«Y que si el mundo está por derrumbarse y que si los seres humanos morirán, yo solo quiero proteger a mi familia y todo lo demás no importa. No importa si soy egoísta por eso».
«Si quieren ser salvados, busquen quien los salve porque yo no lo haré »...
Cuando menos lo esperas algo llega y pone de patas para arriba toda tu vida y en ese momento empiezas a pensar que debiste haber disfrutado cada momento de lo vivido en el pasado.
Nada es eterno, nada es para siempre.
Todo dura solo un instante.
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CAPÍTULO 3: Ser demasiado amable puede traer consecuencias...
Ser demasiado amable puede traer consecuencias severas, así que elige con quien serlo.
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Me quedé estupefacta al escuchar aquella historia que parecía salida de un cuento, pero aquél hombre solo volvió a sonreír y siguió con su historia.
—. Ya que esa estúpida era la protectora de los tres reinos en ese momento, no le agradaban las batallas en donde se tenía que sacrificar a inocentes, por eso decidió hacer una tregua con el reino oscuro. Así que acordó una fecha con ellos para firmar un tratado de paz pero todo era una farsa porque el reino oscuro se había aliado con algunos inmortales para derrotarla y quedarse con los cuatro reinos.
El hombre sonrió de una forma burlona mientras me miraba.
—. Yo también era parte de esos inmortales que la traicionaron, me ofrecieron un puesto de alto rango en la corte celestial y gracias a ello soy lo que soy ahora.
Todo lo que salía de la boca de ese idiota me estaba enojando, no sabía si era verdad pero me sentía decepcionada y triste por lo que le habían hecho a esa “Diosa” que solo deseaba la paz y prosperidad de los demás.
—. Entonces, ¿Por qué te hiciste pasar por alguien que yo estimaba tanto?, ¿Por qué a mí?
—. En realidad fue porque sabía que de esa manera tú me seguirías sin rechistar y también era la forma para que nadie se enterara de mi identidad. Pero eso no importa ahora, déjame terminar de contarte mi historia porque hay algo muy emocionante en ella.
El hombre me miró con una sonrisa alegre mientras proseguía.
—. Al llegar al reino oscuro esa idiota se dio cuenta que era una conspiración contra ella pero fue demasiado tarde porque ya estaba rodeada por el ejército de ese reino, intentaron asesinarla, lastimosamente no pudieron ya que era muy poderosa, por suerte los traidores del reino inmortal crearon un arma capaz de causarle daño. Así que en el momento en que estaba protegiéndose de los ataques llegué y la apuñalé por la espalda causándole un severo daño.
El hombre se echó a reír frenéticamente mientras me miraba pero en segundos su expresión cambió mientras decía.
—. Pero…esa estúpida diosa era muy fuerte que no fuí capaz de asesinarla. Lo único que hice fue destruir su cuerpo mientras que su espíritu primordial seguía con vida…
Él guardó silencio por unos segundos antes de pronunciar las siguientes palabras.
—. Y esa diosa…eras tú, esa es tu historia…esa fue tu vida pasada.
Me quedé atónita al escuchar aquellas palabras, ¿Acaso estaba bromeando ese idiota? ¿Estaba jugando con mi mente? ¿Era un demente acaso? ¿Por qué decía estupideces que no tenían ni pies ni cabeza? ¿Cómo era posible que yo fuera un ser inmortal? Al verme de esa manera él sonrió y volvió a decir.
—. Antes de que desaparecieras juraste con tu vida que salvarías a los 4 reinos, que el mal jamás ganaría y…
—. Y que me vengaría de ustedes.
Terminé la frase de manera inconciente pero rápidamente recobré mi sentido racional dándome cuenta de lo que había dicho, fue como si mi otro yo me hubiera controlado al decir esa frase. El hombre me miró con una expresión sorprendida y a la vez ¿aterrorizada?
—. ¿Qué acabas de decir?
Preguntó, traté de formular palabras pero parecía que no podían salir de mi boca en esos momentos, al haber pensado por unos segundos abrí la boca para decir algo pero lo único que se escuchó fueron mis quejidos de dolor al ser arrojada al tronco de un árbol nuevamente y una espada atravesar mi estómago, mientras me retorcía en el suelo por el dolor, aquél imbécil solo miraba aquella escena con diversión, parecía disfrutar verme sufrir pero ¿Por qué yo? ¿Por qué tenía que ser yo la persona que tenía que sufrir? ¿La vida no había tenido suficiente con verme sufrir por la pérdida de uno de mis seres queridos que ahora quería verme morir bajo las manos de un hombre de dudosa procedencia? Al pensar en todo lo raro y doloroso que estaba sucediendo con mi vida mis ojos volvieron a brotar lágrimas que ni siquiera sabía si eran de dolor o de decepción y lástima, no quería morir de esa manera, no quería que ese día fuera mi último momento, no quería que lo último que viera fuera el rostro de un desconocido. De verdad no quería morir ahí…no era justo.
«Y cuando todo sale jodidamente mal en la vida por lo general puedes atribuirle a una mala y descomunal decisión, la que te puso justo en el camino hacia la mierda diría Deadpool, pero en este caso yo no tomé una decisión libremente sino que me forzaron a tomarla y tal vez no tan diferente a lo que hizo él; la vida quería que tomara una decisión fuera buena o mala, estaba entre la pared y la espada con una sola y pequeña posibilidad de cambiar la reglas del juego. Era morir o morir, sentí que no era justo morir por otros. Y cuando te niegas o dices no, la sociedad te señala como egoísta y los papeles de villano y héroe se invierten drásticamente, te conviertes en el ser egoísta que se aferra a su vida y no quiere sacrificarse por el bien de los demás, un sacrificio necesario para la supervivencia de millones. Entonces mi pregunta es, si creen que soy egoísta por aferrarme a la vida ¿Quién no lo haría? ¿Quién no amaría su vida por más desastrosa que fuera? ¿Quién aceptaría sacrificarse por una sociedad tan cruel y egocéntrica? Ellos tan sólo piensan en su vida pero ¿qué hay de mí? ¿Acaso no merezco vivir? ¿Por qué tengo que ser yo la sacrificada y no alguien más? Si tanto aman su vida entonces luchen por ella, luchen por cambiar su destino y no esperen a que alguien se sacrifique por ustedes para expiar sus pecados. Yo luché desde un principio sin aceptar mi cruel destino, diciendo una y otra vez que no era justo y que no importaba cómo o cuánto iba a tomar pero seguiría luchando. Si yo seguí luchando ¿por qué ustedes no pueden hacerlo? No esperen a que alguien venga y los salve, no pongan en las manos de una desconocida su vida. A veces esperamos demasiado de alguien que ni siquiera sabe lo que hace o hacia a dónde va, así que no le den una carga más a alguien que ya tiene suficiente con su vida y sus problemas».
«La amabilidad también es algo que no se debe ofrecer a cualquiera, a veces somos demasiado amables con quienes no lo merecen y somos crueles con los que merecen esa amabilidad, antes de darle la mano a alguien tienes que saber si es necesario o no».