Atrapados

Dichas esas palabras, las pantallas se apagaron. Un silencio sepulcral se apoderó del lugar. Neo no sabía qué sentir ¿Tenía que matar a alguien para escapar de ese infierno? Era una locura. Jamás podría hacer algo así, aunque fuera un desconocido, aunque no tuviera ningún vínculo con él, no podría quitarle la vida a nadie: su conciencia se lo impediría, le destrozaría el alma.

Respiró hondo; había otro motivo: no era lo suficientemente astuto para engañar a otras 14 personas. Se imaginó las distintas formas en que sería ejecutado al fracasar en su cometido pero sacudió la cabeza para apartar esos pensamientos. No tenía caso siquiera considerarlo. Para que lo declararan culpable de un asesinato, tendría que cometer uno primero, y él no tenía intención de hacer tal cosa. Se dijo a sí mismo que debía pensar con lógica, su mente le estaba jugando una mala pasada y se sentía nervioso, eso era todo. Supuso que de hecho, todos estarían en una situación similar.

_Necesitamos movernos -propuso Sky- no podemos quedarnos aquí eternamente.

_¿Qué quieres decir con eso? -replicó Sol alterada- la única forma de salir de aquí es matando, asesinando, descuartizando ¿A quién piensas liquidar? Ni se te ocurra acercarte a mí, sé defenderme muy bien. No vas a tener oportunidad conmigo. Inténtalo y verás cómo te parto la...

Neo observó a Sol con incredulidad. Entendía que todos estaban asustados y confundidos, pero Sol parecía estar al borde de un ataque de pánico.

_Por favor, cálmate ¿quieres? -Interrumpió Sky- quitarle la vida a alguien en esta situación es un acto irracional y suicida, solo conseguirías que te ejecuten -luego alzó la voz- y eso va para todos. No es que crea que ya somos amigos y que por eso nadie va a intentar nada, simplemente apelo al sentido común. Ya depende de ustedes si creen que pueden engañar al resto del grupo en un juicio -se llevó el índice a la sien y se dio toquesitos- usen esta antes de actuar. Ahora, ¿será que podemos ir a la cocina? Aunque no lo crean, aquí donde me ven, yo sí tengo hambre.

_¡Yo no voy a comer nada que haya cocinado este loco! -insistió Sol fuera de sí- podría estar envenenado. No soy tan estúpida ¡No voy a ser presa fácil de nadie...!

La chica no pudo terminar lo que estaba diciendo, sin que nadie se lo esperara, Blonde se acercó a ella y le propinó una bofetada. Neo se sobresaltó al ver la escena. Blonde era un hombre alto y corpulento. Sus manos eran al menos 1.5 veces más grandes que las de Neo. Si bien podía ser impulsivo, hasta ese momento no había abusado de su físico para someter a alguien. Sol lo miró sorprendida y con algo de temor.

_¡Ya basta! -exclamó Blonde con un tono autoritario- Necesito que te calmes de una vez. Todos estamos tan asustados como tú, no lo empeores más.

_¿C-como... Te atreves...? -Se le quebró la voz y las lágrimas empezaron a salírsele.

Blonde alzó las cejas en señal de sorpresa y rápidamente se le notó una mirada de arrepentimiento.

_Sol...

_¡No me toques! -gritó la chica.

Sol echó a correr hacia la salida del gimnasio como si fuera perseguida por un fantasma. Parecía una niña asustada que buscaba refugio. Nadie se animó a seguirla, nadie se atrevió a moverse. Todos se quedaron petrificados. Neo escuchó un cuchicheo por detrás de sí y al girar, vio a Esmeralda susurrándole algo a Olivia. La chica se detuvo de golpe, pero no era la única que empezaba a murmurar.

_Ya se le pasará -comentó Úrsula alzándose de hombros- no es la primera vez que arma un escándalo. Será mejor que vayamos a la cocina, muero de hambre.

Salió por la puerta y tal como ella, el resto le siguió. Blonde se había quedado inmóvil y esperó a que el resto saliera. Neo lo vio con lástima porque sabía que el grandulón no tenía malas intenciones.

_Blonde, vamos -lo llamó Neo con voz suave.

_No quería lastimarla -se disculpó Blonde con voz ronca.

_Lo sé. Vamos -insistió Neo con una sonrisa amistosa.

Neo se acercó a Blonde y le dio una palmada en el hombro. Blonde era su amigo, o al menos ya lo consideraba así. Habían despertado juntos en ese cuarto blanco y aunque fuera por unas cuántas horas, ya sentía que lo conocía bien. Neo admiraba la fuerza y bondad de Blonde, pero también sabía que el muchacho podía llegar a dejarse dominar por sus emociones. Neo quería consolarlo y animarlo, pero por alguna razón sentía que él mismo no era el más indicado para hacerlo. Aún así lo intentó.

_El hambre te está haciendo demasiado sensible, ¿sabes? -bromeó Neo con un guiño.

_¿Vas a empezar como Lilith? -respondió Blonde con una mueca.

Bajaron a la planta baja y entraron al restaurante. El señor Cornamenta no había mentido: había llenado las mesas de deliciosa comida. Neo se preguntó de dónde había salido porque minutos antes la cocina estaba vacía ¿Cómo le había hecho el señor Cornamenta para servir esos platillos, dónde había escondido la comida?" Se acordó de la salida que estaba tapizada e intuyó que muy probablemente seguía allí pero escondida, de manera similar a las compuertas del sótano. Sin embargo, decidió dejarle de dar vueltas a la cabeza y empezó a engullir lo que se le presentaba al frente.

Cuando los platos quedaron vacíos y las barrigas llenas, a todos les empezó a dar sueño. Detrás del mostrador del Lobby se encontraban las llaves de cada habitación. Neo observó que la suya tenía un llavero verde de metal que tenía selladas las siglas INFP. Cada quién tomó la suya y pudo notar que la de Sol ya no se encontraba allí. Asumió que la chica la había tomado para luego encerrarse en su cuarto. Todos subieron al primer piso y cada quién se internó en su respectiva habitación. La de Neo se encontraba justo a un lado del ascensor de empleados, mientras que del otro tenía como vecino a uno de los chicos con quién no había tenido tiempo de presentarse. Neo esperó a que todos entraran en sus recámaras y luego se acercó a las puertas del elevador. En el panel dónde debía estar el botón para abrir las puertas lo que se hallaba en cambio era una cerradura. Se preguntó en dónde estaría la llave. Se sintió tentado de bajar por las escaleras de emergencia para ir al área de empleados para comprobar la sala de mantenimiento, pero decidió que lo mejor era dejarlo para el día siguiente.

Ingresó a su habitación y se sorprendió por lo lujosa que se veía. Pudo comprobar que dentro de la misma había un baño personal. A un lado de la cama se encontraba un buró con una libreta reposando encima de él. El televisor dentro del cuarto se encendió de repente y en él apareció el señor Cornamenta.

_Este es un mensaje pregrabado, así que no intentes preguntarme cosas porque no te las voy a responder. He dejado en esta habitación para ti, INFP, prendas similares a la que llevas puesta en el closet, así también como ropa de cama. En el baño podrás encontrar toallas limpias y productos de higiene personal. La limpieza de tu cuarto es responsabilidad tuya, no soy tu criado. Te recomiendo que le eches un vistazo a lo que hay dentro del cajón del buró y al bloc de notas que te dejé encima de él. Un dato de gran importancia es que esta habitación está insonorizada, lo que implica que no podrás escuchar lo que sucede fuera de ella. El horario nocturno comienza a las 9 de la noche y termina a las 7 de la mañana, después de esa hora se corta el servicio de agua. También las áreas del restaurante y el gimnasio se clausuran a esa hora y quedarse dentro de ellas está fuera de las normas, si se entiende lo que quiero decir -dijo mientras se pasaba el índice por el cuello de extremo a extremo- No se te olvide cerrar tu puerta con seguro, nunca sabes quién podría estar planeando tu muerte ¡Dulces sueños!

A Neo le entró de repente un cansancio indescriptible en todo el cuerpo. Deseó echarse a la cama y caer profundamente dormido, pero tomó fuerzas para ir al baño y tomarse una ducha antes de que dejara de salir agua de las tuberías. Se cambió de ropa y colocó la que estaba sucia en la cesta que asumió, era para ello. Se sentó en la cama y tomó la libreta. Las reglas no eran más que lo mismo que ya había comentado el señor Cornamenta, aunque había unas cuáles que eran interesantes:

<<*No está permitido que los caballeros ingresen al baño de las damas y viceversa.

*Está estrictamente prohibido generar daños en la estructura de las instalaciones ni en los elementos dentro de ellas. Se exonera cualquier daño provocado si es que es necesario para concretar un plan de asesinato.

*La limpieza de los cuartos y de las áreas dentro del hotel corren por parte de los participantes, así como también el lavado de su ropa.

*No se permite el intercambio de prendas por colores diferentes.

*En caso de asesinato, los participantes tendrán el tiempo necesario para comenzar su investigación y reunir pruebas para encontrar al asesino. >>

Neo dejó la libreta sobre el buró y abrió el gabinete: había una cámara fotográfica con un rollo nuevo. Era algo innovador para él, nunca había visto una de verdad, o al menos no lo recordaba. Intentó revisar si había algo útil en la memoria pero la cámara estaba como nueva, sin estrenar. Suspiró y también la dejó encima del buró. Apagó la lámpara de noche y cerró sus ojos.