrible."

"Te amo, Hito," dijo Velia.

No me importa que tu cara esté desfigurada, siempre y cuando tenga un marido rico y poderoso.

"¡Por favor, sal, Velia! Estás perdiendo mi tiempo." Hito se levantó de su asiento para echarla, pero Velia tomó la mano de Hito.

"Te lo diré."

Hito apartó la mano de Velia para que la soltara. Se sentó de nuevo en la silla mientras miraba fijamente a la mujer que más odiaba.

"¡Rápido!" dijo Hito.

"Aldo y Juan planean hacerte daño. Han pedido ayuda a un hombre del país D," reveló Velia.

"¿Quién es la persona?" preguntó Hito.

"El señor Ye Chen."

Hito se sobresaltó al oír el nombre de Ye Chen. Trató de mantener la calma frente a Velia en ese momento. Hito tomó un cheque, luego escribió una cantidad nominal allí.

"Toma esto y vete," dijo Hito entregando el cheque a Velia.

"Quiero estar contigo," rechazó Velia.

"¡Sueña! ¿Lo quieres o no?" dijo Hito.

Velozmente, Velia tomó el cheque por valor de doscientos millones. Se levantó de su asiento, golpeó el pie con una mirada aguda a Hito, luego salió de la habitación.

"¿Ye Chen?" murmuró Hito. "¿Es ese Ye Chen? Ese hombre vive en el país D. Es enemigo y amigo a la vez." Hito apoyó el cuerpo en el cojín de su silla. "Resulta que dar una lección no puede hacer que las personas malas se vuelvan buenas. En cambio, quieren volver a hacerme daño." Hito suspiró profundamente. "Espero tu llegada, Ye Chen."

Hito creía en la declaración de Vera porque era muy probable que Juan y Aldo quisieran vengarse, como ya se había previsto. Sin embargo, Hito no esperaba que pidieran ayuda a Ye Chen.

"Señor," saludó James.

"Entra, James. Hay algo que quiero contarte. Velia dijo que Juan y Aldo planean derrocarme, han pedido ayuda a Ye Chen."

"¿¡Qué!?" se sorprendió James. "¿El señor cree en lo que dijo la señorita Velia?"

"Lo creas o no, debemos mantenernos alerta. Actualmente debemos hacer de Velia una espía," dijo Hito.

James asintió entendiendo, "Eso significa que usted seguirá en contacto con ella."

"Sí, no dejes que Xavera lo sepa. Protege a mi familia y también a mis suegros, parece que esto será muy difícil."

"Bien, señor," dijo James.

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"¿Papá escuchó que ya te has casado? ¿Dónde está mi nuera? ¿Por qué no la traes aquí?" preguntó Hutomo.

"Pronto la presentaré. Ahora no es el momento," dijo Hito.

"¿Y cuándo me darás un nieto? Soy viejo y quiero tener nietos para jugar."

"Pronto papá tendrá nietos. Ten un poco de paciencia. Es mejor que papá descanse lo suficiente y cuide su salud. Si papá se enferma, ni siquiera podrá alzar a sus nietos," dijo Hito.

Hutomo se quedó en silencio. Siempre hay una respuesta para cada pregunta planteada por su único hijo.

"Me voy a casa. Papá cuida tu salud y siempre haz caso a Cody."

"Está bien. Ten cuidado en el camino," dijo Hutomo.

Hito le dio un abrazo antes de salir de la habitación privada de su papá.

Continuará.