Juliette Bernard DuPont tenía la familia más amorosa del mundo, fue una niña muy feliz hasta que un fatídico accidente le quitó a sus padres.
La jovencita tuvo que irse de su país y de su vida para mudarse con la tía de su madre, la joven cambió su estilo de vida y ahora solo sobrevivía con una mensualidad que le daba para vivir bien.
Juliette se enamora de Ethan King, hijo de una de las familias más ricas de Inglaterra, pero este solo la ve como el gusto que se quiere dar porque es muy poca cosa para él y para eso hasta le propone matrimonio.
Luego de dos años de noviazgo, él la humilla en el altar y ella desecha y lista para recuperar su antigua vida, decide ir antes a una boda con su amiga, lo que no se imagina es que pasará de ser invitada a la novia y nada más y nada menos que del hermano de su ex, el cual está en silla de ruedas y por eso es plantado.
¿Podrán estás dos almas rotas unir sus pedazos y ser felices, o solo se unirán para cobrar venganza?
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Un viaje inesperado
Los siguientes días fueron perfectos, la empresa principal estaba en orden y la auditoría iba en marcha y lo más probable era que si hubiese algo ilegal porque el señor Gerardo no había regresado a la empresa, solo su hija iba porque era la modelo principal de la empresa.
Por otra parte, habían contratado a nuevo personal y ya había depurado la empresa de varios espías de sus tíos, la joven Julie había logrado mantener el orden en esa y varias de sus empresas y comenzó a diseñar como su madre y aparte llevaba muy bien la empresa y se alegró de ver qué su esfuerzo dio resultados.
Elijah manejaba la empresa desde Francia siempre estaba en contacto con Alex, Juliette hacía muy bien su trabajo siempre iba a la empresa y a todas las demás, era una mujer conocida por todos y salía a diario en las revistas en muchos eventos se topó con gente que la desprecio llamándola mugrosa y ahora prácticamente querían lamer el suelo por dónde pasaba.
—Buen día, amor, ya me voy a trabajar, te amo… —Dijo mirando a su esposo que este apenas se acababa de duchar, Elijah tenía que irse a resolver un problema en su empresa al parecer dañaron todos los programas y causaron un retraso en los proyectos, todos estaban murmurando la incapacidad del nuevo presidente de la empresa por eso debía irse no sin antes dejar a su esposa más que protegida.
—Tómate este café antes de salir amor, los trajeron horita. —Dice y le entrega una taza.
—Mmm se ve delicioso ese café… —Habla pícara mirando lo sexy que está su esposo solo en bóxer.
—Toma no amor. —Se le acerca y le da un poco sabiendo que el de ella está aún lado.
—Porque eres tan cruel conmigo… ahora no quiero ir a trabajar. —Dice y él se ríe.
—Te amo sabes… Gracias por escuchar conversaciones ajenas y pídeme que te casarás conmigo. —Dijo y ella sonrió.
—Me alegro de haberlo hecho, dije es ganar, es guapo, no va a salir de fiesta porque no camina y tiene dinero. —Bromeó y él se rio.
—Mentirosa, amor… Tú eres el ser más noble de todos, te dio rabia lo que me estaban haciendo.
—Es que parecía idiota, aunque estabas en esa silla y con esa máscara te veías muy sexy, si te hubieses dejado las cicatrices, yo feliz de tener a mi chico malo. —El hombre colócala taza de lado y le comienza a hacer cosquillas, a ambos caen en la cama y ella lo besa con dulzura
—Te Voy a extrañar… —Dice ella triste.
—Te llamaré cada vez que pueda y vendré en lo que termine, te amo mi luz.
—Y yo a ti mi amor.
La joven acomodó su ropa y salió rumbo a la oficina con varios guardaespaldas, como siempre el auto era revisado y siempre había un auto delante.
Juliette llega a la empresa y comienza a hacer sus pendientes, la secretaria la ha puesto el día y todo va muy bien.
La joven está un poco nostálgica, ya que su amado Elijah no estará y si no fuera por la auditoría lo hubiese acompañado.
—Disculpe señora King, el señor Harry Russell ya llegó y tiene cita con usted hoy.
—Hágalo pasar por favor. —La secretaria sale y entra con un hombre muy guapo, es alto, cabello castaño oscuro, ojos verdosos, piel bronceada y con un cuerpo muy bien trabajado que se marca a través del traje a medida que trae puesto.
—Buenos días, señora King, es un placer conocerla, pero déjeme decirle que nada le hace justicia a su belleza. —La joven sonríe y lo saluda.
—Buenos días, señor Russell, y por el cumplido desea algo beber. —Pregunta ella amablemente.
—Un café estaría bien, señora King. —Ambos comienzan a hablar sobre un nuevo proyecto, el hombre era dueño de varias empresas y tiendas exclusivas entre ellas Modas Russell y le compraba diseños únicos a varios diseñadores exclusivos, está vez quería que la hija de la gran Juliana DuPont de Bernard le hiciera no solo diseños de ropa, sino también de joyas sería algo impresionante.
—Me alaga lo que dice y aunque si herede el don de mi madre y sé sus técnicas, aún no saco mi primera colección. —Dijo y él sonrió.
—Mejor aún quiero ser yo, tu primera vez… —Dijo y la miro fijamente.
Quiero ser tu primer proyecto que dice. —Ella estaba nerviosa, pero acepto, era algo muy bueno para su empresa y su carrera.
Ese día el hombre hablo con ella sobre a quién iría dirigido esa colección, así tuvo una idea más precisa.
Los siguientes días fueron de trabajo arduo, el hombre como su socio se ofreció a ayudarla, ya que él quería estar presente en ese proceso a ella para nada le molestó, de hecho era un excelente diseñador de joyas, pero solo por pasión y solo tenía ideas, le faltaba técnica y la destreza de la joven.
Elijah encontró un desastre en su empresa, todo parecía un saboteo, él no paraba de llamar a su esposa, la joven casi que vivía en la empresa y a veces se llevaba el trabajo a casa, no confiaba en otros para relevarla en el proyecto.
—Buen día, amor que haces. —Pregunto elijah.
—Estoy con el señor Russell trabajando en el proyecto de las joyas, ya los diseños vestidos están listos, ahora estoy con el de las joyas y ese es más complicado. —A Elijah no le gustaba la cercanía de ese hombre con su mujer.
—Está bien mi luz cuídate mucho sí y no te quedes tanto tiempo trabajando. —Avisa y ella le envía un beso.
—Te mando un beso amor, te amo cuídate.
Por su parte, Ethan no hacía más que fastidiar a su hermano, ya que Juliette era vista mucho con aquel empresario famoso y las revistas de chismes hacían si agosto con ellos.
—Buenos días, hermanito, ya veo a que se debe tu mal humor, te debe doler la cabeza, algo debes tener que todas las mujeres te engañan. —Lanza una revista en su escritorio y está la foto de su esposa entrando a un coche con el empresario Russell.
—Lárgate de aquí Ethan, yo no soy tan estúpido como tú para dejar ir al amor de mi vida, así que largo ponte a trabajar. —Ethan se ríe.
—Acéptalo no eres lo suficientemente hombre y por eso te engañan…
—Lárgate o te saco. —Alex entro para evitar una pelea.
Una vez solo miro el interior de esa revista y no era una si no varias fotos de diferentes días y él sabía muy bien que estaban en un proyecto, pero los celos le ganaban y el miedo de ser engañado de nuevo estaba allí.
La última semana era poco lo que hablaba con su esposa, si no era su agenda apretada era la de ella, aunque los reportes de los guardaespaldas no decían nada.
Mil trabas se le presentaban para regresarse y eso lo frustraba.
La auditoría salió a favor de Juliette y demandó a sus tíos por fraude aunque apenas estaba la investigación estos andaban muy molestos y tenían algo entre manos.