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Elica Klare

Elica Klare

Status: En proceso
Genre:Arrogante / Enfermizo
Popularitas:3.5k
Nilai: 5
nombre de autor: Lobita Dulzura

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𝖸 𝗊𝗎𝖾 𝗆𝖾 𝖺𝗉𝗈𝗒𝖾𝗇 𝖼𝗈𝗆𝗈 𝗅𝖾 𝖺𝗉𝗈𝗒𝗈 𝖺 𝗎𝗌𝗍𝖾𝖽𝖾𝗌

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3

Rafael, todavía en el suelo después de ser empujado, se incorporó lentamente y miró a su padre y a su hermana menor con lágrimas en los ojos.

—¡Papá, está fuera de control! ¡No es ella misma!

Intentó acercarse nuevamente a Elica, pero esta siguió riendo y agitándose, como si estuviera poseída por una fuerza oscura e incontrolable.

La madre, con voz temblorosa y desesperada, llamó a su esposo por su nombre.

—Carlos... no sé qué hacer. ¡Está completamente descontrolada!

Observaba impotente cómo Elica seguía causando estragos, rompiendo objetos y riendo sin parar. Sus manos temblaban mientras intentaba pensar en alguna forma de detener a su hija antes de que las cosas empeoraran aún más.

Carlos, el padre de Elica, se volvió hacia su esposa con una expresión grave y preocupada.

—María, tenemos que llevarla al hospital ahora mismo. Esto es más allá de nuestro control.

Su voz era firme, pero había un tono de desesperación en ella. Sabía que la situación estaba fuera de su alcance y que necesitaban ayuda profesional para entender y tratar lo que estaba pasando con su hija menor.

Carlos, a pesar del peligro, se acercó a Elica y la levantó en brazos. Pero en lugar de calmarse, Elica comenzó a golpearlo en la cara con fuerza, riendo y llorando al mismo tiempo. Sus ojos estaban desorbitados y su expresión era una mezcla de alegría retorcida y locura pura.

La sangre comenzó a brotar de la nariz de Carlos mientras Elica seguía golpeándolo con los puños cerrados, sin mostrar ningún signo de reconocimiento o arrepentimiento hacia su propio padre.

A pesar de los golpes de Elica, Carlos mantuvo su fuerza y la llevó hasta donde estaban María y Rafael. Su rostro estaba magullado, pero su determinación era inquebrantable. La sangre goteaba de su nariz mientras sostenía a su hija, que seguía retorciéndose y riendo en sus brazos, sin importar cuánto la agitara.

Rafael y María observaban con horror cómo su padre luchaba por controlar a Elica, quien había pasado de ser una niña dulce a una criatura salvaje y descontrolada.

Rafael, con los ojos llenos de lágrimas, se apresuró a abrir la puerta principal para que su padre pudiera llevar a Elica afuera. Sus manos temblaban mientras giraba el pomo, tratando de mantener la calma a pesar del caos que se desarrollaba a su alrededor.

Una vez que la puerta estuvo abierta, Carlos salió rápidamente con Elica aún en sus brazos, seguido de cerca por María y Rafael. El coche familiar estaba estacionado afuera, listo para llevarlos al hospital más cercano.

Elica, por fin, dejó de luchar cuando Carlos la llevó al coche. Su cuerpo se relajó repentinamente y dejó de reír, aunque su mirada seguía siendo vacía y extraña. Se quedó quieta en los brazos de su padre mientras este la colocaba en el asiento trasero del vehículo, asegurándose de que estuviera lo suficientemente segura para el viaje.

María y Rafael entraron también al coche, todos con expresiones de alivio mezclado con miedo. El silencio en el interior del vehículo era casi ensordecedor después del caos que habían vivido en la casa.

Elica, mientras su familia se preparaba para salir del vecindario, miró por la ventana y vio el coche quemado que estaba estacionado cerca de su casa. Sus ojos se iluminaron con una mezcla de curiosidad y malicia. Sin previo aviso, comenzó a reír de nuevo, pero esta vez había algo diferente en su risa. Era más oscura, más siniestra que antes.

María, sentada en el asiento del pasajero, se volvió hacia atrás para mirar a Elica. Su rostro se contrajo con preocupación al escuchar la risa de su hija menor.

—Elica, ¿por qué ríes así? —preguntó con voz temblorosa.

Intentó mantener la calma, pero no podía evitar sentirse cada vez más perturbada por el comportamiento de Elica. La risa del coche quemado parecía encajar perfectamente con su estado actual.

Rafael, que estaba sentado junto a Elica, miró a su hermana con una mezcla de miedo y confusión. Su voz salió como un susurro.

—¿Qué te pasa, Elica? Por favor, para de reír así... es aterrador.

Su mano se estiró ligeramente hacia ella, pero se detuvo antes de tocarla. No sabía si era seguro acercarse más a la niña que había intentado matarlo hace unos minutos.

Carlos, que conducía con una expresión tensa en el rostro, miró a su hija a través del espejo retrovisor. Su voz era firme pero contenía un toque de preocupación.

—Estamos llegando al hospital, Elica. Todo va a estar bien.

El coche se detuvo frente a las puertas del hospital, y Carlos apagó el motor. Los médicos ya estaban esperando afuera, alertados por la llamada de emergencia que habían recibido.

Cuando el coche se detuvo, Elica dejó de reír de inmediato. Su expresión cambió a una de indiferencia total, como si el episodio de risa maníaca nunca hubiera sucedido. Su rostro se volvió vacío y sus ojos se fijaron en un punto lejano mientras los médicos se acercaban para ayudarla a bajar del vehículo.

Los médicos rodearon el coche y abrieron la puerta trasera. Uno de ellos se inclinó para examinar a Elica, quien seguía sentada con la mirada perdida y la cara manchada de lágrimas secas.

—¿Cuál es el problema? —preguntó uno de los médicos a la familia.

*Carlos, María y Rafael salieron del coche y se reunieron alrededor del médico, explicando rápidamente lo sucedido en casa. El médico asintió y se volvió hacia Elica, preparándose para evaluar su estado mental y físico.

Carlos se acercó al médico y le dio más detalles sobre el comportamiento de Elica. Su voz era baja y seria mientras describía cómo su hija había comenzado a reír incontrolablemente, había golpeado a su hermano y había mostrado signos de agresividad y confusión mental.

—Ella no es así... algo está mal con ella. Nunca la habíamos visto así antes.

María se unió a la conversación, con lágrimas en los ojos y una expresión de angustia. Su voz temblaba mientras hablaba.

—Ella empezó a reírse como si nada pasara, luego rompió cosas y... y luego intentó lastimar a su hermano. Fue horrible. No sé qué le pasa, pero necesitamos ayuda profesional.

Rafael, aún visiblemente afectado por el ataque de Elica, habló con voz entrecortada.

—Intenté detenerla, pero ella estaba fuera de control. Su fuerza... era inhumana. Nunca la había visto tan violenta.

Carlos colocó una mano reconfortante en el hombro de Rafael, apoyándolo mientras hablaba. Su expresión se endureció con determinación.

—Necesitamos que la examinen cuanto antes. Tenemos que descubrir qué está causando estos cambios tan drásticos en ella. Esto no puede seguir así.

El médico asintió con seriedad ante las palabras de la familia. Después de examinar a Elica y escuchar sus testimonios, tomó una decisión.

—Llevaremos a la niña a la sala de emergencias psiquiátrica para hacerle pruebas y evaluarla adecuadamente. También le recomendamos que hable con un psiquiatra especializado en trastornos del comportamiento infantil. Su hija necesita ayuda profesional urgente.

El médico sacó una paleta de su bolsillo, pero no era cualquier paleta. Era una paleta especial para dormir, con un fuerte sedante incorporado. Se la mostró a la familia y explicó brevemente su función.

—Vamos a usar esto para sedarla y trasladarla al área psiquiátrica. No sabemos cómo reaccionará a la hospitalización, así que es mejor que esté inconsciente durante el traslado

El médico se acercó a Elica, quien seguía sentada inmóvil en el coche. Se arrodilló frente a ella y le habló con voz suave pero firme.

—Escúchame, pequeña. Vamos a darte algo para que duermas un poco. No te hará daño, te ayudará a sentirte mejor. Necesito que abras la boca y tomes esto.

Mientras hablaba, mostró la paleta a Elica, preparándose para introducirla en su boca una vez que estuviera lista.

Elica miró la paleta con ojos vacíos, pero no opuso resistencia. Su voz era monótona y carente de emoción cuando respondió al médico.

—No quiero dormir.

Sus palabras fueron dichas con una calma perturbadora, como si no comprendiera completamente lo que le estaba pasando ni la gravedad de su situación.

1
Ming Youye
mas capítulo🔥
Malaria Maryle
Más capítulo, nunca me la pierdo 🔥
Los Alkeris
Más capítulo🥰🔥🔥
Los Alkeris
No eran Yashi? que me acordé, pero me encantó
☘︎Ꮺ: la borre
total 1 replies
`
😦😦😦😦 pero que ven mis ojos
Ming Youye
/Angry//Awkward/ Dios me ardo.

kiero más capítulo
`
waos 😦
VivianeH y ya 🥴
🙏🙏🙏🙏
`
Viva cristo rey 🙏
VivianeH y ya 🥴
No me dejes así🥹 . necesito maratón, más capítulos ya ya yaaaa🥹
VivianeH y ya 🥴
😱 wow
VivianeH y ya 🥴
intensa la cosa por aquí 😱. espero q se solucione
Jocelin Jara💜
Ojalá lo cumpla, y sin tener consecuencias ✨✨✨
Jocelin Jara💜
te entiendo ✨🔪
Jocelin Jara💜
ay dios mío, me cae taaaaan maaal
Jocelin Jara💜
y qué? él no es el padre acaso? porque andar dando órdenes jueputa
Jocelin Jara💜
jueputa
Jocelin Jara💜
ENCIMA
Jocelin Jara💜
Dios le da el pan a quien no tiene hambre 😞🥺
Jocelin Jara💜
no está bueno comparar
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