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BELLE MI AMOR DE LA INFANCIA

BELLE MI AMOR DE LA INFANCIA

Status: En proceso
Genre:Malentendidos / Traiciones y engaños / Reencuentro
Popularitas:37.5k
Nilai: 5
nombre de autor: Adriánex Avila

Una amor cultivado desde la adolescencia. Separados por malentendidos y prejuicios. Madres y padres sobreprotectores que ven crecer a sus hijos y formar su hogar.

NovelToon tiene autorización de Adriánex Avila para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Cap. 3 ¡Basta, Belle!

Un gemido ronco de la ciudad despertando fue el primer sonido que rompió el hechizo. Diego se movió a su lado, y el brazo que tenía sobre la cintura de Belle se tensó. El aire en la habitación, que horas antes había sido eléctrico, se volvió pesado y opresivo.

Belle sintió cómo el rubor le quemaba las mejillas. Permaneció inmóvil, fingiendo estar dormida, esperando... ¿qué? ¿Que él dijera algo? ¿Que lo hiciera ella? ¿Que el suelo se tragara la cama y los cinco años de distancia?

Fue él quien rompió el silencio. Su voz era áspera, cargada de sueño y de la misma incomodidad que ella sentía.

—Belle.

Era solo su nombre, pero sonó como una pregunta, una acusación y una súplica, todo a la vez.

Ella no pudo seguir fingiendo. Lentamente, se dio la vuelta para enfrentarse a él. Sus miradas se encontraron, y fue como chocar contra un muro de recuerdos. La cabaña. La tormenta. La promesa rota. La noche anterior.

—Diego —logró decir, con una voz que no reconocía como suya.

Él la estudió, sus ojos recorriendo su rostro con una intensidad que la hacía sentirse desnuda de una manera completamente nueva.

—¿Esto...? —empezó a decir, pero se interrumpió, frunciendo el ceño. Hizo un gesto vago entre ellos dos.

—¿Qué fue esto, Belle? ¿Otra noche para olvidar?

La pregunta le dio como un bofetón. Dolía porque era válida. Ella apartó la mirada, clavándola en una grieta del techo.

—No lo sé —susurró, y era la verdad más honesta que tenía.

—Anoche... anoche no estaba pensando.

—Yo tampoco —admitió él, pasándose una mano por el rostro.

—Pero ahora sí. Y ahora estoy aquí, sobrio, y no sé qué carajos está pasando.

Hubo otro silencio, pero este era diferente. Menos incómodo, más cargado de algo frágil y esperanzador.

—¿Por qué lo hicimos, Diego? —preguntó ella, por fin atreviéndose a mirarlo de nuevo.

—Después de todo este tiempo... ¿por qué ahora?

Él sostuvo su mirada, y por un instante, la máscara de indiferencia se quebró. Le permitió ver la misma confusión, la misma rabia y, oculta en lo más profundo, la misma añoranza que ella sentía.

—Porque estamos cansados —dijo al fin, con una simpleza que lo decía todo.

—Cansados de fingir que no pasó nada en esa cabaña. Cansados de esta guerra estúpida. Anoche... anoche simplemente nos rendimos.

Belle sintió que se le encogía el corazón. Era la verdad. Una verdad dolorosa y liberadora.

—Y ahora qué —preguntó, su voz era un hilo de voz—. ¿Desayuno y cada uno por su lado, como si nada?

Una esquina de la boca de Diego se torció en algo que no era una sonrisa, pero se le acercaba.

—Esa es la parte que no tengo clara —confesó, y su mano, casi por su propia voluntad, se posó de nuevo sobre su cintura, no con la pasión de la noche, sino con una ternura que le partió el alma.

—Pero sé que no quiero que sea como la última vez. No puedo perderte otros cinco años.

Era solo una mano. Solo unas palabras. Pero después de media década de hielo, se sintió como el primer rayo de sol derritiendo la escarcha. No tenían las respuestas, pero por primera vez, estaban dispuestos a hacer las preguntas juntos.

Por un instante, Belle se sintió derretir bajo su mirada y su mano en su cintura. Sus hermosos ojos verdes parpadearon, vulnerables. Pero fue entonces cuando el segundo y más doloroso motivo de su distanciamiento cayó sobre ella como un balde de agua fría.

Se incorporó de golpe en la cama, dándole la espalda. La sábana se le enredó en la cintura como un escudo precario.

—No... no me vengas con eso —espetó, y su voz, antes un susurro, ahora goteaba altisonancia y un sarcasmo que cortaba.

—¿Y tu famosa novia de la infancia, esa... Kendall?

Diego frunció el ceño, completamente perdido.

—¿De qué demonios estás hablando, Belle?

Ella se volvió entonces, y él pudo ver el fuego verde de la rabia y el dolor ardiendo en sus ojos.

—¡El primer año que te fuiste! —explotó, señalándolo con un dedo acusador.

—Me pasé meses ahorrando cada centavo para sorprenderte. Hice ese viaje de veinte horas sola, ilusionada como una tonta. ¿Y sabes quién me abrió la puerta de tu departamento? Una rubia perfecta que sonreía como si fuera la dueña del mundo. Dijo llamarse Kendall. Dijo que era tu 'primer amor', tu 'novia de la infancia', tu 'luz solar' y todas esas tonterías empalagosas que solo una persona insufrible se cree.

Cada palabra salía envenenada por cinco años de rencor. Hizo una pausa dramática, clavándole la mirada.

—Y por si no fuera suficiente con eso, hace seis meses, cuando llegué a hacer mis prácticas a esta empresa... ¡sorpresa! Ahí estaba, trabajando a dos oficinas de distancia, tu 'noviecita' de la infancia —remató, imitando una vocecita dulzona e irritante que dejaba clara su indignación.

Diego la miró fijamente, procesando el torrente de acusaciones. Luego, lentamente, una ceja se alzó en un gesto de incredulidad. Un suspiro, mitad exasperación, mitad alivio, le escapó del pecho.

—Belle —dijo, con una calma que contrastaba brutalmente con su furia.

—¿Estás diciendo que... que todo este distanciamiento, esta guerra, también fue por... por la odiosa de Kendall?

Belle frunció el ceño, su rabia encontrando un nuevo punto de apoyo.

—¿Cuál 'odiosa'? ¡Ella es la que dice ser tu gran amor! Ella dice que…

—¡Basta, Belle!

La voz de Diego no fue un grito, sino una orden cargada de una frustración que estallaba después de años. La interrumpió con un gesto seco de la mano, indignado. No podía procesar que algo tan absurdo hubiera sido el muro entre ellos.

—¿Kendall? —escupió el nombre como si tuviera mal sabor.

—En realidad es la ahijada de mi tía, la hermana de mi madre biológica. La conocí cuando tenía cuatro años, en una foto familiar, y no la volví a ver hasta que aterricé en el extranjero. Fue ella quien se acercó, diciendo que conocía a mi tía. Y mi tía, por supuesto, no paraba de metérmela por los ojos como si fuera el 'gran partido'. Decían que éramos 'prácticamente familia' —hizo una mueca de fastidio.

—Yo estaba recién llegado, abrumado, y a veces, solo a veces, le dejaba la llave de mi departamento para que recogiera unos libros o documentos que mi tía necesitaba. ¡Pero eso es todo!

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Yaz
lo digo y lo sostengo Bernarda eres mi ejemplo a seguir, muchas quisiéramos tener ese don de convencimiento 🤭🤭🤭
Yaz
Samira es la discreción hecha persona ( nótese el sarcasmo)🤭🤭🤭
Yaz
ese amor, esa pasión ❤️‍🔥❤️‍🔥❤️‍🔥 se veían venir
Marleys Sofia Cervantes
🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣
Milcaris
Veamos que vas hacer ahora Kendall porque estoy segura que esto no lo esperabas..
Milcaris
Si te llegó a pasar un pensamiento fugaz con esa chica de una vez olvídalo.
Milcaris
Al malo y tramposo siempre le llega la hora de la caída.
Milcaris
Porque hay víboras haciendo de las suyas y tú inocente.
Milcaris
Cuando algo es para ti no importa si te quitas, el destino siempre hará de las suyas para que llegue nuevamente a ti.
Maria Mongelos
Esta víbora se enredó sólita, vamos a ver como hace para desenroscarse, Bella tiene una buena maestra
Maria Mongelos
Esta víbora se enredó sólita, vamos a ver como hace para desenroscarse, Bella tiene una buena maestra
Maria Mongelos
Jaime deberias de vigilar muy de cerca a la serpiente de Kendall
Maria Mongelos
Kendall es una víbora, su caída va a ser estrepitosa
Maria Mongelos
Querida Adri, esta muy linda la historia🫶
Maria Mongelos
El orgullo los va a separar y Kendall va aprovechar esto
Maria Mongelos
Kendall, no sabes con quien te metiste, ella es la hija de Bernarda, no cualquier pasante
Maria Mongelos
Gabriela y Kendall, va por Diego o por lo que tiene? Estas dos arpías espero reciban su merecido
MARCE MIRANDA
ja ja ja ya me callo muy bien Mia. definitivamente seria mi amiga
Elvira Fretes
que momento tan intenso en el ascensor ❤️, Belle tiene un arma secreta y es su madre Bernarda 😂😂, Gracias bella Adrianex por los capítulos ❤️
Elvira Fretes
jajajaj Rodrigo no cambia, jajajja,
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